Durante toda su vida política, Donald Trump siempre ha sido un hombre al que poco y nada le importan las convenciones antes escritas en piedra. Y el nombramiento de familiares en puestos clave, no del Estado, pero de su círculo cercano, no es la excepción.

Donald Trump Jr., también conocido como Don, ha tomado la antorcha y se convirtió en la conexión del mandatario con la base electoral del movimiento MAGA (Make America Great Again); su nuera, Lara Trump, fue nombrada por su suegro como copresidenta del Comité Nacional Republicano, en una medida abiertamente nepotista, pero que ha defendido debido a su mérito; y quizá uno de los pilares de la reciente victoria republicana, su hijo de 18 años Barron Trump, quien lo incitó a que participara en numerosos pódcast cuyo público era mayoritariamente masculino y joven, uno de los sectores que explican el resultado del pasado martes 5 de noviembre en las urnas.

Y en un país famoso por sus familias políticas, como los Kennedy, los Bush o incluso los Clinton, más de uno se pregunta si Donald Trump tiene en sus planes el continuar su legado a través de su propia familia, considerando el prominente rol que algunos de ellos tuvieron en el logro electoral que lo lleva de vuelta a la Casa Blanca.

En diálogo con La Tercera, Hans Hassell, profesor LeRoy Collins de Ciencias Políticas en la Universidad Estatal de Florida que vivió dos años en Chile, señaló que desde la perspectiva de la politología, “tener un familiar político eleva el perfil de alguien si está interesado en aspirar a un cargo político. La investigación muestra que los lazos familiares con otro político de éxito siguen siendo ventajosos para sus carreras en muchos países -incluido EE.UU.-, porque pueden aprovechar la reputación establecida y las conexiones de sus familiares en lugar de tener que construirlas desde cero”.

Eric Trump, Tiffany Trump, Lara Trump y Donald Trump Jr. celebran el primer día de la Convención Nacional Republicana (RNC), en el Fiserv Forum de Milwaukee, Wisconsin, el 15 de julio de 2024. Foto: REUTERS.

Ejemplo de ello son los Kennedy, probablemente la dinastía más reconocible de la política estadounidense. Patrick Joseph Kennedy fue el primero en postular a unas elecciones, siendo elegido diputado en 1884. Le siguió una tanda de nombres, con la destacable figura de John F. Kennedy, el 35º presidente de EE.UU. La lista la cierra Robert F. Kennedy Jr., recientemente nominado por Donald Trump como el próximo secretario de Salud, pese a ser un declarado antivacunas.

Los Bush tienen dos presidentes, George H. W. Bush y George W. Bush. El padre, que ganó la presidencia en 1988, ya venía de una familia de tradición política, considerando que era hijo del senador de Connecticut Prescott Bush. Mucho más atrás están los Adams, cuya familia fue la primera en la historia estadounidense en tener a dos presidentes: John Adams, uno de los padres fundadores del país, y su hijo John Quincy Adams, que llegó a ser el sexto presidente de EE.UU.

Charles M. Cameron, académico del Departamento de Política y de la Escuela de Asuntos Públicos e Internacionales de la Universidad de Princeton, dijo a La Tercera que ve en la familia Trump un intento por “crear una dinastía política”.

“La esposa de su hijo Eric es ahora copresidenta del Comité Nacional Republicano. Esto indica la actitud de Trump de que el Partido Republicano forma parte del negocio familiar. El hijo mayor, Donald Junior, es actualmente el más activo en política. Un rumor -tal vez cierto, tal vez falso- es que será designado para el escaño en el Senado por Florida, cuando el actual senador cubano-americano Marco Rubio se convierta en el nuevo secretario de Estado. Ivanka y su marido Jared Kushner no están muy implicados en la actualidad, pero el segundo podría volver a involucrarse en la diplomacia de Medio Oriente como en la primera administración. Esto, una vez que termine la guerra de Gaza, considerando que tiene estrechos vínculos comerciales con los sauditas”, aseguró a este periódico.

Alfil de campaña

Durante la carrera a la Casa Blanca, Lara Trump estuvo muy involucrada en el proceso. La esposa de Eric Trump, tercer hijo del magnate, se convirtió en uno de los pilares del mandatario electo en la última elección presidencial. Sus años como presentadora y productora de televisión, así como sus fuertes valores trumpistas, no solo le valieron el pedestal de ícono femenino (al estilo Trump) del movimiento, sino que también un puesto como la directora del Comité Nacional del partido, puesto que se encarga del financiamiento y las estrategias electorales de los republicanos para el período 2024-2028.

Las opciones obvias -como Don Jr.- no estaban disponibles, pero la respuesta seguía ahí. A finales de enero, Lara llegó a su casa luego de que Susie Wiles, directora de campaña de Trump y próxima jefa de gabinete, le avisara que su suegro quería hablar con ella, relató la revista estadounidense Time. Tomó la llamada en el patio trasero, lejos de la bulla generada por sus tres hijos y los perros. “No quiero presionarte”, le dijo el magnate, “pero necesito a alguien en quien pueda confiar”.

Donald Trump y Lara Trump en el cuarto día de la Convención Nacional Republicana (RNC), en Milwaukee, Wisconsin, el 18 de julio de 2024. Foto: REUTERS.

Según el medio The Objective, la nuera del político republicano jugó un rol clave en “la captación del voto femenino y el de migrantes, así como en la recaudación de fondos en su gira a través de los estados”.

La esposa de Eric Trump aseguró a la prensa que, tras la victoria de su suegro en 2016, había tenido un “despertar” político. Tiempo después, le preguntaron sobre las especulaciones de que ella misma podría postularse algún día a un cargo de elección popular. “Nunca digas nunca con un Trump”, respondió.

