La primera ministra británica, Theresa May, afirmó hoy en sede parlamentaria que Salisbury, la localidad del sur de Inglaterra donde el pasado 4 de marzo fueron envenenados los Skripal, es un lugar "seguro" para residentes y visitantes.
La autoridad declaró que no es necesaria "ninguna precaución adicional" para transitar por la ciudad, donde la pasada semana comenzaron las labores de descontaminación en nueve lugares donde se registraron restos del agente nervioso tipo Novichok con el que fueron atacados el ex espía ruso Serguéi Skripal y su hija Yulia.
"Los cordones se mantienen en las zonas donde se están llevando a cabo las labores de limpieza para proteger al público", explicó May, quien adelantó que, cuando culmine ese trabajo, se tomarán muestras para "garantizar que esos lugares son totalmente seguros para la gente".
Según adelantaron las autoridades la pasada semana, las tareas de descontaminación, en las que ayudan más de 200 militares y que van a suponer un desembolso de millones de libras, se alargarán "durante meses".
El Gobierno británico informó hace días de que el agente tóxico empleado para atacar a los Skripal, de lo que responsabiliza a Moscú, tenía forma líquida y que la mayor concentración se localizó en casa del exespía ruso, aunque, apuntaron, se utilizó "una cantidad muy pequeña".
Según publicó el pasado fin de semana el diario británico The Telegraph, la policía y los servicios de inteligencia habrían identificado a algunos sospechosos "clave" del incidente, que, tras lo sucedido, habrían viajado de vuelta a Rusia.
Según el Gobierno del Reino Unido, el ataque a Serguéi Skripal, de 66 años, y su hija Yulia, de 33, fue orquestado directamente por orden del presidente ruso, Vladímir Putin.
Rusia ha negado en todo momento su implicación en el caso, mientras que los aliados del Reino Unido han apoyado la tesis del Gobierno de Theresa May.
El suceso ha disparado las tensiones entre los dos países, con la expulsión de decenas de diplomáticos y continuos cruces de acusaciones.
Yulia Skripal recibió el alta hospitalaria la pasada semana y se encuentra en "un lugar seguro" no especificado que le ha proporcionado el Ejecutivo británico, ante quejas de ocultación por parte de las autoridades rusas, mientras que su padre continúa ingresado en un hospital de Salisbury.