Fueron nueve horas de negociaciones entre los 28 países miembros de la Unión Europea (UE) en Bruselas, que terminaron en un acuerdo sobre el flujo migratorio a ese continente, aunque sin mucha claridad de cómo se llevará a cabo.

Entre lo pactado figura la creación voluntaria de centros en tierra europea destinados a recibir a los cientos de migrantes que llegan por mar desde las costas de Libia cada día. Una situación que tiene alarmado al gobierno italiano, que recibe directamente a la mayoría de estos migrantes. De hecho, el primer ministro de Italia, Giuseppe Conte, había amenazado con boicotear el acuerdo de los 28 si no se respondía de manera solidaria a la crisis migratoria. "Italia ya no está sola, tal como pedimos", expresó Conte luego del acuerdo.

La cumbre tenía como fin lograr un consenso sobre el Reglamento de Dublín, que establece que el país europeo por el que primero ingresa un inmigrante es el responsable de gestionar su solicitud de protección internacional.

Según lo acordado por el bloque europeo, en estos centros de acogida se haría "rápidamente" una distinción entre los inmigrantes irregulares que deben ser deportados y quienes solicitan asilo de manera legítima. Estos últimos podrían ser distribuidos en toda la UE, "de forma voluntaria".

Pero es precisamente sobre el concepto "voluntario" que ya han surgido diferencias entres los países de la UE.

El Presidente Emmanuel Macron manifestó que "Francia no abrirá centros" para los inmigrantes porque "no es un país de primera llegada". Macron se refería a que España, Italia, Malta y Grecia son los que deben establecer los centros de recepción de inmigrantes.

Austria, a través del canciller Sebastian Kurz, también rechazó la idea de albergar dichos centros. "No somos un país de primera llegada, a menos que la gente se tire en paracaídas", dijo. El "Grupo de Visegrado" (Polonia, Hungría, República Checa y Eslovaquia) también se niega a recibir migrantes.

Ante esto, el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, señaló que es "demasiado pronto" para calificar de exitoso el acuerdo, con la advertencia de que su aplicación en terreno es lo más difícil, y que lo acordado hoy simplemente era la parte más fácil.

"Es un paso importante en la dirección correcta, pero no es de ninguna manera el fin del camino", señaló la canciller alemana Angela Merkel. En tanto, el Presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, quien acudió por primera vez a una cumbre de la UE, sostuvo que "no es el mejor de los acuerdos, pero es un acuerdo importante que cambia la dirección del debate y ofrece una perspectiva europea para encarar este desafío".

Otro de los puntos que encontró más consenso entre los miembros del bloque fue la idea a largo plazo de crear "plataformas de desembarco" fuera de la UE. Estos centros podrían estar ubicados en países del norte de África, pero aún no se ha conversado con esas naciones y no se sabe si lo aceptarán.

Estas plataformas acogerían a los migrantes que deseen llegar a Europa y desde África se haría el proceso de selección. Libia podría ser uno de estos países, junto con Egipto, Argelia, Marruecos, Níger y Túnez. Sin embargo, Marruecos ya se mostró en contra de la medida y Túnez tampoco es favorable a ella.