"La responsabilidad de que el señor (Mariano) Rajoy pierda la investidura es exclusiva del señor Rajoy por ser incapaz de articular una mayoría". Ese fue el mensaje que el líder socialista, Pedro Sánchez, publicó en Twitter en 2016 tras la fallida investidura del exjefe de gobierno español conservador. Tres años después y luego de casi medio año de incertidumbre, este martes-en una especie de flashback-, el rey Felipe VI confirmó que no hay respaldo suficiente para que el actual jefe de gobierno y líder del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) fuera candidato, por lo que se repetirán las elecciones el próximo 10 de noviembre. A cinco meses de ganar los comicios generales, Pedro Sánchez suma un nuevo fracaso, aunque su partido es favorito para los comicios.

Serán las cuartas elecciones en cuatro años para los españoles. Aunque para muchos era algo "esperable" ante la falta de consensos entre las distintas fuerzas políticas, no fue hasta el martes cuando el propio jefe de gobierno en funciones confirmó que "no soy candidato", porque "no hay garantías para poner en marcha una investidura".

Las palabras de Sánchez en La Moncloa ponen punto final a semanas de "agonía" política que se intensificaron después que su "aliado natural", la izquierdista Unidas Podemos de Pablo Iglesias, se abstuvo el pasado 23 de julio durante la primera votación de la investidura del líder socialista. Esa vez Sánchez necesitaba sumar los 42 escaños de Podemos a los 123 del PSOE. La mayoría absoluta se lograba con 176 escaños.

En primera instancia, Iglesias solicitó "una vicepresidencia y tres ministerios" para respaldar al PSOE. Dado que las negociaciones no llegaron a puerto, Podemos exigió un gobierno de coalición como única opción, lo que finalmente fue descartado por Sánchez, quien presentó un "programa progresista" para evitar una "coalición y elecciones" y así dejar atrás la crisis de confianza generada entre el UP y el PSOE.

"Lo hemos intentado todo y nos lo han hecho imposible. Es el único partido a la izquierda que ha impedido cuatro veces un gobierno progresista", dijo este martes este Sánchez en referencia al partido de Iglesias.

Ante la lejanía con Podemos, durante los últimos días y en un "acto inusual" -como lo catalogó la prensa española-, fue el partido Ciudadanos (CS), de centroderecha, el que ofreció abstenerse para permitir la investidura de Sánchez. Las condiciones necesarias era que el pacto estuviera integrado también por el Partido Popular (PP); romper el gobierno de Navarra y garantizar por escrito que los presos catalanes no recibieran indultos.

A través de una carta, Sánchez respondió a Ciudadanos señalando que está "firmemente" comprometido con la Constitución "en Navarra, en Cataluña y en toda España". Además, puso énfasis en la "tardía comunicación". Así, en menos de 24 horas, el PSOE quedó nuevamente a la deriva y sin aliados políticos.

"Los españoles hablaron claro el pasado mes de abril y mayo. Dos fuerzas políticas conservadoras y una de izquierda han preferido bloquear la formación de un gobierno", agregó Sánchez.

Según el diario El País, esta sería la segunda vez (después de 2016) que se aplica el precepto constitucional, Artículo 99 de la Constitución, por el que se disolverán las Cortes el próximo lunes, ante "la incapacidad de los partidos de alcanzar un acuerdo de investidura".

Elecciones

A 53 días de los nuevos comicios en España, los partidos deberán conquistar a los votantes a contrarreloj y enfrentar los coletazos que deja la fallida investidura de Sánchez.

Es que en noviembre, los votantes podrían castigar a todos los involucrados en este laberinto político, partiendo por el propio Sánchez por no hacer un mea culpa ante la falta de acuerdos; Unidas Podemos por rechazar participar en un gobierno socialista; y la centroderecha por preferir convocar elecciones antes que acuerdos.

Según un promedio de encuestas, el PSOE alcanzaría un 31,9%; el PP 19,5%; UP 13,5%; Ciudadanos 13% y el ultraderechista Vox un 8,4%.

Los sondeos han dejado en evidencia que el PSOE podría alcanzar hasta 139 escaños, por lo que algunos analistas señalaron que por esto Sánchez se arriesgó a no ser investido.

Sin embargo, tras el fracaso de una alianza de izquierda puede que sea la derecha la que aumente su votación. Ante esto, Sánchez señaló: "pedimos a los españoles una mayoría más clara el 10 de noviembre".