El número de tropas estadounidenses que se encuentran en Jordania ha aumentado a un máximo en dos décadas en medio de la guerra de Israel en Gaza. Así lo dio a conocer un nuevo informe sobre poderes de guerra de la Casa Blanca enviado al Congreso norteamericano, en el que se señala que ahora hay un récord de 3.813 tropas estadounidenses en Jordania, lo que marca un aumento de 625 tropas respecto a diciembre, y el número de soldados y aviadores excede el número en cualquier momento desde la segunda guerra del Golfo Pérsico y la invasión de Irak en 2003.
El gobierno de Joe Biden ha tratado de mantener en secreto sus estrechos vínculos militares con Jordania, y el Consejo de Seguridad Nacional (NSC) ordenó a los funcionarios de comunicaciones del Departamento de Estado que eviten mencionar su coordinación militar con ese país en particular, indicó la prensa norteamericana.
Este incremento del número de tropas ha convertido al relativamente estable Reino de Jordania en el centro de crecientes tensiones entre Estados Unidos e Irán, y el informe se publica en medio de ataques de grupos de resistencia contra bases e intereses norteamericanos en la región.
Por ejemplo, tres soldados estadounidenses murieron y otros 40 resultaron heridos en un ataque de grupos de resistencia antiterrorista iraquíes a una base militar secreta norteamericana conocida como Torre 22, cerca de la frontera entre Jordania y Siria, el 28 de enero pasado.
En respuesta a este ataque, Estados Unidos lanzó una represalia contra 85 sitios en Irak y Siria que, según dijo, fueron utilizados por “agentes iraníes” y los Cuerpos de la Guardia Revolucionaria de Irán.
Desde que Israel lanzó su guerra contra Gaza el 7 de octubre, como respuesta a los ataques de Hamas, la Resistencia Islámica en Irak, un grupo paraguas de combatientes antiterroristas, ha lanzado más de 170 ataques contra activos militares estadounidenses en Siria, Irak y Jordania. La administración Biden ha intentado repetidamente restar importancia a estos incidentes, insistiendo en que la guerra de Gaza no se ha extendido al resto de la región.
Por su parte, Israel ha intensificado su propia campaña de ataques contra activos iraníes. En abril bombardeó el consulado de Irán en Damasco, matando a varios comandantes de alto rango de los Cuerpos de la Guardia Revolucionaria de Irán (CGRI), incluido el general Mohammad Reza Zahedi, jefe de las operaciones del CGRI en Siria y Líbano.
Irán respondió al ataque lanzando más de 300 drones, misiles balísticos y misiles de crucero contra Israel en un ataque cuidadosamente calibrado, pero sin precedentes. Jordania se unió entonces a Reino Unido, Francia y Estados Unidos para ayudar a derribar los proyectiles iraníes que cruzaban el espacio aéreo jordano en ruta a Israel.
Así, la guerra de Israel contra Gaza ha puesto a Jordania en una situación difícil, ya que si bien fue el segundo país después de Egipto en firmar un tratado de paz con Israel en 1994, esos vínculos son profundamente impopulares entre los jordanos, la mayoría de los cuales son de ascendencia palestina.
A pesar de las hostilidades, el Pentágono se ha mantenido cauto respecto de las tropas que mantiene en Jordania por razones políticas, aun cuando los analistas advierten que su presencia contribuye a aumentar las tensiones con Irán.
“Una confluencia de factores está llevando a Estados Unidos e Irán hacia un conflicto militar directo, incluida la acumulación de fuerzas, las acciones de represalia en Siria por parte de las fuerzas estadounidenses y las provocaciones de los agentes iraníes”, dijo a The Intercept, en noviembre pasado, Bruce Riedel, investigador senior no residente de Brookings Institution. “Es una situación peligrosa”, advirtió.
Los expertos dicen que los despliegues estadounidenses podrían no solo no disuadir los ataques iraníes, sino también provocarlos.
“La ampliación de la presencia militar estadounidense en Medio Oriente aumenta el riesgo de un conflicto armado con Irán, porque significa más puntos potenciales de contacto hostil entre las tropas estadounidenses y elementos armados aliados con Irán”, comentó a The Intercept Paul Pillar, investigador no residente del Quincy Institute. “Como ha sido el caso con los componentes militares estadounidenses en Irak y Siria, esa presencia sirve menos como elemento disuasorio que como un objetivo conveniente para cualquiera en la zona que quiera atacar a Estados Unidos”.
