Hoy Taiwán vota en las elecciones más disputadas desde su transición a la democracia, dominadas más que nunca por la influencia de China, que ha sido acusado de querer manipular los resultados a su favor.
Se espera que la actual Presidenta, Tsai Ing-wen, obtenga una victoria fácil. La mandataria ha convertido esta elección en un referendo sobre la identidad de Taiwán, mostrando a sus oponentes como si estuvieran dispuestos a entregar la isla a Beijing.
En las últimas encuestas, Tsai marca más de un 50% de apoyo, mientras que su principal rival, Han Kuo-yu, del partido Kuomintang (KMT), ronda el 15%.
Esto ha llamado la atención de los analistas, porque en las elecciones locales de 2018 el Partido Progresista Democrático (DPP) de Tsai sufrió una fuerte derrota. Tras perder los principales ayuntamientos de la isla, la jefa de Estado decidió renunciar al liderazgo de su colectividad.
Sin embargo, en los últimos meses su apoyo ha ido en aumento, en gran parte por la respuesta del régimen de Xu Jinping al movimiento prodemocracia en Hong Kong.
El partido de Tsai se ha manifestado abiertamente en contra de Beijing. De hecho, la última campaña del DPP evidencia la relación entre el movimiento de Taiwán con el de Hong Kong, según los analistas. En tanto, el principal partido de oposición, el KMT, ha adoptado políticas cada vez más favorables a China.
Además, Han ha sido acusado de recibir ayuda de Beijing desde el principio de la campaña, y el DPP ha culpado al KMT de hacer campañas de desinformación respecto a las consecuencias de unirse a China continental.
Pese al triunfo casi seguro de Tsai en las presidenciales y la gran mayoría con que actualmente cuenta el DPP en el Parlamento, la popularidad de Han podría ayudar al KMT a reducir esa brecha en las elecciones legislativas que también se disputan hoy, apunta el diario hongkonés South China Morning Post.
Futuro de Taiwán
Con todo, la eventual victoria de Tsai significaría otro golpe a la estrategia de "un país, dos sistemas" del Partido Comunista chino. Hasta ahora, Beijing ha fallado en sus intentos de recuperar Taiwán, pero, según analistas, la obsesión del sector continental no se desvanecerá en el futuro próximo. Incluso, señalan algunos, podrían empezar a considerarse opciones militares, que podrían terminar en un conflicto mucho más grave.