Las fuerzas rusas comenzaron este martes un asalto contra la planta siderúrgica donde se encuentra el último foco de resistencia en Mariupol, según dijeron los defensores ucranianos, mientras decenas de civiles que fueron evacuados del destruido complejo durante el fin de semana llegaron a territorio bajo control ucraniano y narraron los días y noches llenos de temor y desesperación por los incesantes ataques.
Osnat Lubrani, coordinador humanitario de la ONU para Ucrania, dijo que gracias a las labores de evacuación del fin de semana, 101 personas, incluidos mujeres, ancianos y 17 niños, de los cuales el menor tenía seis meses de edad, finalmente pudieron salir de los búnkeres debajo de la acería de Azovstal y “ver la luz del sol después de dos meses”.
Una evacuada dijo que se dormía cada noche con miedo de no volver a despertar.
“No se imaginan lo aterrador que es estar en el refugio, un sótano húmedo que salta y se cimbra”, dijo Elina Tsybulchenko, de 54 años de edad, al llegar a Zaporiyia, a 230 kilómetros (140 millas) al noroeste de Mariúpol, en una caravana de autobuses y ambulancias.
“Pedíamos a Dios que los misiles volaran por encima de nuestro refugio, porque si impactaban en él, todos habríamos muerto”, añadió.
Los evacuados, algunos de los cuales estallaron en llanto, salieron de los autobuses hacia una carpa en las que se les brindaron comodidades de las que hace mucho no gozaban luego de pasar semanas bajo tierra, incluyendo comida caliente, pañales y conexiones con el mundo exterior. Las madres daban de comer a los niños pequeños. Algunos de los evacuados miraban los estantes de ropa donada, incluida ropa interior nueva.
El panorama era más oscuro para quienes permanecieron en el complejo. Comandantes ucranianos dijeron que fuerzas rusas, con el apoyo de tanques, comenzaron a ingresar en la enorme planta, la cual incluye un laberinto de túneles y búnkeres en un área de más de 11 kilómetros cuadrados.
Se desconoce el número de combatientes ucranianos que estaban atrincherados en el lugar. Los rusos estimaron la cifra en unos 2.000, de los cuales 500 estaban heridos. Aún permanecían en el sitio algunos cientos de civiles, según la viceprimera ministra ucraniana Iryna Vereshchuk.
“Haremos todo lo posible para repeler la ofensiva, pero pedimos medidas urgentes para evacuar a los civiles que continúan en la planta y ponerlos a salvo”, dijo Sviatoslav Palamar, subcomandante del Regimiento Azov, en un mensaje publicado en Telegram.
Ataques y más víctimas civiles
Añadió que durante la noche la planta recibió disparos de artillería naval y ataques aéreos. Dos mujeres civiles murieron y otros 10 civiles resultaron heridos, añadió.
Lubrani expresó la esperanza de que hubiera más evacuaciones, pero al momento no se había negociado ninguna.
Por otra parte, las tropas rusas atacaron una planta química en Avdiivka, en el este del país, y al menos 10 personas murieron, dijo el gobernador regional de Donetsk, Pavlo Kyrylenko.
“Los rusos sabían exactamente a dónde apuntar: los trabajadores acababan de terminar su turno y esperaban un autobús en la parada para irse a casa”, escribió Kyrylenko en Telegram. “Otro crimen cínico de los rusos en nuestra tierra”.