Dos ministros y dos secretarios de Estado han presentado su dimisión este jueves por su desacuerdo con el pacto preliminar alcanzado el día de ayer entre el gobierno británico y Bruselas con respecto al Brexit.
"No puedo encajar los términos del acuerdo propuesto con las promesas que hicimos al país en nuestro manifiesto electoral. Es (…) una cuestión de confianza pública", alegó este jueves el ministro británico para el Brexit, Dominic Raab para argumentar su dimisión.
Junto con él se suma la de la ministra de Trabajo, Esther McVey y la secretaria de Estado del Brexit, Suella Braverman, quienes también presentaron su dimisión por el rechazo al acuerdo preliminar del "brexit" consensuado el día de ayer.
En tanto el secretario de Estado para Irlanda del Norte del Gobierno británico, Shailesh Vara, y la secretaria de Estado para la Educación, Anne-Marie Trevelyan también presentaron su dimisión.
Estas renuncias se dan luego de que el gabinete británico aprobara ayer respaldar el borrador del acuerdo técnico entre Bruselas y Reino Unido para su salida de la UE.
La secretaria de Empleo y Pensiones, Esther McVey dijo en una carta que "no es bueno intentar fingir (ante los votantes) que este acuerdo honra el resultado del referéndum cuando es obvio para todos que no lo hace".
Mientras que Raab señaló, por una parte, que los términos ofrecidos por la UE "amenazan la integridad del Reino Unido", puesto que contemplan un régimen diferente para Irlanda del Norte como cláusula de seguridad en ausencia de un acuerdo comercial bilateral.
Según explica Braverman es que el "backstop", una cláusula que obligaría a que Irlanda del Norte se mantenga integrada en las estructuras comunitarias para evitar establecer una aduana, no es el "brexit" por el que votaron los ciudadanos.
"No es lo que votaron los británicos en 2016 y es una traición", escribió la política, que aseguró que es un mecanismo que pondrá en peligro la unión del Reino Unido porque la provincia norirlandesa tendrá "un régimen regulatorio distinto" al resto del país.
El segundo problema es que "llevarían a una situación indefinida, si no permanente, en que nos vemos ligados a un régimen sobre cuyas normas y reglas no tendríamos voz ni tampoco mecanismo de salida", añadió Raab.
"Creo que eso sería dañino para la economía pero devastador para la confianza pública en nuestra democracia", declaró el exministro, que accedió al cargo cuando su predecesor, David Davis, dimitió el pasado julio.
Si bien aún no se descarta que continúen las dimisiones, lo que es real es que estas renuncias ponen en duda la estrategía de Theresa May para el Brexit.
Los líderes de la UE se reunirán el 25 de noviembre con el fin de firmar el acuerdo de divorcio, pero en Londres la situación del Ejecutivo es dramática y algunos diputados están expresando sus dudas sobre la supervivencia del Gobierno.
Un diputado euroescéptico del Partido Conservador de May dijo que otros miembros de la agrupación política están enviando cartas, o cada vez tienen más deseos de enviarlas, para poner en marcha un voto de censura sobre el liderazgo de la primera ministra.