La noche del pasado jueves se conoció que el presidente de Argentina, Javier Milei, pidió la renuncia del ministro de Infraestructura, Guillermo Ferraro, tras la controversia generada por una filtración de información sensible de las reuniones de gabinete, en las que el mandatario se pronunció en contra de los gobernadores provinciales. Se trató de la primera baja importante del gobierno desde que el libertario asumió el 10 de diciembre.
En la Casa Rosada todavía se percibe el impacto que generó el despido de Ferraro, un antiguo peronista que se encargó de coordinar a los militantes que vigilaron el conteo de votos de las elecciones de noviembre pasado, recuerda la prensa transandina. En concreto, su salida se atribuye a la filtración de información sensible de una reunión de gabinete en la que el mandatario arremetió contra los gobernadores provinciales (“sin distinción partidaria”) y prometió “dejarlos sin un peso, los voy a fundir a todos”, según dijo. Se trata de una disputa mediática en la que Milei apoyó a su ministro de Economía, Luis Caputo, en contra de gobernadores que han rechazado algunas modificaciones económicas del proyecto de ley ómnibus.
En particular, el punto fuerte de discordia entre el oficialismo y los gobernadores el pasado miércoles fue el establecimiento de retenciones a las exportaciones. En su versión original -antes de ser eliminado el viernes-, la ley ómnibus elevaba los derechos de exportación hasta un piso de 15% para los productos vendidos al exterior que hasta hoy no pagaban nada.
“Es un recurso que encima no es coparticipable para los gobernadores, o sea que no tienen ningún beneficio por eso que se pueda llegar a dar. Así como Milei reivindica haber sido elegido presidente, a los gobernadores también los votaron para que defiendan los intereses de sus provincias. Entonces ellos son justamente quienes están negociando con el gobierno y no quieren saber nada del tema de las retenciones”, explica a La Tercera José Ángel Di Mauro, director de parlamentario.com y jefe de Política de Diario Popular de Buenos Aires.
La frase de Milei fue dicha luego de la última votación realizada en la Cámara de Diputados el pasado miércoles respecto de la ley ómnibus, donde el oficialismo se vio desfavorecido por el rechazo de los gobernadores a los artículos del paquete de ajuste fiscal.
Según Di Mauro, el enojo del mandatario tiene que ver “evidentemente con una negociación que no le está saliendo como él esperaba. La cara visible en la negociación en el Congreso ha sido Guillermo Francos, uno de los negociadores principales”.
Con la salida de Ferraro, sostienen medios argentinos, la Casa Rosada aprovecharía de hacer cambios en el organigrama para la cartera de Infraestructura. De ser un superministerio, por absorber carteras de peso como Transporte y Obras Públicas, ahora sería degradado a secretaría y se “colgará” del Ministerio de Economía que conduce el ministro Caputo.
Pese a que la filtración de información sensible habría sido el motivo puntual de su despido, el ministro expulsado también mantenía diferencias con el jefe de gabinete, Nicolás Posse, según señalaron fuentes de la Casa Rosada a Clarín. Aparentemente, Posse le reprochaba no avanzar con los nombramientos que le encomendaba para su área y trabar la gestión. También lo culpaba de no avanzar con un recorte en el área, acorde a la expectativa que tenía el presidente. Posse es el ministro de máxima confianza de Milei y la persona más cercana a él dentro del gabinete, junto con su hermana, Karina Milei.
Consultado respecto de si el despido de Ferraro responde solo a la supuesta filtración o se están comenzando a evidenciar desconfianzas en el equipo ministerial, Di Mauro afirma que definitivamente hay recelos, pero que esto tiene más que ver con los conocidos rasgos del mandatario. “Obviamente hay un factor de desconfianza. De Milei se dice que él es una persona de poco confiar y de hecho su principal colaboradora es su hermana, justamente porque no confía en todos”, sostiene.
Tras la salida de Ferraro hay dos nombres más que se rumorean para dimitir de sus cargos en la Casa Rosada, según publicó el medio local La Política Online (LPO). El primero de ellos sería Guillermo Francos, actual ministro del Interior, cuyo nombre dio vueltas en los círculos libertarios junto con el de Ferraro, previo a que este último cayera finalmente.
El pasado jueves Francos se salvó, pero su situación en el gabinete sigue en observación por los fracasos que acumula Milei en el Congreso y el grave conflicto que escala con los gobernadores, dos relaciones a cargo del ministro del Interior. Francos además mantiene una dura pelea interna con Posse, uno de los impulsores del despido de Ferraro.
El segundo en salir supuestamente sería Martín Menem, presidente de la Cámara de Diputados, a quien se le reclama una incapacidad para articular las alianzas parlamentarias que necesita el gobierno. Menem está peleado con el jefe del bloque de diputados de La Libertad Avanza, Óscar Zago. Y los bloques aliados están alarmados de su falta de capacidad política y desconocimiento de los resortes más básicos de la dinámica parlamentaria, afirma LPO.
