Un referéndum en Bielorrusia aprobó este domingo una nueva Constitución, en la cual el país abandona el estatus de no nuclear, en un momento en que la ex República Soviética se ha convertido en una plataforma de lanzamiento para las tropas rusas que invaden Ucrania.
Agencias rusas citaron a la comisión electoral central de Bielorrusia asegurando que el 65,2% de los que participaron se manifestaron a favor en los comicios.
La nueva Carta Fundamental podría contemplar armas nucleares en suelo bielorruso por primera vez desde que el país las abandonó tras la caída de la Unión Soviética.
La situación se da en un momento en que el presidente Alexander Lukashenko se ha quedado atrás en el ataque militar de su par ruso, Vladimir Putin, contra Ucrania después de haber desempeñado un papel de intermediario entre los dos vecinos.
Occidente ya ha dicho que no reconocerá los resultados del referéndum, que se lleva a cabo en el contexto de una amplia represión contra los opositores internos del gobierno. Según activistas de derechos humanos, hasta el domingo había más de mil presos políticos en Bielorrusia.
El referéndum provocó protestas contra la guerra en varias ciudades. Al menos 290 personas fueron detenidas, según estimaron los activistas locales.
Las protestas habían disminuido en gran medida en Bielorrusia después de que Lukashenko lanzó una violenta represión contra la disidencia contra su gobierno de 28 años. Las manifestaciones masivas estallaron en 2020 luego de una elección disputada que los opositores dicen que Lukashenko manipuló.
El domingo, hablando en un colegio electoral, el mandatario aseveró que podría pedirle a Rusia que devuelva las armas nucleares a Bielorrusia.
“Si ustedes (occidente) transfieren armas nucleares a Polonia o Lituania, a nuestras fronteras, entonces recurriré a Putin para que devuelva las armas nucleares que entregué sin ninguna condición”, dijo Lukashenko.
El presidente bielorruso recurrió a Rusia después de las protestas de 2020 y obtuvo préstamos que compensaron el efecto de las sanciones occidentales.
Su rival en la votación de 2020, la líder de la oposición exiliada Sviatlana Tsikhanouskaya, había pedido a los bielorrusos que utilizaran la votación para protestar contra la invasión.
En videos y fotos publicados en las redes sociales, la gente se reunió en los colegios electorales de Minsk y otras ciudades para protestar.
“Hay poco que podamos hacer ahora, con todo este terror y horror en el que vivimos. Pero no me perdonaría si no tratara de hacer algo”, dijo Elena, de 45 años. Se negó a proporcionar más información personal. por razones de seguridad.
La nueva Constitución otorgaría poderes a la Asamblea Popular de Bielorrusia, creada por Lukashenko y compuesta por leales al partido, consejos locales, funcionarios y activistas de organizaciones progubernamentales.
También le daría inmunidad de por vida contra el enjuiciamiento una vez que deje el cargo.