“Turistas, váyanse a casa” (“Tourists go home”, originalmente): este lema, junto con otros no tan amables, apareció escrito esta semana en las Islas Canarias, el archipiélago en el Océano Atlántico que pertenece a España, y donde año tras año, cientos de miles de turistas europeos pasan sus vacaciones. Acusando a los visitantes de traer “miseria” a los locales, estos graffittis dan cuenta del aumento del costo de la vida en un espacio tan solicitado como estas islas.
Aparecidos en la ciudad de Palm-Mar, en la isla de Tenerife, estos graffittis fueron escritos en murallas y bancas dentro y a las afueras del pueblo, escritos en inglés pero sin dirigirse a ninguna nacionalidad en específico. Entre lo mensajes decía “Tourists go home” (Turistas, váyanse a casa), “My misery your paradise” (Mi miseria es tu paraíso)” y “Average salary in Canary Islands is 1,200€” (el sueldo promedio en Canarias es de 1200 euros).
En referencia con lo que ganan los que visitan Canarias, junto con el aumento que ha tenido el costo de vida en las islas, el promedio de 1200 euros es visto como bajo. El turismo es la principal industria de las Islas Canarias, pero como indica el medio local Canarian Weekly, para muchos, “se está empezando a ir de las manos y causando más daño que beneficio”.
Los problemas de vivienda se han intensificado a medida que los propietarios recurren a alquilar a turistas más rentables, lo que significa que hay escasez de propiedades residenciales disponibles en el mercado. Por su parte, el tráfico está casi colapsado debido al flujo de autos, sobre todo cuando las cifras de turismo están en su punto más alto y las carreteras están llenas de vehículos de alquiler.
Encima, se está dando luz verde a más hoteles y condominios turísticos para atraer aún más gente. En el artículo de Canarian Weekly señalan que, aún cuando todos están conscientes de que las islas necesitan del turismo para sobrevivir y surgir, muchos residentes y grupos ecologistas creen que el gobierno estaría llevando esto demasiado lejos, arruinando el archipiélago para aquellos que lo llaman casa.
Este viernes hubo incluso una emergencia hídrica debido a la falta de reservas de agua, lo que ilustra la presión que el turismo está ejerciendo sobre los canarios. Esto se produce justo cuando España busca introducir nuevas reglas que harán que los bares y restaurantes cierren antes para proteger a los trabajadores del sector turístico, pero para consternación de los propios turistas.
Yolanda Díaz, ministra de Empleo y Economía Social del país, ha enfrentado una violenta reacción por las nuevas propuestas, que harían que España se acercara más a los horarios de cierre europeos “normales”, al imponer límites sobre cuándo pueden operar las empresas hoteleras. “Un país que tiene sus restaurantes abiertos a la una de la madrugada no es razonable”, dijo el lunes ante el Congreso español: “Es una locura intentar seguir ampliando el horario hasta no sé qué hora”.
Sólo en enero, el medio de noticias Chronicle Live informó que un grupo de campaña dijo que las Islas Canarias se enfrentaban a un “colapso sistémico” debido a los enormes niveles de turismo. Se dice que la infraestructura de la isla está sometida a una enorme presión que, según los planificadores urbanos, ya no es sostenible.
Se estima que en 2023 ingresaron a la isla unos 16 millones de turistas, de los cuales la mitad eran británicos. El destino de vacaciones siempre ha sido muy popular entre los turistas, especialmente entre los británicos, debido a que generalmente se considera el lugar más cercano y cálido al que se puede ir.