Scholz abre camino para adelantar elecciones y líder de la centroderecha se perfila como próximo canciller alemán

El canciller alemán Olaf Scholz se muerde el dedo, el día de una moción de confianza convocada por él para allanar el camino a unas elecciones anticipadas, en la cámara baja del Parlamento en Berlín, el 16 de diciembre de 2024. Foto: Reuters

Con el rechazo del Parlamento a la cuestión de confianza impulsada por el propio canciller socialdemócrata, Alemania se abre a un nuevo proceso electoral para conformar el Parlamento Federal y, por tanto, un nuevo gobierno. Allí, Friedrich Merz, de la Unión Demócrata Cristiana, de la CDU, aparece como la carta mejor perfilada para convertirse en el sucesor de Olaf Scholz, según encuestas.


El sistema podría parecer curioso, pero así funciona en Alemania. Y es que Olaf Scholz, el actual canciller de Alemania y, por ende, máxima figura política del país europeo, se sometió este lunes a una cuestión de confianza ante el Bundestag, el Parlamento Federal, y lo hizo a sabiendas de que no contaba con los votos para salir vencedor. Una suerte de suicidio político que se concretó en la tarde, cuando el Congreso le quitó el apoyo y puso punto final a su gobierno de tres años. ¿Por qué lo llamó? Pues es el único método para disolver al Legislativo y así llamar a nuevas elecciones.

Pero, nuevamente, ¿por qué querría acabar con su propio gobierno? Y la respuesta es política. La ruptura en noviembre de este año de la coalición tripartita que desde 2021 gobernaba en Alemania, liderada por el Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD, por sus siglas en alemán), hizo que Scholz quedara en minoría y su proyecto cayera.

Junto a la salida del actual mandatario, una nueva figura emerge como su posible candidato: el líder de la oposición de centroderecha, Friedrich Merz, de la Unión Demócrata Cristiana, el mismo partido que dirigió la ahora excanciller Angela Merkel.

Sin embargo, el líder opositor está lejos de tener el camino servido. Según las últimas encuestas de la emisora pública ZDF, su partido encabeza efectivamente la intención de voto, con un 33% de apoyo, pero eso todavía no le alcanza para llegar a la mayoría. Le sigue la ultraderecha de Alternativa para Alemania (AfD, en alemán), pero los conservadores de centroderecha ya descartaron la posibilidad de trabajar con ellos, en lo que llamaron un “cordón sanitario”.

Así, este lunes se concretó la pérdida del piso político del socialdemócrata que por tres años y un par de días gobernó a Alemania. De los 717 diputados que votaron la moción de confianza, 394 le dieron la espalda, superando el margen de 367 rechazos necesarios para hacer caer al gobierno de Scholz. Solo 207 se mantuvieron tras el canciller, mientras que 116 se abstuvieron.

El canciller alemán Olaf Scholz emite su voto durante un voto de confianza convocado por él para allanar el camino para elecciones anticipadas, en la Cámara Baja del Parlamento en Berlín, el 16 de diciembre de 2024. Foto: Reuters

La razón detrás del método para disolver el Congreso de esa manera es la experiencia propia. La inestabilidad política que trajo consigo no solo la República de Weimar, en la década de 1920, se acrecentó con el caos parlamentario posterior al ascenso del nazismo, recordó el periódico español El País. Por eso, la Ley fundamental de 1949 prohíbe acabar con el órgano legislativo de forma intempestiva.

Según el mismo medio, “la heterogénea mayoría que retiró la confianza al canciller es puntual, pues incluye a la extrema derecha, excluida de cualquier coalición por un cordón sanitario”. Sin embargo, añade que en el país no existe una mayoría para gobernar, pero tampoco para hacer caer al gobierno en una moción de censura, y eso hacía que la cuestión de confianza y las elecciones programadas para febrero de 2025 fueran la única salida a la crisis política.

Previo a la sesión del Bundestag, el canciller había asegurado que “en una democracia son los y las votantes quienes deciden el curso de la política futura”. Y, en su caso, la seria mella en la economía -que tuvo a Alemania al borde de la recesión- y los efectos que la invasión de Rusia a Ucrania generó en el país de Europa, fueron estacas a la administración de Scholz, de las que nunca se recuperó.

Su posición contraria a Moscú y a su líder, Vladimir Putin, generaron, entre otras cosas, el encarecimiento del gas y de la vida en general, y los sondeos rápidamente captaron ese malestar, hasta que el gobierno se quebró con la expulsión de los liberales de la coalición, dejándolo solo con el apoyo -insuficiente para vencer en la moción de confianza- de los Verdes. Las razones esgrimidas por el canciller para la expulsión de los ministros de los liberales fueron diferencias elementales en la política económica.

