Tal como lo vaticinaban las últimas encuestas los precandidatos demócratas, Joe Biden y Bernie Sanders se repartieron todos los triunfos en uno de los Super Martes más reñidos de los últimos años. El exvicepresidente de la era Obama logró imponerse en nueve de los 14 estados que realizaron primarias, mientras que el senador por Vermont ganó en tres estados. Ya pasada la 01:00, The Associated Press proyectó el triunfo de Sanders en California, el mayor premio de la noche.
En Texas, el segundo estado más preciado, la contienda transcurrió muy reñida pero finalmente Biden ganó sorpresivamente.
La ofensiva del establishment demócrata comenzó a dar frutos y Biden, de 77 años, vivía una suerte de renacer al imponerse en los estados del sur, según las proyecciones de la cadena CNN y la agencia The Associated Press. El exvicepresidente, del ala moderada del partido, disfrutaba de un impulso desde su triunfo el sábado en Carolina del Sur, lo que gatilló el respaldo de una avalancha de funcionarios prominentes del partido y ex rivales como Amy Klobuchar y Pete Buttigieg.
Biden ganó cinco de los estados del sur: Virginia, Carolina del Norte, Alabama, Arkansas y Tennesee, lo que daba cuenta de su fortaleza entre los votantes negros. De hecho, según The New York Times, más de un 60% de los electores afroamericanos le dio su apoyo. Virginia y Carolina del Norte son dos estados donde predomina la población suburbana, que es justamente la que le dio al Partido Demócrata un buen resultado en las elecciones de medio mandato el 2018 y que son en su mayoría mujeres con educación universitaria. Biden también conseguía el respaldo de los votantes mayores y de quienes habían decidido su voto en los últimos días.
A estos estados se les sumaron Oklahoma, Minnesota y Massachusetts, estados donde no era favorito. Al mismo tiempo, luchaba voto a voto en Maine, otras de las sorpresas de la noche. “No le llaman Súper Martes por nada. Estamos vivos. Para aquellos que han sido golpeados, dejados de lado, descontados, esta es su campaña”, señaló Biden.
El premio mayor
El senador de Vermont, por su parte, se anotó un triunfo en su estado como era de esperar, Colorado, Utah y California, el gran premio de la noche. Esto mostraba su fortaleza entre los votantes menores de 40 años. Pero al mismo tiempo, según The New York Times, mostraba su incapacidad expandir su atractivo hacia los electores más viejos y negros.
La primaria de Colorado fue la primera en 20 años, y la victoria de Sanders mostraba cuánto puede atraer el Partido Demócrata a los independientes, que siguen siendo el bloque más grande de votantes en un estado que se ha movido hacia la izquierda en los últimos comicios.
“No podemos vencer a Trump con la misma vieja clase de política. Vamos a enfrentarnos contra el establishment corporativo”, afirmó Sanders.
California, el premio de la jornada, se suponía debía ser para Sanders, aunque los resultados podrían demorar algunos días. El estado era clave en estas primarias debido a que otorga 415 delegados (de un total de casi 4 mil a nivel nacional). Según los sondeos se proyectaba que Sanders se quedara con esta joya de la corona, aunque Biden también tendría un número considerable de delegados.
Con 228 delegados en juego, Texas era el otro estado preciado de esta reñida carrera por la nominación. Si bien los sondeos vaticinaban un resultado estrecho, finalmente Biden ganó de manera sorpresiva.
En otras primarias, el Super Martes ha significado la consolidación definitiva de una candidatura -como ocurrió con Bill Clinton en 1992-, la resurrección de un precandidato que se consideraba muerto o bien la sepultura definitiva de una aventura presidencial. Pero también podría darse una suerte de “empate”, tal como lo sucedido en 2008, cuando Barack Obama y Hillary Clinton se declararon ganadores.