Las encuestas lo habían pronosticado, pero los votos lo confirmaron. Los primeros sondeos a pie de urna tras las elecciones legislativas en Portugal entregaron hoy una clara victoria al socialismo. Sin embargo, de acuerdo a los mismos resultados, en un principio no se habría logrado la mayoría absoluta.
El triunfo de António Costa, actual primer ministro y secretario general del Partido Socialista, le permitirá elegir quién lo apoya a la hora de conformar su gobierno. En un Congreso de 230 diputados, podría no necesitar juntar los votos del Bloco de Esquerda y del Partido Comunista para formar una mayoría de 116, sino que le bastaría con el apoyo de solo uno de ellos.
A pesar de los constantes llamados a votar del Presidente, Marcelo Rebelo de Sousa, y de todos los candidatos, la abstención fue cercana al 47%. Esto se debe, en parte, a una reforma que reinscribió automáticamente a todos los emigrantes portugueses. De hecho, la cantidad de inscritos ha aumentado, pero el número de votantes casi no ha sufrido alteraciones.
Los resultados de las elecciones reflejan que la población aprueba la gestión del actual gobierno socialista. A cuatro años del inicio de su mandato, la economía portuguesa mejoró considerablemente. El desempleo bajó a la mitad, disminuyendo de un 12,5% a un 6,2%. La inversión y las exportaciones crecieron en un 20%, posicionando a Portugal sobre la media de la eurozona, algo que no ocurría desde 2001. Además, el país europeo redujo su déficit de un 3% a un 0,2% y bajó la tasa de pobreza a mínimos históricos.