Las fuerzas rusas se adentraron este lunes en una ciudad del este de Ucrania de enorme importancia estratégica, combatiendo calle por calle contra las tropas de Kiev en una batalla que ha dejado a Sievierodonetsk en ruinas.
En tanto, en un intento más por presionar a Moscú para que detenga la guerra, la Unión Europea acordó un embargo parcial del petróleo ruso.
Mientras el avance de Moscú sobre Sievierodonetsk crecía en intensidad, los soldados rusos también atacaban con artillería partes del noreste de Ucrania, y continuaba un forcejeo por el control de una región sureña. En tanto, el presidente ucraniano Volodimir Zelenski dijo que Rusia ha impedido la exportación de 22 millones de toneladas de grano ucraniano, y con ello contribuyendo a una creciente crisis alimentaria global.
Analistas militares indicaron que la lucha por Sievierodonetsk forma parte de una carrera contra el tiempo para el Kremlin. La ciudad es importante para los planes rusos de completar la captura de la región industrial del Donbás, en el oriente del país, antes de la llegada de más armas de Occidente para reforzar la defensa de Ucrania. Los separatistas respaldados por Moscú ya controlan territorio en la región y llevan ocho años enfrentándose a las tropas ucranianas.
“El Kremlin ha reconocido que no puede darse el lujo de desperdiciar tiempo y que debería usar la última oportunidad de ampliar el territorio controlado por los separatistas porque la llegada de armas occidentales a Ucrania podría hacerlo imposible”, dijo Oleh Zhdanov, analista militar ucraniano.
En un potencial revés para Ucrania, el presidente estadounidense Joe Biden pareció desmentir los reportes de que Estados Unidos estaba sopesando enviar sistemas de cohetes de largo alcance al país.
Rusia también incrementó sus acciones en el campo de batalla. En su discurso nocturno en video, Zelenski dijo que la situación en el Donbás sigue siendo “extremadamente difícil”, ya que Moscú ha puesto allí “el máximo poder de combate” de su ejército.
Las fuerzas armadas ucranianas indicaron que las fuerzas rusas reforzaron sus posiciones en las afueras de Sievierodonetsk, una ciudad a 145 kilómetros al sur de la frontera rusa, un área que representa el último bastión de control gubernamental ucraniano en Luhansk.
Destrucción total
Oleksandr Striuk, alcalde de Sievierodonetsk, dijo que la ciudad ha sido “destruida completamente”. Ataques de artillería han destrozado infraestructura crucial y dañado 90% de los edificios, y la energía eléctrica y las comunicaciones han sido interrumpidas en gran medida en una urbe en la que solían vivir más de 100.000 personas, señaló.
“El número de víctimas está creciendo cada hora, pero no podemos contar los muertos y los heridos en medio de los combates en las calles”, le dijo Striuk a The Associated Press en una entrevista telefónica, y añadió que las tropas de Moscú avanzaron unas cuadras más hacia el centro de la ciudad.
Dijo que sólo quedan entre 12.000 y 13.000 habitantes, refugiados en sótanos y búnkeres para escapar de los proyectiles rusos. La situación hace recordar el asedio de Mariupol, en donde se presume que murieron más de 20.000 personas.
Striuk calcula que unos 1.500 civiles han muerto en Sievierodonetsk desde que comenzó el conflicto, a consecuencia de ataques rusos y también por las difíciles condiciones para sobrevivir, la cuales incluyen falta de medicinas y de atención médica.
Un periodista francés de 32 años, Frédéric Leclerc-Imhoff, murió este lunes cerca de Sievierodonetsk cuando fue alcanzado por metralla de un proyectil mientras cubría la evacuación de ucranianos del área, según el canal francés para el que trabajaba, BFM TV.
Zelenski dijo que Leclerc-Imhoff es el trigésimo segundo trabajador de medios de comunicación que fallece en Ucrania desde que Rusia lanzó su invasión el 24 de febrero.