El papa Francisco calificó como "acto inhumano" la matanza que tuvo lugar la víspera en una sinagoga de Pittsburgh, en Estados Unidos, en la que murieron 11 personas.
"Expreso mi cercanía con la ciudad de Pittsburgh, en Estados Unidos, y en particular con la comunidad judía, golpeada ayer por un terrible atentado en una sinagoga", dijo el domingo después de la oración del Ángelus.
"En realidad, todos estamos heridos por este acto inhumano de violencia", reiteró delante de los fieles en la plaza de San Pedro.
"Que el señor nos ayuda a extinguir los brotes de odio que se desarrollan en nuestra sociedad, reforzando el sentido de humanidad, el respeto por la vida, los valores morales y civiles", agregó el papa argentino.
En tanto el presidente de Alemania, Frank-Walter Steinmeier, y la canciller del país, Angela Merkel, expresaron hoy su consternación por la matanza y llamaron a combatir cualquier acto de violencia y antisemitismo.
"Es un crimen abominable al que debemos responder haciendo cuanto esté en nuestra mano contra la violencia, el antisemitismo y la discriminación", apuntó Steinmeier en un mensaje de condolencia dirigido al presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
"Debemos responder al antisemitismo con determinación y en todas partes", recalcó por su parte Merkel en la cuenta de la red social Twitter de su portavoz, Steffen Seibert, tras manifestar sus condolencias a los familiares de las once personas muertas en el ataque y los deseos de pronta recuperación a los heridos.
La canciller hizo hincapié en la repulsa al "odio" y "antisemitismo ciego" que presuntamente impulsó al autor de la matanza.
Un estadounidense de 46 años fue detenido el sábado después de haber matado a 11 personas y haber herido a otras seis en una sinagoga en la ciudad de Pittsburgh (noreste de Estados Unidos), en el peor ataque antisemita de la historia reciente del país.
El tirador, identificado como Robert Bowers por las autoridades, irrumpió el sábado por la mañana en la sinagoga Tree of Life (Árbol de la vida) y gritó "todos los judíos deben morir", según los medios, al tiempo que abría fuego contra los fieles reunidos en el día del shabat, el descanso semanal judío, para celebrar una ceremonia por el nacimiento de un niño.
El presidente Donald Trump denunció "un desquiciado acto de asesinato en masa".