Con unas horas de diferencia, Irán recibió un doble golpe: un ataque israelí con drones en Beirut mató el martes a Fuad Shukr, uno de los comandantes de mayor rango de Hezbolá. Luego, el miércoles en la madrugada, los medios iraníes informaron que Ismail Haniyeh, el líder político de Hamas, había fallecido en una explosión en Teherán. Eso sí, en este caso Israel no se adjudicó responsabilidad por el ataque.
La explosión en Teherán también mató a un guardaespaldas del equipo de seguridad de Haniyeh mientras el líder de Hamas visitaba la capital iraní para participar en la toma de posesión del nuevo Presidente Masoud Pezeshkian. Teherán condenó el ataque y lo calificó de “cobarde” y de una “escalada peligrosa”, lo que acrecentó los temores de una expansión hacia un conflicto regional.
El líder supremo de Irán, el ayatolá Ali Jamenei, “emitió una orden para que Irán ataque directamente a Israel, en represalia por el asesinato en Teherán del líder de Hamas, Ismail Haniyeh”, según tres funcionarios iraníes, dos de ellos de la Guardia Revolucionaria, citados por el New York Times.
Según el informe, la orden fue dada durante “una reunión de emergencia del Consejo Supremo de Seguridad Nacional de Irán el miércoles por la mañana”. Indicó que “vengar a Haniyeh” es “el deber de Teherán” y afirmó que el asesinato proporciona motivos para un “castigo duro” para Israel.
Por un lado, los expertos señalan que a Irán le resultará difícil no tomar represalias por un asesinato en su territorio. Sin embargo, hasta ahora parecía que tanto Irán como Hezbolá buscaban contener el conflicto con Israel y evitar que se convirtiera en una guerra total.
Las dos operaciones se producen en un momento de creciente tensión en la región, tras la muerte de 12 niños y adolescentes en un ataque con cohetes el 27 de julio en Majdel Shams, en los Altos del Golán. Israel acusó a Hezbolá de ser responsable, mientras que el grupo negó su participación.
“Es casi seguro que Irán y sus aliados interpretaron el doble golpe de Israel como un desafío a la influencia y las redes iraníes en Medio Oriente, pero también lo habrán visto como parte de un esfuerzo coordinado con Estados Unidos”, escribió Michael Young en un artículo del centro de estudios Carnegie.
En la noche del 30 de julio, poco después del ataque israelí contra Shukr, aviones estadounidenses bombardearon una base de Kataib Hezbolá en la provincia de Babilonia, en Irak, matando a varios miembros de la milicia proiraní.
Sin embargo, el secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, dijo el miércoles que Washington no estuvo involucrado ni fue informado del asesinato de Haniyeh.
“Esto es algo de lo que no estábamos al tanto ni involucrados. Es muy difícil especular”, dijo Blinken en una entrevista con Channel News Asia durante una visita a Singapur, cuando se le preguntó qué impacto podría tener.
Blinken, quien ha estado en Asia desde fines de la semana pasada, aseguró que un alto el fuego y la liberación de los rehenes retenidos en Gaza eran cruciales y que Estados Unidos haría todo lo posible para que eso suceda. “Es de vital importancia poner las cosas en un mejor camino para una paz y una seguridad más duraderas, de modo que ese enfoque se mantenga”, indicó.
El Ejército israelí, sin hacer comentarios sobre el ataque de Teherán, señaló el miércoles que no estaba implementando medidas de precaución en todo el país y les dijo a los ciudadanos que “no hubo cambios en las pautas defensivas del Comando del Frente Interno”. El primer ministro Benjamin Netanyahu programó una reunión al mediodía con los comandantes en la sede militar del país en Tel Aviv.
El ministro de Defensa, Yoav Gallant, sugirió que Israel seguirá buscando un acuerdo negociado para liberar a los rehenes que aún se encuentran retenidos por Hamas.
“Especialmente durante estos tiempos, el Estado de Israel está trabajando para lograr un marco para la liberación de los rehenes”, dijo Gallant en una llamada el miércoles con el secretario de Defensa estadounidense, Lloyd Austin, según un portavoz.
Qatar, que ha acogido a Haniyeh y otros líderes de Hamas a petición de Washington durante años, también señaló en un comunicado que el asesinato era una “escalada peligrosa y una flagrante violación del derecho internacional y humanitario”.
“Los asesinatos políticos y los continuos ataques contra civiles en Gaza mientras continúan las conversaciones nos llevan a preguntarnos cómo puede tener éxito la mediación cuando una de las partes asesina al negociador de la otra parte”, dijo Mohammed bin Abdulrahman Al Thani, primer ministro y ministro de Asuntos Exteriores del país, en una declaración en las redes sociales. “La paz necesita socios serios”.
Algunos analistas dijeron que el asesinato de Haniyeh, el principal negociador de Hamas, también hacía menos probable un acuerdo de alto el fuego en Gaza en el futuro inmediato. Los israelíes esperaban que el asesinato de un líder tan influyente ayudara a quebrar la determinación de Hamas, haciendo que el grupo estuviera más dispuesto a hacer concesiones a largo plazo. Pero otros indicaron que era poco probable que la organización se viera seriamente afectada por la muerte de Haniyeh.
A pesar de su título de líder político de Hamas, Haniyeh es reemplazable, dijo al diario The New York Times, Joost Hiltermann, director del programa para Medio Oriente y el Norte de África del International Crisis Group. “Hamas sobrevivirá”, afirmó. “Tienen muchos otros líderes”.
