El adolescente que supuestamente mató a tiros a dos personas e hirió a otras cinco dentro de un popular centro comercial en el corazón de la capital de Tailandia empleó una réplica de un arma que había sido modificada para disparar balas reales, dijo la policía el miércoles.
El sospechoso fue detenido menos de una hora después de que se efectuasen los disparos el martes por la tarde en el Siam Paragon Mall, uno de los más grandes y lujosos de Bangkok.
Un video publicado en redes sociales y emitido en televisión mostró a un adolescente de pelo largo detenido por la policía. La prensa local reportó que tenía 14 años y estudiaba en una destacada escuela privada. El recién nombrado jefe de la policía, Torsak Sukvimol, solo confirmó que era menor de edad y tenía antecedentes de haber recibido tratamiento por enfermedad mental.
El arma empleada era “un arma de plástico adaptada para utilizarla con balas de verdad”, dijo el asistente de la policía nacional, Samran Nualma, en una conferencia de prensa. Se ha indicado que originalmente esta pensada para disparar balas de fogueo o balines.
Samran apuntó que las autoridades están revisando la regulación para ese tipo de armas. Las réplicas de armas son populares entre los aficionados al material militar en Tailandia y se pueden comprar libremente. Las licencias de armas reales están restringidas y limitadas a mayores de 20 años. La sanción por posesión ilegal de armas de fuego es de hasta 10 años de cárcel y una multa 20.000 bahts (538 dólares).
La ministra de Turismo y Deporte, Sudawan Wangsuppakitkosol, confirmó en una conferencia de prensa que un ciudadano chino y otro de Myanmar perdieron la vida en el accidente. Cinco personas más estaban hospitalizadas — una de China, otra de Laos y tres tailandeses — y varios se encontraban en estado crítico.
“Tenemos que restablecer la confianza. Discutiremos con la policía nacional la adopción de medidas de seguridad en centros comerciales y comunidades para evitar este tipo de incidentes”, anunció.
Hace varios años, durante un episodio de tensiones políticas, Siam Paragon instaló detectores de metales en sus accesos, pero últimamente se vigilan de forma casual. El miércoles, los guardias de seguridad registraban manualmente los bolsos de los clientes que entraban. En el interior, operarios reparaban la fachada de una tienda de lujo que parecía haber sufrido daños en el asalto.
Tailandia confía en su otrora floreciente industria turística para recuperarse plenamente de las consecuencias de la pandemia de coronavirus. Está animando especialmente la llegada de visitantes de China, que antes de la pandemia eran mayoría. Pero las redes sociales chinas se han llenado recientemente de advertencias sobre la seguridad en el país tras algunos delitos y estafas de gran repercusión.
La violencia armada no es inusual en Tailandia, aunque los tiroteos masivos sí lo son. En 2020, un soldado descontento abrió fuego en un centro comercial y en sus inmediaciones en Nakhon Ratchasima, una ciudad del noreste, y mató a 29 personas antes de ser abatido por la policía tras 16 horas de asalto.