De entre los cientos de videos publicados en medios y redes sociales sobre el conflicto entre Hamas e Israel, pocos causaron tanto impacto como uno en el que se veía una camioneta con militantes del grupo islámico palestino mostrando un cruento trofeo: se trataba del cuerpo inconsciente y semidesnudo de Shani Louk, una joven germano-israelí que participó en un festival de música cerca de la frontera en Gaza.
Tal como Louk, cerca de 150 casos de secuestro de civiles han sido reportados por las autoridades israelíes desde el sábado por la mañana, día en que se inició el ataque de Hamas. La cifra de fallecidos en cada bando crece con las horas. Según autoridades palestinas, sus muertos han superado los 830, además de contar con 4.250 heridos. En la otra vereda, Israel dice tener 2.800 y más de 1.000 fallecidos.
La situación de los rehenes empeoró este lunes, cuando Abu Obaida, portavoz de las Brigadas Al Qassam, el brazo armado de Hamas, aseguró que iniciaría la ejecución de rehenes civiles en caso de ataques a Gaza sin previo aviso.
Gilad Erdan, representante de Israel ante la Organización de Naciones Unidas (ONU), señaló durante el martes a CNN que la prioridad es destruir a Hamas para restablecer la seguridad de todos los ciudadanos israelíes. “Por supuesto, queremos ver a todos nuestros niños, niñas y abuelas de vuelta en casa, pero en este momento nuestro enfoque está mirando a nuestra estrategia nacional, que es destruir las capacidades terroristas de Hamas”, aseveró.
Autoridades israelíes ya habrían identificado a todas las personas secuestradas, las que serán informadas en breve, consignó The Guardian.
Civiles capturados
La mayoría de los dramáticos casos de secuestros a civiles ocurrieron en los alrededores de la frontera de Gaza, franja ubicada al suroeste de Israel. A solo kilómetros de allí, la fiesta de música Supernova Tribe of Nova Trance se desarrollaba en las llanuras del desierto del Neguev, cerca de Urim. Videos publicados en numerosos medios muestran cómo los asistentes, sin percatarse, grabaron a los paracaidistas de la agrupación islámica. Luego se desataría el pandemónium.
Entre los asistentes se encontraba Shani Louk, una joven de 22 años de origen germano-israelí cuyos largos dreadlocks color castaño oscuro y amarillos fueron identificados de la peor manera posible. Sus familiares y cercanos la reconocieron en un video publicado por los propios combatientes de Hamas.
En él se ve a Louk semidesnuda en una posición innatural con un grupo de militantes armados sentados sobre su cuerpo inconsciente gritando “Allahu akbar”, mientras uno de ellos le mueve la pierna y otro le escupe en el pelo.
La imagen conmovió al mundo.
Ricarda Louk, su madre, dijo a CNN que la última vez que habló con ella escuchó la explosión de cohetes y alarmas de emergencia, mientras la joven se encontraba en el sur de Israel. Allí, la mujer le preguntó a su hija si había llegado a un lugar seguro. Su respuesta fue que en el lugar del festival tenía pocos lugares donde esconderse.
“Iba hacia su auto y había militares junto a los autos disparando para que la gente no pudiera llegar a ellos, ni siquiera para marcharse. Y fue entonces cuando se la llevaron”, dijo Ricarda Louk a la cadena televisiva
Pero buenas noticias llegaron para la familia Louk, según anunció su propia madre, informó la cadena pública alemana ARD. Según esta última, la joven se encontraría viva en un hospital, pero en estado crítico debido a un traumatismo craneoencefálico.
“Shani está viva, pero se encuentra en situación crítica”, señaló según el medio alemán, pero agregó que “cada minuto es crítico”, y que hace un llamado “desesperado a todo el país, a Alemania, para que me ayuden a traer a mi Shani de vuelta a casa, sana”.
Otras familias que han sufrido la incertidumbre de no saber del paradero de sus seres queridos son las de Noa Argamani y Avinatan Or, una pareja que, al igual que Shani Louk, estaba en la fiesta de música realizada a escasos kilómetros de la frontera cuyo registro de captura cruzó el mundo.
En los registros audiovisuales se ve la desesperación de los asistentes al entender que se trataba de un ataque coordinado, quienes decidieron correr por el desértico lugar. Algunos de los que intentaron escapar en vehículos murieron acribillados, informaron medios como The New York Times y The Washington Post.
