Las fuerzas militares de Kazajistán están en máxima alerta ante la posibilidad de nuevos disturbios este viernes, en el inicio de la celebración de la Navidad ortodoxa en el país, un evento que coincide con los peores disturbios registrados en años, primero por el aumento de los precios del gas licuado, esencial en los desplazamientos por la antigua república soviética, y que ahora se han transformado en una protesta contra las autoridades.
Cada año, 6 y 7 de enero, son millones de ortodoxos los que celebran esta importante festividad. El 6, a la medianoche, celebran Nochebuena, mientras que al día siguiente festejan Navidad.
El motivo por el que los cristianos católicos y ortodoxos celebran la Navidad en fechas distintas es el uso de calendarios diferentes. Los fieles ortodoxos se rigen por el calendario juliano, mientras que los católicos por el gregoriano.
Coincidiendo con el inicio esta medianoche (hora local) de la misa navideña en la catedral de Cristo Salvador de Moscú, el diario kazajo Vlast ha informado de que el centro económico del país, la ciudad de Almaty, se encuentra completamente acordonado después de que el Ejército kazajo dispersara la plaza de la República, epicentro de las protestas, tras un nuevo día de enfrentamientos.
La dispersión tuvo lugar a última hora de la noche del jueves después de que la protesta acabara disparos de por medio que podrían haber dejado varios muertos y heridos, según informan fuentes sobre el terreno de la agencia de noticias rusa TASS.
Los responsables de los disparos no han sido identificados y procedieron a darse a la fuga. Según el canal de noticias Jabar 24 también fue despejada la sede de la administración de la ciudad y la residencia presidencial.
Por otro lado, la Fiscalía General de Kazajistán también ha anunciado este jueves la apertura de casos penales por “organización y participación en disturbios masivos”, así como el inicio de “una investigación previa al juicio por un acto de terrorismo”.
Con este fin, según el comunicado recogido por la agencia oficial de noticias rusa, RIA Novosti, se ha enviado un grupo operativo de investigación interdepartamental que incluye a “los empleados más experimentados” del Ministerio del Interior y servicios de seguridad.
En la misma nota, la Fiscalía avisa de que los participantes de disturbios en Kazajistán podrían enfrentarse a penas desde ocho años de prisión hasta cadena perpetua con privación de la ciudadanía.
La Policía kazaja, por su parte, acusa de los disturbios a “seguidores radicalizados”, “extremistas altamente organizados” y “entrenados de forma seria en el extranjero”.
Las protestas se han reproducido en múltiples ciudades del país, como Atyrau, Aktobe, Uralsk e incluso la capital, Nursultán, donde ahora mismo hay en vigor un estado de emergencia que se prolongará por espacio de dos semanas.
Las autoridades de Kazajistán se han limitado a confirmar la muerte de “decenas” de personas que intentaron irrumpir en la noche del miércoles en varios edificios administrativos de Almaty mientras que la oficina del comandante de la Policía de la ciudad ha cifrado en 18 el total de agentes muertos en los enfrentamientos y sitúa en 748 la cifra de militares y miembros de las fuerzas de seguridad que han resultado heridos.
Entre los fallecidos se encontraría el conductor de un equipo de grabación del canal de televisión Almaty TV como resultado de una herida de bala durante un tiroteo cerca de la residencia presidencial, según fuentes del canal de televisión Mir-24.
Naciones Unidas ha manifestado este jueves a través de su portavoz, Stephane Dujarric, que es incapaz por el momento de contrastar los datos de víctimas. “Lo que está claro es que las manifestaciones tienen que ocurrir en paz”, ha declarado el portavoz antes de confirmar que todo el personal de la ONU en el país -- 285 personas y otros 25 empleados de la misión de la ONU en Afganistán -- están a salvo y localizados.
También en las últimas horas se ha dado a conocer el inicio de una operación antiterrorista en la región de Kyzylorda, en el sur de Kazajstán, donde 168 personas resultaron heridas en los disturbios, según ha informado este jueves la jefa del Gobierno regional, Gulshara Abdykhalikova. La región se encuentra ahora en situación de “alerta roja por terrorismo”.
Presencia internacional
Los enfrentamientos han provocado que la Organización del Tratado de la Seguridad Colectiva (OTSC), de la que forman parte Armenia, Bielorrusia, Kazajistán, Kirguistán, Rusia y Tayikistán, haya decidido mandar un contingente de protección abanderado por un despliegue de militares bielorrusos que se encuentran ya en suelo kazajo.
“Fuerzas bielorrusas han llegado en cinco aviones Il-76″, según ha informado el ministro de Defensa bielorruso, Viktor Khrenin, como resultado de las conversaciones con su homólogo en funciones kazajo Murat Bektanov. Las fuerzas están determinadas a “restaurar el orden y prevenir violaciones del orden constitucional”, ha indicado.
Después de que la portavoz del Departamento de Estado de EEUU, Jen Psaki, expresara dudas sobre la legalidad del despliegue de la OTSC -- “En este momento no sabemos si actúan a invitación de Kazajistán o no”, ha manifestado -- la Misión Permanente de Kazajistán ante Naciones Unidas ya ha informado al Consejo de Seguridad de la ONU sobre las medidas de estabilización que están siendo adoptadas, según fuentes de TASS.
En su comparecencia, Psaki denunció como “una locura” las acusaciones vertidas sobre una injerencia de Estados Unidos en las protestas. “Es una campaña de desinformación de Rusia, como todas”, ha declarado.