La salida temporal de seis países de la Unión de las Naciones Suramericanas (Unasur) reveló en abril una crisis que desde hace un tiempo se venía desarrollando silenciosamente. La inexistencia de reuniones durante años ya demostraba el poco interés que había en este organismo, de parte de los propios líderes de las 12 naciones que lo conforman. La última cumbre fue en diciembre de 2014.
Pero la crisis parece profundizarse. Bolivia, uno de los países defensores de Unasur, admitió la débil situación del organismo. "Lamento mucho decirles que Unasur está en crisis", reconoció ayer el Presidente de Bolivia Evo Morales, en una reunión en La Paz que sostuvo con el Presidente electo de Paraguay, Mario Abdo Benítez, para tratar una "evaluación sobre el proceso de integración" de la región, además de temas bilaterales.
"El hecho de que Evo Morales reconozca la crisis de la Unasur es más que representativo, porque Bolivia tiene la presidencia pro témpore, y se esperaba que en esa presidencia que dura un año, Bolivia relanzara el proceso", comentó a La Tercera el analista político internacional de la Universidad del Rosario en Colombia, Mauricio Jaramillo.
Para Bruno Binetti, investigador de Diálogo Interamircano, "Morales solamente advirtió lo obvio: sin secretario general y con seis países que suspendieron su membresía y dejaron de pagar sus cuotas, Unasur en los hechos dejó de existir como organismo".
El diario La Razón de Bolivia indica que es de conocimiento público que la cancillería boliviana está haciendo gestiones al más alto nivel para reflotar el bloque.
El motivo por el cual Chile, Argentina, Brasil, Paraguay, Perú y Colombia decidieron suspender su participación, el viernes 19 de abril, ya evidenció una falta de acuerdo, puesto que no hubo consenso sobre quién debería asumir la secretaría general del organismo. Unasur no tiene secretario general desde enero de 2017, luego de que el expresidente colombiano, Ernesto Samper dejara el cargo. Posteriormente, Argentina ocupó la presidencia temporal y el 17 de abril pasado la asumió Bolivia. Pero la falta de objetivos comunes ha mantenido congelado al organismo.
"Originalmente sirvió como foro de discusión política para los líderes de Sudamérica y ayudó a resolver crisis puntuales en Bolivia y Ecuador. Pero al incrementarse la diversidad ideológica y de perspectivas en la región en los últimos años, la falta de institucionalidad de Unasur resultó letal", comenta Binetti. Para el experto muchos de estos problemas son compartidos con otras iniciativas como CELAC, pero que en el caso de Unasur "la gota que rebalsó el vaso fue la complicidad de la organización con el régimen venezolano".
Colombia, por su parte, se saldrá definitivamente del organismo. Así lo anunció el Presidente electo Iván Duque, que asumirá el 7 de agosto. "Voy a promover la retirada de Colombia de Unasur, es una caja de resonancia de la dictadura", expresó Duque en una entrevista a EFE, en referencia al regimen del Presidente de Venezuela, Nicolás Maduro.
Ecuador, que alberga la sede de Unasur, ha manifestado que pedirá al organismo que el edificio les sea devuelto. El Presidente Lenín Moreno expresó a inicios de julio que "vamos a tener el centro de las universidades indígenas en un edificio que ya no sirve, carísimo", que costó cerca de US$ 45 millones. "Tenemos que hacer el trámite a la Unasur para que nos devuelva el edificio", indicó.