Socialistas obtienen una victoria en Cataluña y los independentistas pierden mayoría

Catalonia regional election, in Barcelona
Salvador Illa, candidato del Partido Socialista de Cataluña (PSC), hace gestos el día de las elecciones regionales de Cataluña, en Barcelona, España, el 12 de mayo de 2024. Foto: Reuters

Sin embargo, Salvador Illa no consiguió los escaños suficientes para la mayoría absoluta y necesitará a ERC y Comuns para gobernar. Carles Puigdemont, con el 21,6% de los votos, mejoró los resultados de Junts en cuatro escaños para lograr 36, pero esta alza no le sirve para alcanzar la presidencia de la Generalitat.


Los catalanes parecen haber comenzado a dejar atrás al independentismo. Así, al menos, se vio reflejado en las elecciones regionales de ayer, ya que le dieron un claro triunfo al Partido de los Socialista de Cataluña (PSC), con Salvador Illa a la cabeza, que obtuvo una victoria holgada al pasar de 33 a 42 asientos en el Parlamento catalán de un total de 135 escaños.

Tras conocer los resultados, Illa señaló que Cataluña “abre una nueva etapa para todos los catalanes, piensen lo que piensen, hablen la lengua que hablen y vengan de donde vengan”.

Eso sí, los escaños obtenidos por el socialismo no fueron suficientes para tener una mayoría absoluta (68 diputados) por lo que dependerá de Esquerra Republicana de Cataluña (ERC) y Comuns Sumar para conformar una suerte de tripartito de izquierdas. Algo que hasta anoche no estaba seguro.

El president en funciones, Pere Aragonès, anunció que ERC trabajará “desde la oposición”.

Para algunos expertos este resultado socialista representa un aval claro de la sociedad catalana a la política de distensión del presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, con los independentistas, entre lo que se incluye la amnistía a los líderes del procés. En cambio, el soberanismo se debilita y por primera vez en una década el bloque independentista no tendrá mayoría en el Parlament por el derrumbe de ERC, que cae de 33 escaños a 20. Mientras que el expresident Carles Puigdemont, con el 21,6% de los votos, mejoró los resultados de Junts en cuatro escaños para lograr 36, pero esta alza no le sirve para alcanzar la presidencia de la Generalitat.

Catalonia regional election, in Barcelona
Salvador Illa, candidato del Partido Socialista de Cataluña (PSC), reacciona el día de las elecciones regionales de Cataluña, en Barcelona, España, el 12 de mayo de 2024. Foto: Reuters

El expresident liderará el bloque independentista y se postulará a la presidencia del Govern tras exigir al PSC que se aparte. Puigdemont quiere que Sánchez le pague la investidura en Madrid con una abstención del PSC, escribió el diario El Confidencial.

Puigdemont alertó anoche del riesgo de un tripartito de izquierdas, que considera “una mala opción para Cataluña”, y ofreció a ERC “rehacer puentes” y negociar un acuerdo que lo haga presidente.

La inapelable victoria de Illa se consiguió sobre todo en Barcelona, donde el PSC sacó 28 escaños, diez más que Junts y 16 más que Esquerra. Los socialistas también se impusieron en Tarragona, pero con un escaño más que Junts y tres más que ERC. Puigdemont se impuso con claridad en Girona y en Lleida. Siete diputados en su tierra y seis en Lleida. En ambas demarcaciones los socialistas son segundos.

La suma del independentismo fue de 61 diputados, a siete de la absoluta. El bloque independentista (43,2%) cae 4 puntos, mientras que el constitucionalista (52,8%) sube 6 puntos. El partido que más crece fue el Partido Popular (PP), que quintuplicó su fuerza al pasar de 3 a 15 escaños, y de la última a la cuarta posición.

De esta forma, según los expertos, Alberto Núñez Feijóo cumplió todos sus objetivos pese a las dudas de la dirección con su candidato, Alejandro Fernández. Al final, se impuso con claridad a Vox, que consiguió 11 escaños. “Esta pugna particular en la derecha marcará el arranque vitamínico de los populares hacia las elecciones europeas del próximo 9 de junio, que son la prueba de resistencia más importante que afrontan los de Santiago Abascal”, escribió El Confidencial.

Catalonia's regional election, in the French town of Argeles-sur-Mer
Carles Puigdemont, líder separatista catalán exiliado y candidato del partido Junts per Catalunya (juntos por Cataluña), habla el día de las elecciones regionales de Cataluña, en la ciudad francesa de Argeles-sur-Mer, Francia, el 12 de mayo de 2024. Foto: Reuters

Para los analistas, el resultado parece ser una amenaza existencial para la gobernanza separatista en Cataluña, que encabezó un referéndum de independencia ilegal y una declaración de independencia en 2017 que causaron la peor crisis institucional de España en más de 30 años, pero cuyo movimiento ha perdido energía y unidad más recientemente.

También representa una reivindicación del controvertido intento del presidente socialista de España, Pedro Sánchez, de normalizar las relaciones con la inquieta Cataluña, incluida la emisión de indultos para condenas por la campaña independentista y, más recientemente, una controvertida amnistía que incluye a otros que aún enfrentan procesamiento, escribió Reuters.

El analista político e historiador Joan Esculies dijo a la agencia que, pase lo que pase después, el titular de la noche fue la represión del sentimiento separatista catalán: “El movimiento independentista se ha quedado sin ideas para convencer o movilizar a la gente como antes”.

“Se abren días de reflexión y negociación en torno a todas estas interrogantes. Pienso que el resultado es bastante buena noticia para Pedro Sánchez, que sin duda se atribuirá, a él y a sus recientes movidas tácticas, parte del buen resultado de Illa, que ahora me parece que importa más en La Moncloa que una hipotética, creo que improbable, retirada del apoyo al gobierno central de los siete diputados de Junts en el Congreso”, escribió el analista Fernando Jáuregui de Europa Press.

“Y pienso también que el resultado catalán es una buena noticia, en general, para los españoles, al margen de que signifique un espaldarazo indirecto a Pedro Sánchez. Illa es, aunque algunos sectores quieran negarlo, un claro constitucionalista, un hombre moderado, quizá triste, pero pienso que bastante sólido: no se dejará gobernar por Esquerra ni por las exigencias del independentismo, aunque sí pueda estar quizá excesivamente influido por La Moncloa, que es algo que también veremos... o no. Como todo lo demás, depende. ¿De qué depende? Prestemos atención, que una negociación dura, implacable, seguramente bastante opaca, empieza este mismo lunes. Quizá ya empezó anoche”, concluyó.

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