Decenas de miles de pasajeros tuvieron que interrumpir sus planes de viaje este viernes después de que las compañías aéreas cancelaran más de 1.100 vuelos por segundo día consecutivo debido a las tormentas eléctricas que azotan la costa este de Estados Unidos.
Los tres principales aeropuertos de la ciudad de Nueva York y el Aeropuerto Nacional Reagan, a las afueras de Washington, D.C., registraban el mayor número de cancelaciones para la tarde del viernes, según el servicio de seguimiento FlightAware.
American Airlines canceló más de 200 vuelos, es decir, el 6% de su programa. Por su parte, Republic Airways, que opera aviones más pequeños para American Eagle, Delta Connection y United Express, también canceló más de 200 vuelos, alrededor del 20% de los que tenía programado.
Otros 3.700 vuelos estaban retrasados para la media tarde.
Según la Administración Federal de Aviación (FAA, por sus siglas en inglés), las tormentas eléctricas provocaron retrasos de más de 90 minutos en los aeropuertos de LaGuardia, en Nueva York, y Newark Liberty International, en Nueva Jersey. La FAA dijo que las tormentas también podrían causar demoras en otros aeropuertos importantes, desde Florida hasta Boston.
Cerca de 1.200 vuelos en Estados Unidos fueron cancelados el jueves, lo que supone el 4,6% de todos los vuelos programados y la cifra más alta desde el 25 de julio, según FlightAware.
Los viajeros se han visto afectados por cancelaciones y retrasos generalizados este verano boreal. La recuperación de los viajes ha sido más rápida de lo previsto -en julio alcanzaron el 88% de los niveles anteriores a la pandemia-, pero las compañías aéreas no han podido aumentar el personal con la rapidez necesaria.
Las aerolíneas que vuelan en Estados Unidos tuvieron una mala racha en junio, al cancelar más de 21.000 vuelos, o un 2,7%, frente al 1,8% de junio de 2019, antes de que las aerolíneas presionaran a los trabajadores para que dejaran de trabajar durante la pandemia. Sin embargo, las aerolíneas lo hicieron mejor en julio, cancelando unos 14.000 vuelos, o el 1,8%.
Los retrasos fueron más persistentes, por encima del 23% tanto en junio como en julio.