Se agudiza crisis humanitaria en Colombia tras escalada de violencia entre el ELN y disidencias de las FARC

La región del Catatumbo, en el departamento colombiano de Norte de Santander, está viviendo una de las peores crisis humanitarias de su historia reciente. Desde el jueves pasado, los enfrentamientos entre la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN), el grupo armado activo más grande de Colombia, y disidencias de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FARC) han dejado al menos 80 muertos y cerca de 11.000 desplazados.

Los municipios en el Norte de Santander y en el departamento del Cesar, en que el ELN se disputa el control del territorio, están fuera de control del Estado. Allí, el ELN ha perseguido a líderes sociales, defensores de derechos humanos y campesinos casa a casa, quienes han tenido que desplazarse de sus territorios o terminaron confinados por los enfrentamientos de esa guerrilla con las disidencias de las FARC.

El gobernador de Norte de Santander, William Villamizar, declaró en la mañana de este lunes el saldo de fallecidos. “Hoy en día tenemos un resultado muy triste: más de ochenta personas asesinadas, más de 20 heridos y personas que ha tocado evacuar por vía aérea para salvar sus vidas”, declaró desde Cúcuta, la capital departamental.

A su vez, en el suroriente, en el departamento del Guaviare, un enfrentamiento entre las disidencias de las FARC se ha saldado con al menos 20 muertos.

Catatumbo, fronteriza con Venezuela, ha sido escenario de una violenta disputa territorial entre grupos armados durante años, puesto que la zona es un foco importante de economías ilícitas como el tráfico de cocaína. El ELN, disidencias de las FARC como el Estado Mayor Central (EMC) y grupos paramilitares hacen presencia y rivalizan en esta región caracterizada por la dificultad de las fuerzas del Estado para contener el conflicto.

Las FARC firmaron un tratado de paz con el gobierno colombiano en 2016, pero distintos grupos disidentes han mantenido su pugna armada contra otras guerrillas, incluida el ELN, y fuerzas del Estado en varias regiones del país. En 2023 y de manera intermitente, el ELN también firmó aquel acuerdo de tregua.

Desde el jueves, los ataques en el Catatumbo rompieron una tregua incómoda, librando una brutal guerra por las rutas del narcotráfico y el control de más de 50.000 hectáreas de coca entre estos grupos guerrilleros, inmersos en negociaciones de paz con el gobierno de Gustavo Petro.

La guerra entre estas organizaciones armadas ha desatado el desplazamiento masivo de 11.000 personas en solo cuatro días. Según Villamizar, se ha registrado un éxodo masivo de campesinos hacia las cabeceras urbanas de Cúcuta, Ocaña y Tibú, e incluso hacia territorio venezolano.

En Ocaña, más de 2.000 personas se refugian en el coliseo, y en Cúcuta, el Estadio General Santander alberga a 4.700, con 3.000 más en camino. También se han visto afectadas comunidades rurales, incluidos indígenas Barí y Yucpa, donde se han reportado confinamientos, amenazas, secuestros y ataques indiscriminados contra civiles.

Por otro lado, la violencia en el Catatumbo llevó al límite a la red hospitalaria y las morgues de la región, asegura el medio La Voz del Cinaruco.

“Tenemos una ocupación del 76% en general, con maternidad al 100% y observación pediátrica al 66%. La asistencia a los desplazados ha sido oportuna, pero nos preocupa el aumento constante de desplazados y heridos”, afirmó Fernando Álvarez, director del Instituto Departamental de Salud del Norte de Santander, a Radio Caracol.

A ello se le suma el colapso de las morgues en la región. “La capacidad instalada de las morgues en Ocaña está al 135%-140%. Hemos habilitado morgues transitorias a través del Hospital Erasmo Meoz y estamos haciendo lo propio en el Hospital de Ocaña para fortalecer la capacidad de medicina legal”, señaló Álvarez.

Ante el agravamiento de la situación, el gobierno suspendió los diálogos de paz con el ELN. “Lo que ha cometido el ELN en el Catatumbo son crímenes de guerra. Se suspende el proceso de diálogo con este grupo, el ELN no tiene ninguna voluntad de paz”, afirmó el presidente colombiano, Gustavo Petro, en X el pasado viernes.

El jefe de Estado declaró que ese grupo armado eligió el camino de la confrontación, y anticipó que la fuerza pública está lista para responder a los ataques de los guerrilleros, con los que hasta hace unos días su gobierno estaba sentado en una mesa de conversaciones.

“Le corresponde al Ejército actual, el Ejército de la Constitución, salvar y proteger a la población del Catatumbo del ELN, su asesino. El ELN (…) transitó hacia los caminos de Pablo Escobar, al que escogieron como su guía permanente. El ELN ha escogido el camino de la guerra y guerra tendrá. Nosotros, el Gobierno, estamos al lado del pueblo. (...) Al pueblo mucha organización y firmeza, las armas de la nación están a su lado”, escribió Petro este lunes en X.

Y tras la reunión del consejo de seguridad extraordinario que presidió el pasado viernes en Tibú, Norte de Santander, se conoció que el mandatario planea declarar el Estado de Conmoción Interior en respuesta a la crisis. Ello permitiría a Petro, con apoyo del gabinete y el Senado, tomar decisiones extraordinarias para atender crisis graves que amenacen la seguridad o el orden público, por un máximo de 90 días, y prorrogables por dos veces.

En tanto, el Ejército colombiano ha llevado a cabo operativos de rescate en zonas de conflicto. Este domingo, por ejemplo, las Fuerzas Militares informaron sobre una operación de asalto aéreo en el caserío de La Gabarra (municipio de Tibú), donde lograron rescatar a un líder social y a un familiar suyo que eran perseguidos por integrantes del ELN.