Con los ojos en Teherán
Las fuerzas estadounidenses en Jordania han utilizado el país anfitrión como base para operaciones militares en toda la región. Una de esas bases, Muwaffaq Salti, alberga aviones de combate F-15E Strike Eagle y aviones de combate no tripulados que han estado desplegados desde el 7 de octubre.
Según el medio Middle East Eye, con base en Londres, al menos 3.000 soldados estadounidenses han operado en Jordania, que tiene un controvertido acuerdo de defensa con Washington firmado en 2021 y que autoriza la forma en que el Ejército estadounidense puede operar dentro del país. Fue promulgado por decreto real, sin pasar por el Parlamento jordano.
Incluso antes de la guerra de Israel contra Gaza, la presencia estadounidense en Muwaffaq Salti ya se estaba expandiendo. En diciembre de 2021, el Pentágono puso en marcha una importante modernización de la base aérea para, como expresó Janes Defense Weekly, “convertirla en una base más permanente”.
Las fuerzas de operaciones especiales estadounidenses también parten desde Jordania en su campaña contra el grupo terrorista Estado Islámico. “El principal centro de operaciones aéreas estadounidenses en Siria es actualmente la base aérea Muwaffaq Salti, en Jordania, pero la presencia estadounidense no está reconocida debido a las sensibilidades del país anfitrión”, afirmó Aaron Stein en un informe de 2021 del Foreign Policy Research Institute.
A juicio de la publicación The Intercept, “no es difícil entender por qué el gobierno estadounidense no quiere que su presencia en la base aérea sea pública, ya que lleva el nombre del teniente jordano Muwaffaq Salti, un piloto que murió luchando contra la Fuerza Aérea israelí durante un conflicto que afectó a Cisjordania en 1966. Jordania, una nación que alberga a más de dos millones de refugiados palestinos, está siendo sacudida por protestas que se oponen a la operación militar de Israel en Gaza”.
Asimismo, según Middle East Eye, la popularidad de Hamas en Jordania se ha disparado desde la guerra en Gaza y los manifestantes que han realizado protestas se han reunido frente a las embajadas de Estados Unidos e Israel, exigiendo el fin de las relaciones con ambos países. Los analistas dicen que la monarquía ha intentado presionar a Washington y a Tel Aviv para que haya un alto el fuego y un aumento en la ayuda que llega a Gaza, pero esos esfuerzos han tenido poco impacto.
Según fuentes jordanas, consultadas por el centro de estudios Middle East Media Research Institute (MEMRI), “estas protestas están respaldadas y dirigidas por Irán y por los Hermanos Musulmanes y Hamas con el objetivo de derrocar al régimen jordano. En los últimos meses han aumentado los temores en Jordania sobre la actividad subversiva iraní allí en medio de crecientes intentos de elementos controlados por Irán de contrabandear drogas y armas a Jordania a través de Siria”.
De hecho, el sábado la Dirección de Seguridad Pública de Jordania anunció que las fuerzas de seguridad estaban llevando a cabo una investigación en la zona de Marka Sur de la capital, Amán, según la Agencia de Noticias Jordana. Las autoridades indicaron que las investigaciones iniciales indicaban que varias personas habían estado almacenando cantidades importantes de materiales explosivos dentro de una casa. Si bien no se han entregado detalles, el barrio donde se encontraron es una zona residencial densamente poblada conocida por ser un bastión de los Hermanos Musulmanes.
Un informe de Independent Arabia afirmó que el descubrimiento de los materiales explosivos en el departamento está relacionado con nuevos intentos iraníes de contrabandear armas y explosivos a Jordania.
El mismo gobierno palestino de Mahmoud Abbas ha reconocido esta tensión. Así, en una conversación telefónica celebrada el 2 de abril, iniciada por Abbas, este expresó “el apoyo del pueblo palestino y de sus dirigentes al reino jordano”. A continuación, subrayó su “oposición a todos los intentos de perjudicar la seguridad y la estabilidad (de Jordania) o de utilizar el sufrimiento del pueblo palestino en la Franja (de Gaza) para perjudicar la escena jordana, (y su oposición también a) cualquier injerencia externa (es decir, iraní) en los asuntos internos de Jordania”.
Los medios de comunicación sauditas se han movilizado en defensa de Jordania ante las protestas en ese país, acusando a Irán y a los Hermanos Musulmanes de avivar las llamas allí. El escritor saudita Khaled Al-Ghanami escribió, en un artículo titulado “Jordania es una línea roja”: “El eje moderado que está representado por Arabia Saudita, Egipto y los Emiratos Árabes Unidos no se quedará de brazos cruzados si ve algún daño a Jordania, como una declaración de guerra”.