El plan perfecto de escape
En Rusia, Oleg Gordievsky es considerado como un traidor. Pero hoy, a sus 79 años y con una condena a muerte a cuestas, vive en Reino Unido. En 1963, Gordievsky se incorporó al KGB y fue enviado como diplomático de la embajada soviética a Copenhague. Ahí, accedió a información que le hizo conocer "la verdad sobre el mundo y la Unión Soviética. Se nos decía que vivíamos en la mejor sociedad pero la pobreza y la ignorancia eran enormes", relató a The Times. Fue la invasión soviética a Checoslovaquia en 1968 lo que lo hizo "odiar el sistema comunista".
Así, fue contactado por el MI6 británico. En 1973 Gordievsky comenzó a compartir una inmensa cantidad de información sensible. Para su suerte y la de los británicos, fue asignado a la embajada en Londres. Pero en 1985, el KGB comenzó a sospechar. El plan para avisar que estaba en peligro fue trazado antes de regresar a la URSS.
Acordaron un día a la semana, una hora y un lugar en el que el agente se debía presentar si contaba con información urgente. Si una de esas veces se presentaba sosteniendo una maleta era porque pedía ser rescatado. Él sabría que el mensaje fue recibido si un hombre pasaba comiendo chocolate. El plan entonces se activaría de inmediato y Gordievsky debía llegar a una carretera cerca de la frontera con Finlandia, el sábado siguiente. Y así se salvó.
Un doble agente del FBI
Un agente del FBI fue un gran espía de Moscú en Estados Unidos. Robert Hanssen compartió información sensible por más de 20 años, incluso después de la caída de la URSS. Fue arrestado en 2001 y ese mismo año Washington expulsó a unos 50 diplomáticos rusos. Luego, Moscú respondió de la misma manera. Hanssen se unió al FBI como agente especial en 1976, y solo tres años más tarde comenzó su carrera como "espía soviético". Sin embargo, su motivación nunca fue política, sino que económica. Moscú pagó a Hanssen con dos relojes Rolex, US$ 600.000 en efectivo y diamantes, mientras que US$ 800 mil fueron depositados a nombre de su familia.
Este doble agente dio detalles acerca del túnel que el FBI cavó debajo de la embajada soviética en Washington en 1977. Además, entregó listas completas de dobles agentes estadounidenses. Pero en 2001 Robert Hanssen fue arrestado, acusado de espionaje para Rusia.
Fue capturado en un parque en Virginia, cuando colocaba clandestinamente un paquete que contenía información clasificada en un puente de madera, para luego ser recogido por sus contactos rusos. Tras su detención, se declaró culpable de 15 cargos de espionaje y fue sentenciado a prisión sin posibilidad de libertad condicional. Hanssen es considerado por Estados Unidos como el espía más dañino en la historia del FBI.
El caso "Farewell" en Francia
Una importante expulsión de diplomáticos rusos ocurrió en 1983, cuando París expulsó a 47 soviéticos. Se les acusó entonces de ser agentes del KGB. El protagonista del caso fue Vladimir Vetrov, conocido como "Farewell". Vetrov, un ingeniero soviético, se instaló en Francia en 1965 y se desempeñó como espía de alto rango para el KGB. Con el tiempo, Vetrov se fue desilusionando del sistema comunista y desertó por razones ideológicas.
En ese momento, Vetrov se convirtió en enemigo de Moscú, puesto que a fines de 1980 se puso en contacto con la agencia de inteligencia exterior de Francia. "Farewell", nombre que fue elegido en inglés para que el KGB supusiera que trabajaba para la CIA, se convirtió en el gran topo de la inteligencia francesa. Así, comenzó a revelar información valiosa a Francia y a la OTAN sobre el programa clandestino de la URSS destinado a robar tecnología de Occidente. Entre 1981 y 1982 Vetrov entregó cerca de 4 mil documentos secretos, incluida una lista completa de 250 espías rusos encubiertos en embajadas de todo el mundo. Las informaciones reveladas por Vetrov causaron el colapso del programa de información soviético. Por apuñalar a su pareja y a un policía, fue condenado a 15 años de prisión en Siberia. Estando preso fue descubierto como topo y llevado a una prisión en Moscú, donde fue ejecutado en 1985.