La crisis en Cataluña y evitar un nuevo bloqueo político fueron parte central del último llamado de los políticos a los españoles que acudieron a las urnas por segunda vez en el año y en la cuarta ocasión en los últimos cuatro años. Seis meses después de las legislativas del 28 de abril que dejaron al Partido Socialista Obrero Español (PSOE) de Pedro Sánchez con una mayoría -de 123 escaños- insuficiente para formar gobierno en solitario, un aire de incertidumbre vuelve a poner en jaque a los socialistas.
El sondeo a boca de urna de GAD3 para RTVE sostiene que la izquierda española integrada por el PSOE alcanzaría entre 114-119 escaños, Unidas Podemos entre 30-34 escaños y la leve injerencia de Más País, de Iñigo Errejón con 3 escaños. En tanto, la derecha tendría un salto: el Partido Popular (PP) aumentaría de los 66 escaños a entre 85-90; Ciudadanos (Cs) de Albert Rivera sufriría una caída difícil de repuntar con entre 14-15 escaños y la sorpresa de la jornada vendría de la mano del ultraderechista Vox con entre 56-59 escaños, lo que lo posiciona como la tercera fuerza política del país.
Así, Sánchez vuelve a ganar, pero el escenario aleja aún más una pronta estabilidad política ya que volvería a necesitar apoyo de otros partidos para formar gobierno.
Ante esto, el líder de UP, Pablo Iglesias intentó poner paños fríos a la enemistad con los socialistas generada en los últimos meses tras la falta de consenso entre los dos partidos izquierdistas sobre Vicepresidencias, ministerios y una agenda social para sellar un pacto político lo que finalmente finalizó con la fallida investidura del jefe de gobierno español en funciones.
Con el avance de las horas, los 37 millones de españoles habilitados para votar reflejaron su descontento ante la repetición electoral con una caída en la participación de alrededor de cuatro puntos en comparación al 28-A. Según la agencia Associated Press, hasta el 35% del electorado pudo haberse quedado en casa, frente al 28% de abstenciones en abril.
Ascenso de Vox
Ante la fragmentación nacional, la derecha española alcanzaría un mejor desempeño que en abril, especialmente por el PP y Vox, de Santiago Abascal.
"La repetición electoral facilita el trabajo de un partido antiestablishment y justo se da en el momento más álgido de la crisis catalana desde octubre de 2017 con el fallido referéndum. Vox cambió el enfoque de un discurso más de partido de extrema derecha tradicional a uno sobre nacionalista proteccionista de España sobre la globalización, inmigración y amenazas, como Marine Le Pen en Francia, lo que encaja muy bien en el momento que se vive en Cataluña. Así, Vox absorbe algunos votos del PP, de Cs que antes eran del PP y algunos abstencionistas", señala el Jorge Galindo, politólogo español a La Tercera.
En eso coincide el analista político Carlos Fernández, "Vox consigue consolidarse como tercera fuerza política del país, lo que es llamativo para el caso español y haría que España se aproxime cada vez más al auge de la extrema derecha en otros países europeos como Alemania, Francia y otros".
Según el diario La Vanguardia, ante la incertidumbre que dejaría el 10-N en la política española dada la imposibilidad que un bloque alcance la mayoría absoluta de 176 escaños lo que vendría en los próximos días serían negociaciones entre partidos para intentar llegar a La Moncloa.
Ante esto, Iglesias aseguró que "nosotros vamos a tender la mano al Partido Socialista. Pensamos que (al) combinar la valentía de Unidas Podemos con la experiencia de los socialistas podemos convertir nuestro país en un referente de políticas sociales. Vamos a dejar atrás los reproches".