Entre quienes escapaban se encontraban Noa Argamani y Avinatan Or, pero no tuvieron suerte: fueron capturados por fuerzas de Hamas, y en otro dramático video se aprecia la desesperación de la joven universitaria al ser subida a la fuerza a la parte trasera de una moto, mientras su pareja era obligado a caminar con las manos atadas a la espalda. Ambos son ciudadanos israelíes.
“Es muy difícil ver cómo tratan así a alguien que está tan cerca de ti y a quien conoces tanto”, dijo a CNN Amir Moadi, compañero de piso de Noa Argamani, quien añadió que conocía a seis personas que asistieron al festival y que todavía se mantienen desaparecidos.
El padre de la joven dijo a CBS News que su hija “es una persona increíble. Una niña dulce”. Consultado sobre qué le gustaría que hiciera el gobierno para recuperar a su hija, señaló que le gustaría que actuaran “solo con medidas pacíficas”, ya que “ellos (los militantes de Hamas) también tienen madres que lloran. Lo mismo que nos pasa a nosotros”.
Médicos y personal sanitario informaron el hallazgo de unos 260 cadáveres en la zona desértica en la que se desarrolló la fiesta, consignó The Associated Press, citando al servicio de rescate israelí Zaka.
Ya no en la fiesta, pero en uno de los poblados cercanos a Gaza, se dio el escenario para otro de los polémicos registros subidos a redes sociales, esta vez relacionado a una mujer de la tercera edad. Se trataba de Yaffa Adar, una mujer de 85 años de cabello gris y lentes, quien fue tomada como rehén desde su casa para luego ser transportada hacia Gaza en un carrito de golf.
En los videos se puede ver a la octogenaria israelí siendo escoltada por miembros fuertemente armados de Hamas, quienes incluso le pasan una metralleta y la obligan a posar para los videos que los propios militantes grabaron y luego publicaron en redes sociales.
Su nieta, Adva Adar, fue quien la reconoció. “A las 9 de la mañana nos envió un mensaje de texto diciendo que había terroristas en las calles del kibutz disparando y gritando. Ese fue el último mensaje que recibimos de ella y luego perdimos el contacto”, dijo según Reuters.
“No puedo ni empezar a entender cómo la gente piensa que tiene sentido secuestrar a una anciana de 85 años”, agregó. “No es humano”. Su mayor preocupación, dijo a la agencia de noticias, guarda relación con su estado de salud, puesto que evidentemente no cuenta con sus remedios.
“Es una mujer fuerte. Y puedes ver que está sentada intentando demostrarles que no tiene miedo y que no está herida. Y si se la llevan, se la llevarán con su orgullo”, aseguró la nieta.
Sin revelar su identidad, por miedo a represalias, residentes de Be’eri y Nir Oz, ambas comunidades cercanas a la frontera con Gaza, relataron a la cadena de televisión israelí Channel 12 cómo los milicianos pasaron puerta por puerta buscando posibles rehenes.
La madre de dos niños de 16 y 12 años relató a CNN la última vez que habló con ellos. Estaban conectados vía teléfono, quienes estaban solos en la casa, cuando escuchó disparos y gritos provenientes de fuera del hogar. Luego, un sonido seco: habían derribado la puerta.
“Oí a los terroristas hablando en árabe a mis hijos adolescentes. Y al más joven diciéndoles ‘soy demasiado joven para ir’”. Fue la última vez que supo de ellos.
Soldados rehenes
A los secuestros de civiles también se sumó la toma de rehenes militares, como lo fue el caso de Karina Ariev, una soldado de 19 años destinada en la base de Nahal Oz, en la frontera con Gaza, relató la cadena CNN.
“La última llamada que hizo mi hermana fue el 7 de octubre, sábado, a las 6:30 de la mañana”, narró Alexandra Ariev sobre su hermana Karina. “Me llamó a mí y luego a mis padres. Básicamente, llamó para despedirse, para decirnos que nos quería”. Posterior a eso, fue secuestrada por fuerzas de Hamas.
El mismo sábado, sus familiares identificaron su rostro ensangrentado en un video publicado en Telegram, donde se oye a un grupo de hombres gritar: “Esto no es nada, estamos empezando”.
Confían, sin embargo, en que la encuentren con vida, puesto que “no hubo ninguna coincidencia con el ADN de los cadáveres encontrados en la base”.
En otro video publicado por Hamas se ve a un grupo de militantes obligando a descender a soldados israelíes de un tanque aparentemente inutilizado. En total, son cuatro los hombres que bajan con los brazos en alto, para luego ser atacados a patadas en el suelo. Se desconoce el paradero de los soldados.