Al menos 42 personas, entre ellas un uniformado, han muerto en Colombia en el marco de las protestas contra el gobierno que explotaron el 28 de abril y derivaron en una crisis severa por cuenta de la represión condenada internacionalmente.
La Defensoría del Pueblo, que vela por los derechos humanos, ajustó al alza el balance anterior de 27 víctimas mortales. Según la entidad, van “41 civiles” y “un miembro de la fuerza pública” muertos en estos días de movilización.
De su lado, el Ministerio de Defensa sostiene que a la fecha hay 849 policías lesionados, 12 por proyectiles. También contabilizó 716 civiles heridos, sin precisar cuántos por balas.
Las cifras convierten de lejos las protestas en las más sangrientas bajo el gobierno de Iván Duque, que ya vivió como presidente las marchas multitudinarias en 2019 y la movilización contra la brutalidad policial en 2020.
También marcan un precedente en un país empobrecido por la pandemia y que no logró extinguir su prolongado conflicto interno, pese a haber firmado la paz con las FARC en 2016 tras décadas de combate a la extinta guerrilla.
La defensoría tiene un reporte de víctimas que se acerca al de las oenegés Temblores e Indepaz, que dan cuenta de 47 víctimas mortales. Según esas organizaciones, “39 de ellas por violencia policial”.
Abusos, a investigación
Las denuncias sobre excesos policiales -alimentadas por una cascada de videos que apuntan a la presunta responsabilidad de uniformados- están en el centro del malestar social.
El lunes fracasó un primer diálogo entre el gobierno y el colectivo más visible de los manifestantes, para desactivar la crisis que comenzó con el rechazo en las calles a un proyecto del gobierno que buscaba elevar impuestos y hacer frente a los estragos de la pandemia, que deja casi 79.000 muertos.
Duque “fue complaciente con los usos excesivos de la fuerza pública”, lamentó la líder estudiantil Jennifer Pedraza, antes de llamar a nuevas movilizaciones para este miércoles.
La Central Unitaria de trabajadores pidió protestar “masivamente” en las calles contra la brutalidad policial y no hacer transacciones financieras ese día.
La reacción de las fuerzas policiales alimentó la ira popular y hoy Colombia enfrenta varios focos de protesta que reclaman un cambio en la conducción del país ante el aumento de la pobreza, que castiga al 42,5% de la población, la desigualdad, la corrupción y el regreso de la violencia después del pacto de paz.
Este martes, el Alto Comisionado para la Paz, Miguel Ceballos, aseguró en W Radio que los “abusos policiales” no solo se “han condenado sino que ya están siendo judicializados”.
El lunes la policía anunció la suspensión de cinco efectivos y 62 investigaciones en curso por presuntos atropellos cometidos durante las movilizaciones.
Ceballos insistió en señalar por igual los “abusos de ciudadanos que hieren a otros ciudadanos” y “a la fuerza pública”.
Junto a las marchas diarias -que suelen terminar en choques con el cuerpo antidisturbios-, manifestantes bloquean ciudades, como Cali, donde ya se registran escenas de desabastecimiento y acumulación de basuras.
“Estamos muy indignados porque son muchos olores”, dijo Katherine Suárez en Cali. Duque viajó este martes a esa ciudad donde prevé encabezar una reunión con la fuerza pública.