Posible guerra regional
El alto rango de tanto de Shukr como de Haniyeh y sus asesinatos casi simultáneos fueron vistos como una escalada particularmente provocadora que ha dejado a la región temiendo una respuesta aún mayor de Irán y sus aliados regionales, incluidos Hezbolá, los houtíes en Yemen y las milicias en Irak.
Mohammed Ali al-Houthi, aliado de Hamas y jefe del Comité Revolucionario Supremo Houtí de Yemen, calificó el ataque a Haniyeh como “un crimen terrorista atroz y una flagrante violación de las leyes y los valores ideales”.
“Los acontecimientos en Teherán y Beirut empujan a todo Medio Oriente a una guerra regional devastadora”, afirmó a The Associated Press un diplomático occidental.
El diplomático -cuyo gobierno ha emprendido una diplomacia concertada para evitar una guerra total entre Israel y Hezbolá, pero no está directamente involucrado en las negociaciones de alto el fuego o de rehenes- calificó el asesinato de Haniyeh como un “acontecimiento grave” que “casi ha matado” un posible alto el fuego en Gaza, dado su momento y ubicación.
Dijo que el asesinato de Haniyeh dentro de Teherán mientras asistía a la toma de posesión de un presidente iraní “obligará a Teherán a responder”.
A juicio de Young, los ataques sugieren firmemente que “Benjamin Netanyahu puede estar tratando de llevar a Estados Unidos a una confrontación militar con Irán, en la línea de lo que hicieron los israelíes en abril pasado, cuando mataron a varios altos funcionarios de la Fuerza Quds en la embajada iraní en Damasco”.
Entonces, habían reportes que sugerían que el Presidente de Estados Unidos, Joe Biden, estaba preocupado por las intenciones israelíes. Su administración ha indicado una y otra vez que no quiere ir a la guerra con Irán, pero ahora que Biden es una suerte de “pato cojo”, “la vicepresidenta Kamala Harris está fuera de su alcance y el equipo de Seguridad Nacional del presidente está perdido entre el apoyo a Israel y la incapacidad de definir una estrategia clara para poner fin a la guerra de Gaza, lo que la mayoría de la gente ve es una Casa Blanca en desorden”, indicó Young.
Así, “si Irán y sus aliados, por un lado, e Israel y Estados Unidos, por el otro, intensifican aún más la guerra regionalizada, la perspectiva de una guerra en breve se hará realidad. No es seguro que Netanyahu consiga empujar a Estados Unidos a un conflicto con Teherán, pero incluso la percepción por parte de los iraníes de que los estadounidenses se están inclinando decisivamente hacia Israel puede dificultar mucho más la desactivación de las tensiones en el futuro mediante el diálogo extraoficial entre Washington y Teherán. De hecho, los israelíes pueden tener un interés personal en cortar esos contactos, en medio de una creencia persistente entre Israel y sus partidarios acérrimos en Estados Unidos de que el gobierno de Biden, como el de Obama anteriormente, busca reforzar a Irán en Medio Oriente a expensas de Israel”, añadió.
A juicio del columnista de Haaretz, Amos Harel, “es posible que estemos al borde de otra escalada de la guerra, que podría desembocar en un conflicto regional de mayor envergadura. A Irán le resultará difícil no tomar represalias por un asesinato en su territorio. Sin embargo, hasta ahora parecía que tanto Irán como Hezbolá buscaban contener el conflicto con Israel y evitar que se convirtiera en una guerra total”.
“Lo más preocupante es que los iraníes opten por coordinar bombardeos simultáneos a Israel por parte de sus aliados regionales, lo que podría ser altamente destructivo y llevar a Estados Unidos a la batalla del lado israelí. Este sería un escenario de pesadilla, pero también uno que favorece a Netanyahu”, escribió Young.
“Por eso es más probable que Irán eluda la trampa israelí y responda de una manera más mesurada. Puede suponer que ya ha rodeado a Israel con misiles y drones mediante su estrategia de ‘unidad de las arenas’, que implica operaciones militares conjuntas de miembros del Eje de la Resistencia contra Israel”, añadió.
En la misma línea, analistas consultados por The New York Times, dijeron que tanto Irán como Hezbolá tenían razones para responder de maneras que hicieran menos probable una guerra total. Para Irán, el ataque en su territorio fue vergonzoso pero no catastrófico, porque estaba dirigido contra un invitado extranjero y no contra altos funcionarios iraníes, según Andreas Krieg, experto en Medio Oriente del King’s College de Londres.
“No creo necesariamente que el cálculo estratégico de los iraníes haya cambiado”, dijo Krieg. “Irán tendrá que responder de alguna manera”, afirmó. “Pero no es un punto de inflexión”.
“No creo que vaya a cambiar el equilibrio de poder ni el rostro de la guerra, pero envía una señal contundente a Irán y al eje (de grupos militantes intermediarios)”, dijo a The Washington Post, Yoel Guzansky, exfuncionario del Consejo de Seguridad Nacional de Israel que ahora es miembro del Instituto de Estudios de Seguridad Nacional en Tel Aviv. “Les muestra que no pueden estar seguros en ningún lado, ni siquiera en Teherán”. “Creo que con esto Israel está recuperando parte de su reputación de disuasión”, indicó.