Una doctora voluntaria ucraniana a la que las fuerzas rusas tuvieron cautiva durante tres meses en el asediado puerto de Mariúpol en Ucrania relató el jueves a los legisladores estadounidenses cómo procuró confortar a otros presos mientras morían a consecuencia de las torturas y heridas que no habían sido atendidas adecuadamente.
Yuliia Paievska, quien fue capturada por fuerzas prorrusas en Mariúpol en marzo y mantenida en distintos sitios en territorio controlado por aliados de los rusos en la región ucraniana de Donetsk, habló con legisladores que participan en la Comisión sobre Seguridad y Cooperación en Europa, mejor conocida como Comisión de Helsinki, una agencia gubernamental creada en parte para promover el cumplimiento de los derechos humanos a nivel internacional.
Sus testimonios el jueves fueron los más detallados a nivel público sobre el trato que recibió en su cautiverio, en lo que ucranianos y grupos internacionales por los derechos humanos dicen son detenciones generalizadas de combatientes y civiles ucranianos por parte de las fuerzas rusas.
Conocida por los ucranianos por el apodo de Taira, Paievska recibió atención mundial por el cuidado que dio a los heridos durante la invasión rusa de Ucrania después de que las imágenes captadas por su cámara corporal fueran proporcionadas a The Associated Press.
“¿Sabes por qué te hacemos esto?”, le preguntó un ruso a Paievska mientras la torturaba, relató ella a la comisión. La doctora dijo al panel que respondió: “Porque puedes”.
Dio descripciones desgarradoras sobre el sufrimiento de los detenidos. Un niño de 7 años murió en su regazo porque ella no tenía acceso al equipo médico que necesitaba para atenderlo, señaló.
Las sesiones de torturas solían iniciar con la exigencia de los captores de que los prisioneros ucranianos se quitaran la ropa. Acto seguido, los rusos los hacían sangrar y los atormentaban, agregó.
El resultado era que algunos “prisioneros en celdas gritaban durante semanas, y luego morían a consecuencia de las torturas sin ningún apoyo médico”, señaló. “Entonces, en este tormento infernal, lo único que sintieron antes de morir fue abuso y dolor adicional”.
Y continúo, recordando las consecuencias de ese maltrato entre los ucranianos encarcelados. “Mi amigo cuyos ojos cerré antes de que su cuerpo se enfriara. Otro amigo. Y otro. Otro”.
Paievska fue uno de los miles de ucranianos que se cree fueron hechos prisioneros por las fuerzas rusas. El alcalde de Mariúpol dijo que tan sólo en su ciudad, unas 10.000 personas desaparecieron durante lo que fue el asedio ruso de varios meses a esa urbe. La ciudad portuaria cayó en manos de los rusos en abril, luego de quedar casi totalmente destruida por los bombardeos y con innumerables muertos.