Los talibanes se han reunido este martes en Doha con delegaciones de Estados Unidos, la Unión Europea y otros países occidentales, y les han pedido llevar a cabo una cooperación “constructiva” con el fin de las sanciones ya que la “inestabilidad” del país “no interesa a nadie”.
Las delegaciones han mantenido un encuentro con el ministro de Exteriores del gobierno talibán en el país centroasiático, Amir Jan Muttaqi, quien ha aseverado que el “debilitamiento” del actual Ejecutivo afgano “no beneficia a nadie” porque sus “efectos negativos afectarán directamente al mundo en materia de seguridad y migración”, según recoge un comunicado difundido por el portavoz del gobierno talibán, Zabihulá Mujahid.
Muttaqi aseveró que el gobierno tiene la “prioridad” de pagar los sueldos de meses anteriores a medio millón de funcionarios afganos y retomar nuevos proyectos económicos, por lo que ha reclamado asistencia financiera internacional y que se ponga fin a las sanciones existentes.
En concreto, ha demandado que se permita que los bancos operen “normalmente” para que las organizaciones humanitarias y del gobierno “puedan pagar los salarios a su personal con sus propias reservas”.
Por su parte, el portavoz del Departamento de Estado estadounidense, Ned Price, indicó en una rueda de prensa de que en la cita de este martes se han abordado cuestiones como el “paso seguro, la importancia del contraterrorismo y el imperativo de respetar los Derechos Humanos”.
Price ha precisado que el encuentro de este martes con los talibanes junto a la UE y otros países -Alemania, Francia, Noruega, Italia, el Reino Unido, Países Bajos, Suecia, Canadá, Suiza y España- ha sido organizado por el gobierno de Qatar y se han tratado temas similares a los discutidos en reuniones de Washington con líderes de la milicia el fin de semana.
Respecto a aquellas conversaciones, ha reiterado que fueron “sinceras, profesionales, comerciales y en gran medida positivas” y que Estados Unidos aprovechó para dejar “claro” a los talibanes que “serán juzgados no solo por sus palabras, sino únicamente por sus acciones”, una cuestión por la que por el momento no se responderá a las peticiones de los insurgentes sobre la descongelación de las reservas del Banco Central afgano.
En los distintos encuentro, Washington se enfocó también en la “amenaza compartida” de grupos terroristas como Estado Islámico de Provincia de Jorasán (ISKP), ha explicado.
Respecto al apoyo al pueblo afgano, apuntó a “cierto consenso” entre las partes respecto a la ayuda humanitaria” y destacó que para la lucha contra el Covid-19, Estados Unidos enviará a Afganistán 3,3 millones de dosis.
Reasentamiento
Por otro lado, Price ha avanzado que el embajador John Bass será reemplazado por la embajadora Elizabeth Jones como responsable de los esfuerzos de reubicación en Afganistán. Jones se centrará ahora en la “cuestión compleja” de facilitar la reubicación y reasentamiento en Estado Unidos de las personas afganas con las que se tiene “un compromiso”.
Al respecto, el portavoz ha añadió que desde la retirada del personal del país centroasiático el pasado 31 de agosto, un “par de miles” de afganos han salido con el “apoyo” de Washington.
La “salida segura” de estos y ciudadanos estadounidenses ha sido una de las principales cuestiones tratadas con los talibanes en las recientes reuniones ya que se trata de unos principales requisitos demandado por el país norteamericano.
“El imperativo de un paso seguro es una de esas métricas clave para juzgar nuestro enfoque de cualquier futuro gobierno de Afganistáno”, afirmó Price, quien ha señalado a que hay área de conducta de los talibanesque “son lamentablemente deficientes”.