El rostro de Evo Morales en el Palacio de la Paz en La Haya lucía desencajado. El fallo no solo pulverizaba la demanda marítima que presentó contra Chile en 2013, al señalar que el gobierno chileno no tiene la obligación de negociar, sino que, además, al Presidente boliviano se le abrió, de pronto, un nuevo frente que puede poner en riesgo su idea de ser reelecto por tercera vez en 2019.
Una vez conocido el fallo, la oposición boliviana no perdió tiempo en lanzar dardos contra Morales. El primero fue el excandidato presidencial Samuel Doria Medina, quien apuntó: "Necesitamos una explicación de por qué llegamos a este resultado". A su vez, Víctor Hugo Cárdenas, exvicepresidente de Gonzalo Sánchez de Lozada, dijo en su Twitter que el gobierno "despreció a expertos en derecho internacional y se rodeó de amigos y de su rosca íntima. ¡Subordinó el mar al interés de la reelección indefinida!".
Un fallo tan adverso no estaba en los planes del gobernante boliviano, que el próximo año se juega su reelección, en medio de un escenario de profundo desgaste al que ahora se suma lo ocurrido en La Haya. La estrategia de Evo Morales era tener un viento favorable con el fallo por la causa marítima, cosa que cambió abruptamente. Ello, a pesar de que tras el fallo insistió en que si bien Chile no tiene ahora la "obligación" de negociar, sí existe, según él, la "necesidad" de hacerlo.
Evo Morales ya venía con problemas en su propósito de lograr un nuevo mandato. Llegó a la Presidencia en 2006 y ha sido reelecto en dos ocasiones: 2009, con el 64,2%, y en 2014, con el 61,3%. El problema para el Presidente es que en febrero de 2016 perdió el referendo sobre la reforma constitucional que permitía una nueva reelección. En esa ocasión, el No ganó con un 51,3%, mientras que el Sí obtuvo un 48,7%. Pero luego el gobierno boliviano se las arregló, vía Tribunal Constitucional, para igualmente poder postular a una tercera reelección.
En agosto pasado, Evo Morales rompió el récord de permanencia en el poder, con 12 años, seis meses y 21 días. Un total de 4.587 días. El récord lo tenía Víctor Paz Estenssoro, que gobernó por 4.586 días, aunque en cuatro mandatos no consecutivos. Ya en octubre de 2015 Morales se había convertido en el Presidente con mayor tiempo de manera continua en el poder, superando a Andrés de Santa Cruz, que estuvo un total de nueve años, ocho meses y 25 días (1829-1839).
Los analistas bolivianos coinciden en que el Presidente boliviano cometió un error al ideologizar y vincular la demanda marítima a su reelección. Sin embargo, también advierten que no hay que subestimar el apoyo con el que aún cuenta, superior al 40%, además del hecho de que -hasta ahora- ninguna figura de la oposición (Carlos Mesa, Doria Medina o Jorge Quiroga) ha capitalizado el rechazo al mandatario.
"(Evo Morales) vinculó demasiado su candidatura con el exitismo engañoso de La Haya", señaló a La Tercera el analista paceño Jorge Lazarte". "Como boliviano, da pena el fallo, pero como analista digo que la soberbia nos llevó al hundimiento. Con el fallo pierde Evo", aseguró el politólogo boliviano Carlos Toranzo.
Para el escritor boliviano Edmundo Paz Soldán, autor de títulos como El delirio de Turing y Palacio Quemado, "la reelección ya está complicada y esto no ayuda en nada". "El problema es para la oposición, que no ha mostrado todavía una alternativa viable, más allá del rechazo a su postulación. Por supuesto, nunca hay que subestimar a Evo, pero este caso específico juega muy en contra", dijo a La Tercera.
Es el expresidente Mesa el mejor posicionado para enfrentar a Evo en 2019, según las encuestas. Pero el vocero de la demanda marítima también podría verse afectado, ya que forma parte del equipo. Para Lazarte, Mesa podría perder respaldo, aunque menos que Morales, porque "su perfil se apoya en otras razones, entre ellas el antievismo creciente". "Mesa pierde menos que Evo", concluye Toranzo.