Es amplia la literatura reciente que ha señalado que la democracia en el mundo va a la baja. Y analistas advierten cada vez con más vehemencia aquella posibilidad. Un fenómeno que también alcanza a América Latina como lo revela el Latinobarómetro 2018. Según el estudio, sólo el 48% de los latinoamericanos prefiere la democracia a otra forma de gobierno. El año pasado este porcentaje fue de 53%, y en 2010, 61%. Solo en 2001 se había registrado un apoyo similar a la democracia, en plena crisis asiática.
El informe -que contó con entrevistas cara a cara en 18 países, entre el 15 de junio y el 2 de agosto de 2018 por la Corporación Latinobarómetro en alianza con el Instituto para la Integración de América Latina y el Caribe (INTAL)- sostiene que la tercera ola de la transición hacia la democracia que duró cerca de 30 años, llegó definitivamente a su fin en 2018, con al menos dos países que dejaron de cumplir con las "reglas mínimas que exige un régimen democrático": Venezuela y Nicaragua.
"Nuevos autoritarismos"
"Tenemos nuevos autoritarismos en países que tuvieron una transición a la democracia, (...) hay retrocesos de la democracia", sostiene el informe. Sin embargo, estos "nuevos autoritarismos latinoamericanos", no surgen ahora de forma concreta como un golpe de Estado, sino que nacen de las mismas democracias que se van transformando. El autoritarismo de esta época llega a través de las urnas. "Son civiles, hoy día, no militares los que llevan a los países no sólo a grados mínimos de democracia, sino también a su abandono como régimen político (…). Venezuela y Nicaragua dejaron de cumplir un sinfín de requisitos para ser considerados como democracias, y requieren tal vez la creación de una nueva tipología para identificar su tipo de régimen", expresa el informe.
Tanto Venezuela como Nicaragua han sido objeto de denuncias por parte de los organismos internacionales que denuncian una erosión de las garantías democráticas. Nicolás Maduro fue reelecto en mayo de este año en unas elecciones que suscitaron fuertes cuestionamientos, y Daniel Ortega en Nicaragua ha sido ampliamente juzgado por la represión de su gobierno frente a las masivas manifestaciones sociales.
Apoyo a la democracia
Según el documento, son 14 los países de la región en donde el apoyo a la democracia disminuyó entre 2017 y 2018. Sin embargo, en Nicaragua este indicador aumentó 11 puntos porcentuales. Venezuela, en tanto, es el país de América Latina que declara tener más apoyo a la democracia, con 75%, pese a que se registró una disminución con respecto a 2017 (78%).
Al desclasificar el apoyo a la democracia, en nueve países de la región el respaldo a esta alternativa es superior o igual a 50%. Detrás de Venezuela figura Costa Rica, con 63%; Uruguay con 61% y Argentina con 59%. Al otro extremo, entre los que apoyan en menor medida la democracia están El Salvador y Guatemala con 26%, seguidos por Brasil y Honduras, con 34%.
Pero el declive a la democracia expone un fenómeno que tiene directa relación: el de la indiferencia de los ciudadanos frente al tipo de régimen de gobierno. Este indicador aumentó de 16% en 2010 a 28% en 2018 y se relaciona con un alejamiento de la política, la no identificación ni con la izquierda ni la derecha, la disminución de quienes votan por partidos y con la acción de no ejercer el voto. Aquello ha gatillado en gran parte la aparición de populismos.
"Este contingente de desafectados de los gobiernos, las ideologías y la democracia son la fuente mayor en el surgimiento de populismos en la región, no son una novedad y hace años que se observa su crecimiento", advierte el informe. El país más "indiferente" con respecto a los regímenes democráticos o no democráticos es El Salvador, con 54%, seguido de Honduras y Brasil con 41%. Los países menos indiferentes son Venezuela con 14%, y Chile con 15%.
Otro aspecto es el apoyo al autoritarismo dentro de la región. Un 27% en Paraguay y un 23% en Chile sostienen que un gobierno autoritario puede ser preferible a uno democrático. En cambio, Venezuela tiene el menor apoyo al autoritarismo, con apenas 6%. En promedio, el 15% de la región se muestra favorable al autoritarismo.
El informe sostiene que el deterioro de las élites, la corrupción en países como Brasil; la desconfianza ciudadana en las instituciones de Estados como Nicaragua; la falta de conducción democrática de sus dirigentes, como el caso de Nicolás Maduro, así como la falta de líderes, constituyen el principal problema de las democracias a nivel latinoamericano.
Los negativos resultados presentados en este estudio indican que este 2018 puede denominarse como un "annus horribilis" para la región, y que hay que encender las alarmas, puesto que "sin militares, sin armas, es más difícil reconocer la pérdida de democracia".