La primera ministra británica, Theresa May, pidió hoy apoyo a su acuerdo de salida de la Unión Europea (UE) para impedir que ciertos diputados, en general proeuropeos, frustren el "brexit", previsto para el 29 de marzo.
En un discurso en Stoke-on-Trent (norte inglés) advirtió que, de ser rechazado su tratado en la votación de mañana, la suspensión del "brexit" sería "incluso más probable" que dejar el bloque europeo sin un pacto bilateral.
"Como hemos visto en las últimas semanas, hay algunos en (el Parlamento de) Westminster que pretenden retrasar o incluso detener el 'brexit' y usarán cualquier mecanismo para lograrlo", afirmó.
"Pido a los diputados que sopesen las consecuencias que sus actos pueden tener sobre la fe de los británicos en la democracia", dijo.
Subrayó que, aunque no satisfaga a todos, su pacto es "el único sobre la mesa" y recordó que el Parlamento tiene la obligación de "cumplir con el resultado del referéndum de 2016", que dio la victoria al "brexit".
En alusión a las presuntas maniobras de algunos diputados, entre ellos conservadores proeuropeos, para tratar de controlar la agenda parlamentaria y definir el proceso futuro en caso de que el pacto gubernamental sea derrotado, May se preguntó: "¿Qué pasaría si nos encontráramos en una situación en la que el Parlamento tratase de sacar al Reino Unido de la UE en oposición a un voto a favor de la permanencia (en el bloque)?".
"La fe del pueblo en el proceso democrático y en sus políticos podrían sufrir un daño catastrófico", alertó.
May aludía así a las supuestas múltiples tramas que, según la prensa, fraguan varios grupos de diputados para tomar el control de la agenda parlamentaria, normalmente fijada por el Ejecutivo, a fin de definir los pasos a seguir si el tratado oficial es rechazado.
Si sus maniobras prosperan, los parlamentarios podrían impulsar mociones para, por ejemplo, posponer o suspender el artículo 50 del Tratado de Lisboa -lo que detendría el "brexit"- o vetar una salida no negociada.
La Cámara de los Comunes prosigue esta tarde el debate de cinco días sobre el acuerdo de salida de la UE, que concluirá mañana con la histórica votación.
A fin de recabar apoyos de última hora, el Gobierno ha difundido unas cartas donde la UE ofrece garantías de que es muy improbable que llegue a aplicarse la cláusula de seguridad para evitar una frontera física en la isla de Irlanda, uno de los puntos más conflictivos del tratado.
Si May pierde la votación este martes, tendrá que presentar un plan B en un plazo de tres días hábiles -máximo el 21 de enero-, momento en que los diputados descontentos con su plan podrían maniobrar para forzar una alternativa.
También se espera que, en algún punto del proceso, el Partido Laborista presente una moción de censura contra el Gobierno, que podría instigar unas elecciones generales.