El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, ha calificado este martes de “difícil” la situación de Ucrania en la guerra frente a Rusia y ha instado a sostener el apoyo militar a Kiev, asegurando que cualquier negociación y resultado “aceptable” con Moscú dependerá de la fortaleza ucraniana en el campo de batalla.
“La situación en el campo de batalla es difícil y esto hace incluso más importante sostener y aumentar el apoyo a Ucrania porque no podemos permitir a Vladimir Putin ganar”, ha asegurado el jefe político de la OTAN en declaraciones previas al encuentro de ministros de Defensa de la UE.
El ex primer ministro noruego ha afirmado que en Ucrania tienen lugares “combates intensos”, instando a los aliados de Kiev a aumentar el flujo de ayuda armamentística al Ejército ucraniano.
Respecto a la posibilidad de que Ucrania acepte negociar una salida al conflicto con Rusia, Stoltenberg ha apuntado que Kiev tiene que decidir que condiciones aceptables para empezar las conversaciones y para llegar a cualquier acuerdo pero “la responsabilidad de los aliados es apoyar a Ucrania a defenderse”. Estas palabras llegan después de que en medios estadounidenses se haya publicado que funcionarios europeos y estadounidenses han debatido con Ucrania este escenario.
“Las guerras son impredecibles nadie puede decir cuando y como acabará. La probabilidad de un resultado negociado aceptable aumenta con la ayuda militar que le damos a Ucrania”, ha ahondado, insistiendo que por el momento Putin no ha mostrado voluntad de negociar y que hay que dejar claro al Kremlin que no podrá imponerse en el campo de batalla.
“Si quieres una solución negociada la forma de conseguirlo es el apoyo militar a Ucrania”, ha resumido el secretario general de la OTAN, llamando a redoblar el suministro de armas a través del incremento de la capacidad industrial.
Los ministros de Defensa de la Unión Europea tratan este martes cómo mantener el apoyo militar sostenido a Ucrania en un momento de ‘impasse’, después del bloqueo durante meses de la última tanda de 500 millones para el suministro de armas a Kiev, y en el que gana peso la ayuda bilateral por encima de fórmulas comunes en el seno de la UE.