Una presunta espía rusa trabajó en la embajada de Estados Unidos en Moscú durante una década antes de ser despedida silenciosamente el año pasado, señalaron informes de prensa el jueves.

La mujer, de nacionalidad rusa, fue contratada por el Servicio Secreto y estaba bajo sospecha luego de un chequeo de seguridad rutinario por parte del Departamento de Estado, según fuentes consultadas por el diario británico The Guardian, que divulgó originalmente la historia, y luego la cadena estadounidense CNN.

La investigación descubrió que tenía reuniones periódicas no autorizadas con miembros de la principal agencia de inteligencia rusa, el FSB

"Suponemos que todos ellos están hablando con el FSB, pero ella les estaba dando mucha más información de la que debería tener", dijo un funcionario a CNN.

La mujer tenía acceso a los sistemas de intranet y correo electrónico del Servicio Secreto, según los informes, lo que le daba una ventana a datos  potencialmente sensibles, incluyendo las agendas del presidente y  vicepresidente de Estados Unidos.

De todas maneras, la mujer "no tenía acceso a información altamente clasificada", indicó la fuente a la CNN.

Mientras tanto, The Guardian informó que el Servicio Secreto intentó contener la situación embarazosa dejándola ir cuando Rusia ordenó la remoción  de 750 miembros de la embajada estadounidense durante la disputa diplomática generada por las acusaciones de interferencia de Moscú en las elecciones  presidenciales de 2016 en Estados Unidos.