El Presidente de Francia, Emmanuel Macron, defendió este miércoles con vehemencia la reforma de las pensiones que ha sacado a miles de personas a las calles de todo el país y ha derivado en mociones de censura contra su gobierno, subrayando que se trata de una ley “necesaria” y que, al aplicarla, previsiblemente este mismo año, piensa en el “interés general del país”.
Macron rompió este miércoles el silencio mantenido desde que el pasado viernes su gobierno forzó la aprobación parlamentaria de una polémica reforma, a costa de que el lunes se votaran dos mociones de censura que obtuvieron un apoyo sin precedentes en la actual legislatura por parte de la oposición.
El texto plantea eleva de 62 a 64 años la edad de jubilación y amplía el período mínimo de cotización. Macron explicó en una entrevista a TF1 y France 2 que no ha impulsado estos cambios por “placer”, sino para garantizar la supervivencia del sistema de pensiones: “Habría preferido no hacerla”.
Macron, que acaba su segundo y último mandato en 2027, añadió: “Entre los sondeos a corto plazo y el interés general del país, yo elijo el interés general del país, y si hay que asumir la impopularidad hoy, la asumiré”.
El presidente, que esperará a la evaluación de la ley por parte del Consejo Constitucional para promulgarla, explicó que, cuando se incorporó al mercado laboral, Francia tenía apenas 10 millones de pensionados y, para la década de 2030, “habrá 20 millones”.
Macron defendió otras medidas económicas adoptadas desde su llegada al Elíseo -por ejemplo, la subida del salario mínimo- y cuestionó el papel de la oposición política, a la que acusó de ocultar dentro de sus propuestas una “fórmula mágica” que sería el déficit y que implicaría hipotecar a futuras generaciones a costa de no emprender cambios en la actualidad.
En contraposición, planteó una “contribución excepcional” a partir de los beneficios extraordinarios de las empresas, de tal manera que las grandes compañías pasen de “recomprar sus propias acciones” gracias a sus ganancias a “repartir más a sus empleados”.
“Enfado legítimo”
El mandatario admitió que toda esta polémica le puede pasar factura en los sondeos y que, en la calle, hay un “enfado legítimo”. Sobre el papel de los sindicatos, que este jueves han convocado nuevos paros para dejar claro su disconformidad con la reforma, Macron lamentó que no hayan estado dispuestos a negociar algún tipo de medida de compromiso.
Asimismo, y aunque reconoció el derecho de los sindicatos a movilizarse, también dejó claro que “no tolerará ningún exceso”. “No podemos aceptar ni los facciosos ni las facciones”, sentenció en relación a las concentraciones espontáneas.
No hay “alternativa” política
Sobre el futuro del actual gabinete, encabezado por la primera ministra Élisabeth Borne, Macron no deslizó cambio alguno en materia de nombres o medidas. De hecho, subrayó que Borne ha asumido en primera persona la responsabilidad parlamentaria que ha supuesto sacar adelante una propuesta que, como recordó, sí salvó con una mayoría el trámite en el Senado.
“Ya lo dijo (Borne) en el Parlamento. Si hay una mayoría alternativa, que se expresa. El lunes, quedó claro que no había mayoría alternativa”, añadió Macron.
El martes, el presidente ya había dejado claro en una reunión en el Elíseo con los partidos que sustentan el gobierno que no habría cambios en el gabinete ni tampoco una potencial disolución de la Asamblea Nacional o un referéndum para sondear la opinión ciudadana.
Acusación de la oposición y sindicatos
Líderes de la oposición política en Francia y representantes de los principales sindicatos criticaron los argumentos expuestos por Macron para defender este miércoles en televisión su polémica reforma de las pensiones, acusándolo de ser “arrogante” y de mentir sobre la supuesta falta de contrapropuestas.
Para el excandidato presidencial Jean-Luc Mélenchon, de La Francia Insumisa, Macron incurrió en “sus habituales marcas de desprecio” hacia quienes no comulgan con sus medidas y afirmó que el plan que propone ahora para evitar que las grandes empresas recompren sus acciones gracias a los beneficios extraordinarios ya lo propuso su partido en febrero y los socios del presidente votaron en contra, según BFMTV.
La presidenta del grupo izquierdista en la Asamblea Nacional, Mathilde Panot, aseguró en Twitter que Macron vive en una “realidad alternativa”. Es “arrogante, mentiroso e irresponsable”, ha sentenciado.
Por su parte, el primer secretario del Partido Socialista, Olivier Faure, cree que Macron “no comprende a los franceses” y desconoce “la legitimidad de la expresión popular”, en alusión a las movilizaciones que se suceden desde enero y que se han recrudecido en los últimos días.
Macron acusó durante su entrevista a los sindicatos de no aceptar ningún tipo de medida de compromiso para acercar posturas, algo que desmintieron desde estas organizaciones, que defendieron por boca de varios líderes que sí han tendido la mano al gobierno.
“Sólo considera válidas las propuestas alternativas si están de acuerdo con él”, esgrimió el secretario general de la Confederación General del Trabajo (CGT), Philippe Martinez, informa Franceinfo.
Una crítica compartida con el líder de la Confederación Francesa Democrática del Trabajo (CFDT), Laurent Berger, quien alegó que su sindicato “tiene un proyecto de reforma de las pensiones”. En este sentido, acusó en Twitter a Macron de intentar “reescribir la historia” para “ocultar” que no tiene una mayoría suficiente con la que aprobar su “injusta” ley.
La reforma contempla, entre otras medidas, elevar de 62 a 64 años la edad de jubilación y el gobierno tuvo que recurrir para sacarla adelante a un precepto constitucional que le permite esquivar una votación en la Asamblea Nacional, a costa de someterse este lunes a dos mociones de censura promovidas por distintos grupos opositores.