Este sábado, el secretario general de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), Jens Stoltenberg, afirmó en declaraciones a la televisión alemana ARD que “todas las señales indican que Rusia planea un ataque total contra Ucrania”.
“Estamos todos de acuerdo en que el riesgo de un ataque es muy elevado”, agregó la autoridad, que participó en la Conferencia sobre Seguridad en Múnich.
La Alianza militar informó que estaba trasladando a su personal en Kiev hacia Lviv, en el oeste de Ucrania o hacia Bruselas, donde tiene su sede, como medida de “seguridad”.
Varios países occidentales hicieron ya lo mismo, trasladando a sus diplomáticos de Kiev a Lviv, cerca de la frontera con Polonia.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, dijo el viernes que estaba “convencido” de que Rusia iba a invadir Ucrania.
Ucrania no es miembro de la OTAN, y la Alianza no tiene fuerzas en ese país.
Pero desde finales de los años noventa mantiene dos oficinas en la capital: una oficina de enlace de la OTAN y un centro de información y documentación del organismo.
El trabajo de la oficina de enlace consiste en mantener el diálogo entre la OTAN y el gobierno ucraniano, al tiempo que se fomenta la transformación democrática del sector de defensa y seguridad de Ucrania.
El del centro de información y documentación consiste en informar al público ucraniano sobre la OTAN y apoyar a las instituciones ucranianas en sus comunicaciones.
Stoltenberg aseguró en las últimas semanas que la alianza no desplegará ninguna fuerza en Ucrania para defenderla de cualquier agresión rusa.
Pero los miembros de la OTAN han enviado fuerzas militares a los países vecinos que son miembros de la alianza.
Además, Stoltenberg ha dicho que los países miembros reaccionarían enérgicamente ante cualquier ofensiva rusa en esos territorios, en virtud del principio de defensa colectiva.