Al menos 4.360 personas han muerto, ente ellas casi 1.900 civiles, a lo largo del año 2023 en Siria, lo que supone la cifra más alta de víctimas desde 2020 en el marco de una guerra que comenzó hace ya más de una década.
El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos ha indicado que el número es superior que el registrado durante al año anterior, cuando murieron 3.825 personas, el número más bajo desde el inicio del conflicto armado en 2011.
Entre los 1.889 civiles fallecidos este año se encuentran, además, 241 mujeres y 307 niños, tal y como ha señalado la ONG, con base en Reino Unido e informantes en territorio sirio.
Así, la organización ha lamentado que a pesar de todos los intentos por alcanzar soluciones y “dejar de alterar el futuro de los sirios y de las resoluciones y treguas del Consejo de Seguridad, (...) el derramamiento de sangre continúa en suelo sirio y las masacres y combates continúan”.
“Hacemos un llamamiento una vez más a las partes a trabajar seria y continuamente al máximo de sus capacidades para detener el derramamiento de sangre del pueblo sirio, que se enfrentó a la tiranía y la injusticia para poder alcanzar un Estado de democracia, libertad, justicia e igualdad”, ha puntualizado.
En este sentido, ha hecho hincapié en que los “responsables de crímenes, violaciones y atrocidades contra el pueblo sirio sean llevados ante la justicia” y ha renovado su compromiso a seguir documentando las violaciones de Derechos Humanos que se dan sobre el terreno.