Intensos bombardeos fueron la antesala con la que el ejército turco y los rebeldes sirios aliados de Ankara lograron expulsar a la milicia kurda y tomar el control de la ciudad de Afrin, ubicada al noroeste de Siria.
El Presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan anunció triunfalmente ayer la conquista de Afrin: "Los soldados turcos y las facciones rebeldes del Ejército Sirio Libre tomaron el control total de la ciudad", aseguró el mandatario en un discurso con tonos nacionalistas que coincidía con el aniversario de la batalla de Galípoli. Además, añadió que "la mayoría de los terroristas ya huyeron" y que "están despejando a los pocos terroristas restantes y las minas que podrían haber dejado", según CNN.
La milicia kurda, en tanto, consideró la toma de Afrin como una "ocupación". "La resistencia de Afrin continuará hasta la liberación de cada territorio", afirma el comunicado de la administración semiautónoma kurda. El texto añade que "nuestra guerra contra la ocupación turca (…) entró en una nueva etapa: pasamos de una guerra de confrontación directa a una táctica de ataques relámpago".
La bandera turca ondea en Afrin, ciudad que se encuentra a menos de 50 kilómetros de la frontera de Turquía y que hasta ayer era un enclave kurdo. Horas después de ingresar a la ciudad, las milicias sirias y fuerzas turcas se desplegaron por todo el territorio mientras disparaban al aire y desfilaban para celebrar la victoria. Además saquearon casas y edificios, cargando los bienes en camionetas y remolcando vehículos con tractores hasta las afueras de la ciudad desierta, según la agencia AFP.
La operación "Rama del olivo", como fue denominada la ofensiva militar por el gobierno turco, inició el pasado 20 de enero con el objetivo expulsar de la frontera sirio-turca a la milicia kurda Unidad de Protección Popular (YPG) a la que consideran "terroristas" .
Ankara asegura que el YPG es una extensión del proscrito Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), un grupo militante kurdo que ha librado una insurgencia desde hace tres décadas en Turquía. La facción YPG ha sido denominada "terrorista" por el gobierno turco aunque es un aliado clave de Estados Unidos en la lucha contra los yihadistas en Siria. EE.UU. y el YPG luchan juntos contra el Estado Islámico en el este de Siria, y además Washington es el encargado de armar a la milicia, lo que ha generado una serie de tensiones entre Turquía y Estados Unidos, asegura el Washington Post.
El inminente avance terrestre de las fuerzas proturcas y los constantes bombardeos generó un éxodo masivo de civiles durante los últimos días. Más de 200.000 personas huyeron de la ciudad entre el 14 y 17 de marzo, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH). El último recuento del Observatorio señala que en la zona han fallecido cerca de 289 civiles, entre los que se encontrarían 43 menores de edad y 28 mujeres.