En medio del escándalo desatado por las denuncias contra el expresidente argentino Alberto Fernández por presunta corrupción, violencia de género y engaños amorosos a su expareja Fabiola Yáñez, una encuesta nacional de una de las consultoras políticas más respetadas del país da cuenta del impacto del caso en el peronismo, el principal bloque de la oposición.
Se trata del sondeo a nivel nacional de la firma Zuban Córdoba y Asociados, el cual muestra que un 57,6% de los encuestados cree que el expresidente debe ser juzgado por violencia, y menos de un 30% afirma que se trata de “una operación contra el peronismo. Asimismo, el 76,4% de la sociedad argentina considera que el peronismo “debe renovarse y expulsar a los violentos”. El 70% está convencido de que los casos de violencia de género no solo ocurren dentro del peronismo, sino en todas las fuerzas políticas del país.
Sin embargo, la consulta realizada a 2.500 personas en todo el país también muestra que para el 60,5% de los consultados el caso de Alberto Fernández es utilizado por el gobierno del presidente Javier Milei “para tapar la crisis económica y el crecimiento de la pobreza”.
Esta sospecha, en todo caso, no parece tener mucho sustento si se tiene en cuenta que, en el mismo informe de la consultora, las denuncias contra el exmandatario recién ocupan el 10° lugar entre las principales preocupaciones de los argentinos, según destaca el diario El Cronista.
El podio de este top 10 está compuesto por el aumento de la pobreza (92,2%); el incremento en la desocupación (89,9%); y la renuncia del diputado misionero Germán Kiczka, investigado por supuesta pedofilia (89,7%).
El estudio de Zuban Córdoba y Asociados determinó que el 90% estaba informado sobre la denuncia por violencia de género en contra de Fernández, un índice “de conocimiento atípico que demuestra el profundo impacto que tuvieron los sucesos”, detallaron en el informe.
Además, un 58,3% aseguró que la administración de Javier Milei aprovecha estos escándalos para criticar duramente al feminismo. A su vez, ante la pregunta de si estaban de acuerdo o no “con la frase los libertarios no creen en la violencia de género, pero ahora la utilizan políticamente”, el 56,4% dijo estar de acuerdo, mientras que el 35,6% se expresó en sentido contrario.
Contrariamente a lo que se repite en los medios alineados con el gobierno, una mayoría del 51,1% está en desacuerdo con que “Milei haya cerrado el Ministerio de la Mujer y terminado con las políticas de género” frente a solo el 44,2% que respalda esas iniciativas. Asimismo, el 64,4% advirtió que el actual jefe de Estado tiene discursos violentos.
La opinión de los analistas
Los encuestadores y consultores en campañas electorales están de acuerdo en que la denuncia de Fabiola Yáñez contra Alberto Fernández tiene dos efectos casi indiscutibles. Uno, le da aire a un gobierno que viene en baja por el ajuste y el derrumbe de la economía de los hogares. Dos, fortalece el discurso anti-casta, incluso anti-política. Pero, después, en el resto de las consecuencias no hay acuerdo entre los expertos, destaca el diario Página/12.
“Sin duda es un hecho que afecta gravemente al expresidente Fernández, pero no vemos hasta ahora una afectación adicional a la que ya tenía el peronismo y la dirigencia en su conjunto. El 35% de argentinos que consideran que están cercanos al peronismo manifiestan con claridad, que les importa mucho más la historia, y lo que representa el peronismo, que las actuaciones de sus dirigentes actuales”, comentó el periódico Federico Aurelio, de la consultora Aresco,
Una visión distinta plantea Hugo Haime, de Haime y Asociados, quien considera que “la denuncia obviamente fortalece la idea de Milei de que hay un gran enemigo que es la casta”. “El ejemplo concreto -dirá el presidente libertario- es Alberto, mezclado con un caso de corrupción y con un tema de doble discurso respecto de la violencia de género. El segundo efecto es que profundiza la crisis dentro del justicialismo. Se plantea una discusión sobre el liderazgo, sobre la representatividad y sobre el futuro. Al haber una crisis de la oposición, las cosas quedan reducidas a si Milei acierta o no acierta. Y, por ahora, eso le da aire. Dentro de dos meses este efecto puede terminar rápidamente”, advierte.
En cambio, Eduardo Fidanza, de Poliarquía, tiene una mirada distinta y categórica. “El caso de Alberto Fernández es, desde el punto de vista sociológico, un escándalo clásico: un hecho de presunta corrupción devenido en una conducta aberrante en un contexto cultural que ha derrumbado los muros entre lo público y lo privado. Constituye un bochorno para el protagonista, del cual no se vuelve, y un festival para los medios y las redes, ávidos de negocios y sensacionalismo”, comentó a Página/12.
“En el plano político tiene un obvio y gran beneficiario cuando los protagonistas del escándalo pertenecen a la oposición: el gobierno de turno. Si este, como ocurre en el caso del de Milei, es exitoso convenciendo a las masas de que la oposición está culturalmente podrida, el negocio es doble: un nocaut no solo político, sino también ético, que resulta más mortífero. Las perspectivas son fulminantes para el kirchnerismo y malas para el peronismo, aunque nunca conviene apresurarse para decretar la muerte del otro”, añadió.
Coincide este análisis Raúl Timerman, de Grupo de Opinión, quien cree que “de toda esta trama, el principal perjudicado es el peronismo”. “La perspectiva es que el peronismo tiene que buscar una nueva forma, un nuevo modelo, salir para adelante y con nuevos dirigentes. La gente ha descartado la dirigencia actual del peronismo y no hay ningún dirigente peronista que tenga menos de 60 puntos de imagen negativa a nivel nacional”, apunta.