Un día después de lanzar la invasión a Ucrania, el Presidente ruso, Vladimir Putin, instó al Ejército ucraniano a “tomar el poder” en Kiev y derrocar a Volodymyr Zelensky y a su entorno, a los que calificó de “pandilla de neonazis y drogadictos”. Paradójicamente, a más de dos meses de iniciado el conflicto, ahora las denuncias de supuesto uso de drogas afectan a las propias tropas del Kremlin desplegadas en el país invadido.
Según mensajes interceptados y llamadas telefónicas a los que tuvo acceso el diario británico The Sun, los “desesperados” comandantes rusos han recurrido a drogar a sus propios soldados desmoralizados para evitar que se escapen.
En los mensajes, compartidos por el Servicio de Seguridad de Ucrania, un exasperado comandante ruso le dice a otro que está “inyectando” a sus reacias tropas para que luchen en la guerra de Ucrania.
El chat parecía ser una serie de mensajes de texto entre dos comandantes rusos en una aplicación de mensajería, con actualizaciones compartidas entre los dos sobre la invasión rusa de Ucrania. Mientras el primero pregunta: “¿Qué pasa?”, el segundo responde: “No es bueno”.
Aparentemente refiriéndose a su grupo de soldados, uno de los comandantes dice: “Están huyendo. Mis muchachos también están muy asustados ahora. Todos están cansados. No quedan fuerzas. Incluso los estoy inyectando. No ayuda. Creo que están muy cansados”.
Luego, el video pasa a una llamada telefónica interceptada que ha sido doblada al inglés, nuevamente supuestamente entre dos soldados rusos. Uno le pregunta al otro “¿cómo te va?”, a lo que el segundo responde: “Está bien. Todo el mundo ya está apático. Completamente desmoralizado”.
En una aparente referencia a la alta tasa de muertes o deserción rusa, continúa: “En las compañías quedan como 10 a 15 personas en el mejor de los casos. Los oficiales ya están entrando en pánico. Quieren que todo termine”.
Y concluye: “En general, todos están hartos de todo esto”, y dice que lo único que quiere hacer es “ir a casa, abrazar a los niños, esposa. Eso es todo, no quiero nada más”.
The Sun aclara que no se sabe exactamente cuándo y dónde se interceptaron los mensajes y las llamadas. Sin embargo, esta no es la primera vez que las autoridades ucranianas interceptan correspondencia rusa, agrega.
Al respecto, grabaciones registradas por la inteligencia ucraniana y reproducidas por el diario El Confidencial dan cuenta de la conversación que un soldado ruso mantuvo, a fines de marzo, con su madre, a quien le confiesa: “Parece que me he convertido en un alcohólico aquí. Todo es tan terrible que casi me bebo a mí mismo. Ayer hablé con un oficial de las fuerzas especiales y todo estaba bien. Por la mañana, supe que había muerto”.
Estimulantes de combate
Pero desde el lado ruso también acusan a las tropas ucranianas de supuesto uso de drogas. En marzo, la agencia de noticias rusa Sputnik informó que la milicia popular de la República Popular de Donetsk había descubierto, a las afueras de Mariupol, un laboratorio clandestino que producía estimulantes de combate para los ultranacionalistas ucranianos.
El director del Centro de Cooperación Social e Informativa Europa, Eduard Popov, reveló que fue en 2014, tras el inicio del conflicto en el este de Ucrania, cuando supo de la existencia de dichos estupefacientes. “Unos amigos de la República Popular de Donetsk me contaron que en los años 2014 y 2015, a menudo observaban que los militantes del batallón ultranacionalista Azov se comportaban de manera completamente inadecuada, como si no se dieran cuenta de la realidad”, comentó Popov a Sputnik.
El experto detalló que, bajo el efecto de esas drogas, los militantes “dejan de sentir miedo”. Los estupefacientes de combate “mejoran la resistencia física y disminuyen el dolor”.