Sydney dejará de ser conocida como una sola ciudad y pasará a dividirse en tres. Ese es el ambicioso plan a 20 años que propone una agencia gubernamental de la urbe australiana, con el objetivo de que la mayoría de los residentes vivan a menos de 30 minutos de sus trabajos, centros educativos, de salud y servicios. Algo que difiere drásticamente de la situación actual que vive Sydney y la mayoría de las grandes ciudades del planeta.

Un incontrolable crecimiento de la población, el aumento de los precios de la vivienda y la congestión en el transporte a diario, son los problemas que enfrentan estas ciudades que terminan por degradar la calidad de vida de sus habitantes. No cuesta encontrar artículos en la prensa australiana titulados: "Sydney, te amo, pero eres más mala que nunca: es por eso que me voy", o "Por qué me voy de Sydney: la ciudad que castiga activamente a las personas por vivir en ella". Las razones tienen que ver con el costo y la calidad de vida.

Esta ciudad va camino a duplicar su población de 4,7 millones de habitantes hacia el año 2056, mientras que durante el mismo período se prevé que Londres y Nueva York solo crezcan un 30%. Pero el problema está en que dicho crecimiento sería disparejo. De las 1,7 millones de personas que se esperan en la ciudad para 2036, se prevé que dos tercios se asienten en el Greater Western Sydney, una zona multicultural ubicada hacia el oeste del área metropolitana. Sin embargo, la riqueza y el desarrollo seguirán concentrándose en el este de Sydney. "Este reequilibrio aprovechará ese crecimiento y ofrecerá los beneficios de manera más equitativa en la Gran Sydney", asegura a este diario una portavoz del proyecto.

"Sydney está colapsando. El sistema de transporte es caro y malo, no hay coordinación entre el tren y el metro. La razón es que no existe un plano regulador. Todo se ha ido construyendo de forma improvisada. El costo de la renta es casi el doble que en Melbourne", cuenta Margaret Haslam, profesora de inglés de 46 años, quien se mudó de Sydney a Melbourne.

Ciudades de 30 minutos

Así, el "Plan de la Gran Región de Sydney: una metrópoli de tres ciudades", lanzado hace un mes, propone tres ciudades, con lugares de trabajo más cercanos a donde vive la gente y una reducción en el tiempo de viaje. "El concepto de la ciudad de 30 minutos es una aspiración a dar a las personas la oportunidad de vivir a menos de 30 minutos del lugar donde trabajan, estudian y se divierten, en lugar de tener que pasar mucho tiempo viajando", explica la portavoz.

Estas tres ciudades ya tienen nombre y se llamarán Eastern Harbour City, al este de la ciudad donde se ubica el Opera House, Bondi Beach y el distrito de negocios, la zona con mayor preferencia para residir; Central River City, a unos 30 kilómetros del distrito central de negocios actual de Sydney donde se ubica la ciudad periférica de Parramatta; y Western Parkland City. Esta última ciudad, es la gran novedad, pues transformará al oeste de Sydney, asociado tradicionalmente con altas tasas de delincuencia, en una aerotrópolis, es decir, una subregión metropolitana donde el diseño, la infraestructura y la economía se centran en un aeropuerto.

Pero el proyecto ya ha sumado detractores, que aseguran que el plan no soluciona el problema de fondo de la ciudad. "(El plan) continúa una tendencia poco saludable dentro de nuestra gobernanza urbana; una que evita el análisis crítico de la condición urbana de la ciudad a favor de proyectar una imagen estetizada de Sydney como una 'ciudad global'", escribió en una columna en el The Sydney Morning Herald el urbanista Chris Brown, quien ha trabajado en Australia, Reino Unido y Medio Oriente.

"En principio, el plan tiene mérito. Pero lo malo está en los detalles y la implementación", señala a La Tercera el director del programa de urbanismo en la Universidad de Sydney, Dallas Rogers. El experto explica que Sydney tiene un importante problema de asequibilidad de la vivienda, y que este plan solo complica esta problemática. "Este problema se agrava aún más para las personas que viven en el oeste de Sydney, que es un área históricamente más pobre de la ciudad. Gran parte de la actividad de desarrollo se centrará en esta área, pero no está claro si los beneficios del desarrollo serán en interés de los habitantes del oeste de Sydney", añade Rogers.

Pero según aseguran desde el proyecto, la investigación para crear el plan se basó en 10 importantes ciudades en el mundo, entre ellas Londres, Munich, Nueva York, París, San Francisco, Seúl, Singapur, Estocolmo y Toronto.