Lo cierto es que ha reconocido el papel que su cercanía con el expresidente ha tenido en su carrera. Otros lo han criticado.

“No estoy insensible al hecho de que esto se debe a que mi apellido es Trump”, dijo a Time, “pero sí creo que el mérito es importante en todo lo que hacemos”.

El vínculo con la juventud

Al mirar los primeros datos entregados por los exit polls, o encuestas a boca de urna tras las elecciones, un dato destaca: la participación de hombres jóvenes y su inclinación hacia la carta republicana. Y algunos medios ya apuntan a un responsable: Barron Trump, el único hijo de Donald Trump con su actual esposa, Melania Trump.

De solo 18 años, el menor de la dinastía ha pasado gran parte de su vida alejado de las cámaras. “Barron estudia actualmente en la universidad y la familia trata de mantenerlo alejado de la escena pública”, explica a este diario Charles M. Cameron.

De igual modo, empujó a su padre a acercarse a un mundo, para él, distante y desconocido: el de los pódcast.

Barron Trump camina hacia la Casa Blanca desde el Marine One en Washington, Estados Unidos, el 16 de agosto de 2020. Foto: REUTERS.

Un día, explicó The Times, invitó a una cena a su mejor amigo y exasesor de medios de Donald Trump, Bo Loudon; al economista y locutor Patrick Bet-David; a Colby Covington, un luchador de artes marciales mixtas; y a una personalidad de internet llamada Justin Waller.

“Durante una hora y media, vimos a Barron preparar la cena con historias, entretenimiento, todo”, explicó Bet-David. De repente, Nothing Compares to You, de Sinéad O’Connor, empieza a sonar. “Él dice: ‘Mi maldito papá es el DJ’”, recordó el economista. Se refería a Donald Trump.

Unos meses después, el entonces candidato presidencial terminó sentado frente a Patrick Bet-David en su pódcast. “Mi hijo tiene razón acerca de ti”, le dijo el republicano. Fue uno de los muchos programas a los que acudió bajo recomendación de su hijo menor.

Confiando en el criterio de Barron, Trump pasó horas hablando de aliens, drogas y peleas a puñetazos, señaló The Times. Probablemente, jamás había escuchado el nombre de los anfitriones, pero la estrategia pudo haber sido una de las claves de su victoria: los exit polls de NBC News mostraron que el republicano ganó por cerca de dos puntos entre los hombres menores de 30 años. En la anterior elección, Biden lideró la categoría por 11 puntos.

Kai y Melania: breves, pero clave

Las apariciones de Kai Madison Trump y Melania Trump no fueron muchas, pero fueron precisas. Hija de Donald Trump Jr. y su exesposa Vanessa, la nieta del mandatario electo heredó el interés de su abuelo por el golf. Con 17 años, la joven se ha convertido en una influencer, pero sin dejar de lado a la familia.

En su cuenta de Instagram suelen aparecer fotografías con Donald Trump, incluida una con el clásico gorro con la frase Make America Great Again. Pero el cenit de su intervención en política nacional llegó en la Convención Nacional Republicana de julio, cuando habló de la faceta más familiar del expresidente.

Donald Trump Jr. mira a su hija Kai mientras habla durante el tercer día de la Convención Nacional Republicana, el 17 de julio de 2024. Foto: REUTERS.

“Mi nombre es Kai Madison Trump”, dijo al subir al escenario. “Soy nieta de Donald Trump. Hablo hoy para compartir el lado de mi abuelo que la gente no suele ver”. La estudiante de secundaria aseguró que su abuelo la llama “para preguntarme cómo estoy con mi juego de golf”.

Reveló que el expresidente siempre intenta hacerla perder la concentración mientras juegan, “y siempre le sorprende que no deje que me afecte”, añadió. “Tengo que recordarle que yo también soy Trump”.

Melania, la actual esposa del electo mandatario, fue una de las figuras que estuvo más ausentes durante la campaña electoral, apareciendo brevemente en la Convención Nacional Republicana.

Pero, al igual que Kai, tuvo un momento clave: cuando presentó y promocionó sus memorias, y se mostró a favor del derecho al aborto, una espina en la administración Trump por el fallo de la Corte Suprema -logrado por la mayoría conservadora que el expresidente forjó- que puso en jaque el caso Roe vs. Wade.

Estrategia electoral o genuino pensamiento, la intervención de Melania permitió darle un respiro a la campaña republicana. Ahora, se espera que la última esposa del magnate ejerza como primera dama.

Donald Trump junto a su esposa Melania Trump, tras los primeros resultados de las elecciones presidenciales estadounidenses de 2024 en el Centro de Convenciones del Condado de Palm Beach, Florida, el 6 de noviembre de 2024. Foto: REUTERS.

Para Hans Hassell, “es difícil saber si la familia Trump se parecerá algún día a otras familias políticas estadounidenses, y depende mucho de su interés en ocupar cargos políticos. Creo que está claro que algunos lo han intentado y no les gusta, como Jared Kushner e Ivanka Trump, pero a otros parece que les gusta participar, como Don Jr.”.

Y cerró: “Sospecho que seguirán siendo asesores cercanos a él y personas a las que recurre para consejos, ya sea formal o informalmente, porque hay un nivel de confianza que ya está establecido desde hace mucho tiempo. Esto tampoco es raro. Nancy Reagan, por ejemplo, no tenía un papel formal en la administración de Ronald Reagan, pero era una gran confidente del Presidente”.