El presidente del Tribunal Superior Electoral (TSE) de Brasil, Alexandre de Moraes, impuso una multa de más de cuatro millones de dólares al partido del presidente Jair Bolsonaro, el Partido Liberal, después de que la formación política del mandatario saliente pidiera invalidar parcialmente las elecciones del pasado octubre.
Según Moraes, la actuación del partido de Bolsonaro -que presentó una solicitud cuestionando la fiabilidad del 61 por ciento de las urnas electrónicas utilizadas durante los comicios-, no presenta ningún indicio o evidencia de fraude que justifique la reevaluación de parte de los votos registrados en las urnas.
Por esta razón, el magistrado condenó a la coalición del Partido Liberal a pagar una multa de casi 23 millones de reales brasileños (4,2 millones de dólares) por “litigio de mala fe”.
La acción del partido de Bolsonaro se basa en un informe de una consultoría privada encargada por el Partido Liberal que señala que el presidente fue el candidato que recogió más votos en las urnas electrónicas fabricadas a partir de 2020, las más nuevas, frente a las urnas con un número de serie antiguo, que “no pueden ser auditadas”.
El informe señala que el 61 por ciento de las urnas, casi 578.000 de ellas, son de un modelo menos reciente que no permiten revisar los votos registrados en ella, según el medio G1.
No obstante, el partido no incluyó la primera vuelta de las elecciones en la auditoría, alegando a que no encontró problemas, un motivo que llevó a Moraes a calificar la solicitud de la organización de “extraña”, “ilícita” y realizada de manera intrascendente.
Moraes sostuvo que el Partido Liberal ha atentado “contra el Estado democrático de derecho” y ha utilizado la solicitud para “incentivar los movimientos delictivos y antidemocráticos”.
Asimismo, el presidente del TSE aclaró que “no es razonable” afirmar que las urnas no permiten llevar a cabo un rastreo de los votos. Para Moraes, este argumento sólo podía haber sido planteado por desconocimiento o por mala fe.
Lula se impuso a Bolsonaro en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales con el 50,9 por ciento de los votos, frente al 49,1 por ciento que obtuvo Bolsonaro.