El exprimer ministro Silvio Berlusconi está uniendo a su imperio mediático en torno a la campaña para convertirse en presidente de Italia este mes, reavivando las preocupaciones latentes pero no resueltas sobre sus conflictos de intereses.
El multimillonario magnate de los medios de comunicación, de 85 años, que fue primer ministro durante cuatro mandatos, es el candidato formal de la alianza de centroderecha y controla tres canales de televisión nacionales, un diario y varias revistas.
Muchos comentaristas afirman que los antecedentes de Berlusconi -fue condenado por fraude fiscal y celebró fiestas sexuales “bunga bunga”- lo convierten en un candidato nada ideal, y sobre el papel carece del amplio respaldo parlamentario necesario.
Sin embargo, haciendo caso omiso de estas preocupaciones y de sus recientes problemas crónicos de salud, Berlusconi ha lanzado una campaña mediática que recuerda a las que le ayudaron a ganar tres elecciones nacionales.
Las votaciones entre más de 1.000 parlamentarios y delegados regionales comienzan el 24 de enero, y está tratando de conseguir el respaldo de decenas de diputados y senadores no afiliados que podrían llevarle al palacio presidencial.
Aunque no necesita los votos de sus compatriotas, Berlusconi espera que la creación de una corriente de opinión pública que respalde su candidatura pueda ayudar a convencer a los legisladores de que le apoyen.
“Quiere crear un impulso, no es estrictamente necesario, pero está claro que piensa que puede ser útil”, dijo Daniele Albertazzi, un profesor de política de la Universidad británica de Surrey que ha seguido de cerca la carrera de Berlusconi.
Durante semanas, los canales de televisión de Mediaset -propiedad de Berlusconi- han promovido sus ambiciones presidenciales, destacando sus cualidades y logros e ignorando manchas como un juicio en curso por presunto soborno de testigos en un caso judicial, en el que él niega los cargos.
El jueves, el periódico Il Giornale, propiedad de su familia, publicó un anuncio a toda página titulado “¿Quién es Silvio Berlusconi... quién mejor que él?”.
En él aparecía una foto de hace décadas del ex primer ministro y una lista de 22 de sus características y supuestos logros. Las cualidades incluyen ser “una persona buena y generosa”, “amigo de todos, enemigo de nadie” y “un hombre hecho a sí mismo, un ejemplo para todos los italianos”.
Uno de sus logros enumerados es “poner fin a la Guerra Fría”. Otros, aunque inexactos, incluyen “fundar la televisión comercial en Europa” y ser presidente del “club que más ha ganado en la historia del fútbol mundial”.