El canciller alemán Olaf Scholz habla en la Cámara Baja del Parlamento en Berlín, el 16 de diciembre de 2024. Foto: Reuters

Se trata del quinto canciller en someterse a una moción de confianza desde la fundación en 1949 de la República Federal, y según El País, tal como todos sus antecesores, Scholz lo hizo a sabiendas de que no iba a ganar, pero con un fin táctico. De hecho, el diario español aseguró que, si bien no contaba con los números, parecía “dispuesto a pelear por cada voto”.

Pero la remontada no ocurrió, y ahora, tras la caída de Scholz en la Cámara Baja del Parlamento, este se dispone a solicitar al Presidente de la República, Frank-Walter Steinmeier, que disuelva el Congreso y llame a nuevas elecciones. El cronograma indica que el próximo 23 de febrero será el día en que el pueblo alemán salga a las urnas a reelegir al Poder Legislativo y, según el orden parlamentario del país, se conforme un nuevo Ejecutivo.

Friedrich Merz, el piloto de la CDU

Con Olaf Scholz fuera del poder, el nombre al que muchos apuntan como el posible sucesor del socialdemócrata es Friedrich Merz, el líder de la opositora Unión Demócrata Cristiana (CDU, por sus siglas en alemán).

De imponerse, significaría el regreso al poder de los conservadores tras la salida de Angela Merkel, el 8 de diciembre de 2021. Sin embargo, según el periódico inglés The Guardian, la eventual victoria de la coalición de Merz -como adelantan varias encuestas- significaría el asenso de un “conservador de manual, como no lo fue Merkel”.

La razón se esconde en su forma de ser. Así lo recordó el citado medio británico en un perfil dedicado al líder conservador, puntualmente cuando en julio de 2022, en medio de una crisis político-económica que amenazaba al país por la eventual disminución de la prosperidad, el Ministro de Finanzas, Christian Lindner, realizó una ostentosa fiesta de matrimonio en la isla de Sylt, en el Mar del Norte.

En la lista de invitados, estaba Friedrich Merz, el líder de la oposición de centroderecha de Alemania, y quería hacer una entrada en grande. Eran tres días de celebración, y Merz llegó piloteando su avión privado: un Diamond DA62 bimotor, con matrícula personalizada.

En un país como Alemania, “donde las demostraciones descaradas de riqueza son inusuales e impopulares”, explicó The Guardian, la situación causó revuelo, especialmente por ignorar las preocupaciones por la crisis climática. Pero lejos de mostrarse arrepentido, Merz redobló la apuesta.

El líder de la oposición de la Unión Demócrata Cristiana alemana (CDU), Friedrich Merz, habla el día de una moción de confianza convocada por el canciller alemán Olaf Scholz. Foto: Reuters

“Gasto menos combustible con este pequeño avión que con cualquier automóvil de empresa propiedad de un miembro del gobierno federal”, retrucó, añadiendo que utilizaría su avión cada vez que pudiera. Pero según el mismo periódico, “el uso de los aviones –y su imagen de privilegio– aún pueden volverse en su contra”.

De todos modos, las encuestas le favorecen en la carrera por dirigir a la mayor economía de Europa, pero su figura dista de la que alguna vez erigió su predecesora en la dirección de la CDU. De 69 años, Merz es católico de nacimiento y todavía vive en Brilon, la ciudad de Alemania occidental en la que nació. Casado por más de 40 años, padre y abuelo, tiene marcadas diferencias con Merkel, casada dos veces, sin hijos y con una historia ligada a la RDA comunista, lugar en el que creció.

No es la única diferencia, pues en el ámbito político también se dan distinciones. Por un lado está Merkel, de una trayectoria plagada de éxitos, y por el otro Merz, quien ha tenido vaivenes de apoyo -necesitó tres intentos para ser electo líder del partido- que lo han dejado al borde de la expulsión de la CDU. Pero hoy, la historia es otra.

En la moción de censura de este lunes, Scholz defendió su política de inversiones masivas a la maltrecha infraestructura, escuelas y hospitales, planteó El País. “Si hay un país en el mundo que puede permitirse invertir en el futuro, somos nosotros”, dijo el canciller.

Pero Merz replicó. “Deja usted el país con una de las peores crisis desde la posguerra. Y viene aquí a decirnos que hay que endeudarse a costa de las nuevas generaciones”, disparó.

Con su perfil de millonario, sumado a frases polémicas respecto a la migración -como que los solicitantes rechazados de asilo son “turistas sociales” que van a Alemania para “arreglarse los dientes”-, llevaron a la periodista y ensayista iraní Mariam Lau a vaticinar en un artículo que los socialdemócratas “probablemente intentarán degradar al jefe de la CDU al estatus de un Trump alemán”.

Ahora, el expresidente estadounidense volverá a la Casa Blanca. ¿Podrá Friedrich Merz repetir la hazaña? Lo concreto es que la noche de este mismo lunes Olaf Scholz tenía programado pedir al Presidente de República, Frank-Walter Steinmeier, la disolución parlamentaria, dando el inicio a una nueva carrera por llenar el Bundestag.

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