“No sabe ni qué es un dictamen”, lo liquidó uno de los líderes de los bloques aliados que bordea la desesperación por la mala praxis del gobierno en el Congreso. El mismo medio había revelado que el propio Milei estaba harto de Menem y había decidido jerarquizar en el Congreso el rol de José Luis Espert, actual presidente de la Comisión de Presupuesto y Hacienda en la Cámara de Diputados.
Según vaticinó LPO, Milei le concedería una salida elegante a Francos al nombrarlo embajador ante Reino Unido. Martín Menem, por su parte, sería degradado de su cargo como presidente de la Cámara a solamente jefe de bloque político.
En todo caso, Di Mauro no ve probable que ocurran estos despidos. “Por lo pronto no. A lo mejor el presidente llega con una visión equivocada de lo que es la función pública, con esta tendencia de interpretación. Y lo puede interpretar todo como que es una continuidad de la función privada, que es donde él sí estuvo. Acá en la función pública no es habitual que se eche a las personas, porque echar a la gente siempre es sinónimo de crisis de gabinete, y en realidad no es una muestra de solidez que estés echando a tus funcionarios”, afirma.
Sobre la eventual posición de Francos como embajador ante Reino Unido, el analista afirma que eso sí se puede hacer “tranquilamente”, si bien “sería realmente curioso que se fuera alguien que estuvo capitaneando y aparte sería una muestra de debilidad”. Pero para el caso de Martín Menem, “que lo corran de su lugar de presidencia en la Cámara de Diputados y pongan a otro me parece impracticable, por el hecho de que es otro poder. Se entendería si renunciara a su banca”, sostiene el analista.
A principios de este mes, ya se habían producido desplazamientos en el equipo que rodea a Milei. El primer debilitado fue Iñaki Gutiérrez, encargado de las redes sociales del Ejecutivo, luego de que el community manager retuiteara una foto en vísperas de Año Nuevo junto a su novia, Eugenia Rolón, desde la cuenta oficial en X de la Casa Rosada. Ante las críticas, el tuit fue borrado de esa cuenta y de la del Presidente.
El influencer de 22 años y fiel seguidor de Milei “no fue despedido” del equipo, pero sí fue sacado del “manejo” de las redes sociales, según publicó el canal argentino Todo Noticias. Desde entonces, Gutiérrez se encarga únicamente de la cuenta de TikTok del jefe de Estado desde la oficina que ocupa en el segundo piso de la Casa Rosada, tarea que desempeñó durante la campaña electoral.
Debate y protestas
En medio de estas turbulencias, este miércoles la Cámara de Diputados tuvo su primera sesión del año con el debate del proyecto de ley que lleva el pomposo título “Bases y puntos de partida para la libertad de los argentinos”, iniciativa que Milei considera fundacional para su gestión. Con ella busca desregularizar la economía y acometer reformas estructurales.
Pero de los 664 artículos iniciales presentados en diciembre, 386 se han mantenido. Los 278 artículos retirados afectaban a capítulos enteros fundamentales para la economía. En total, el paquete se ha reducido un 42% respecto a su intención inicial.
El debate y votación podría durar entre 40 y 50 horas, extendiéndose hasta este jueves o viernes, según el diario La Nación. El mismo medio dio cuenta de que en plena sesión, el oficialismo suprimió el llamado impuesto PAIS y facultades especiales que pedía la ministra Patricia Bullrich para su cartera de Seguridad. Además del paquete fiscal cuya eliminación anunció el ministro Caputo el viernes último, se agregaron a último momento nuevos recortes a la ley ómnibus en impuestos internos y en materia ambiental.
A las afueras del Congreso, en tanto, piqueteros, la izquierda y organizaciones sociales protagonizaron incidentes, lo que obligó a Gendarmería a activar el protocolo para liberar la calle. En ese marco, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, dio la orden de aplicar el protocolo antipiquetes. “Los provocadores están dentro del Congreso, pero Patricia Bullrich quiere pudrirla en la calle”, denunció la diputada del Frente de Izquierda, Myriam Bregman.
En la previa al tratamiento en la Cámara de Diputados de la ley ómnibus, el diputado José Luis Espert se mostró confiado en que la ley sea votada, aunque con algunas modificaciones a partir de su tratamiento. “Hemos llegado a un consenso, la ley va a ser sancionada. Lo más probable es que sea aprobada con algunas modificaciones sugeridas hoy”, concluyó.
Todo ello, un día después de que el Fondo Monetario Internacional redujera drásticamente las perspectivas de crecimiento de Argentina para 2024, en medio del ajuste del gobierno de Milei, y proyectara que el país caerá en recesión hasta 2,8%, una baja abrupta respecto de lo que estimaba en octubre del año pasado.