El expresidente de Estados Unidos Donald Trump acusó al actual mandatario, Joe Biden, de “destruir” el país en los cuatro años de su mandato, y ha asegurado que su “pobre trabajo” en la Casa Blanca ha convertido a la nación en parte “del tercer mundo”, todo ello durante el debate televisado por la cadena CNN.
Biden, por su parte, destacó que su Administración está “recomponiendo” al país de la herencia del magnate, momento en el que la economía se encontraba “en caída libre” por culpa de una “malísima” gestión de la pandemia de Covid-19, si bien Trump ha continuado destacando su gestión durante aquel periodo.
“Tenemos que echar un vistazo a lo que me dejaron cuando me convertí en presidente, lo que me dejó el señor Trump. Teníamos una economía en caída libre. La pandemia se gestionó muy mal. Lo que teníamos que intentar era recomponer las cosas, y eso es exactamente lo que empezamos a hacer”, aseveró Biden.
Sin embargo, Trump insistió en que Estados Unidos tenía “la mayor economía en la historia del país” y que en la actualidad “la inflación está matando” a los ciudadanos estadounidenses.
“En todo el mundo ya no nos respetan como país. No respetan nuestro liderazgo, ya no respetan a Estados Unidos”, aseguró el exmandatario.
Asimismo, Trump ha aprovechado un balbuceo de Biden para burlarse de él: “No se qué ha dicho y creo que él tampoco lo sabe”.
Biden a Trump: “Delincuente”
Un Biden con voz ronca vaciló con sus palabras en varias ocasiones durante la primera media hora del debate, pero encontró su ritmo a mitad del camino cuando atacó a Trump por su condena por encubrir pagos de dinero a la estrella porno Stormy Daniels, llamándolo un “delincuente”.
En respuesta, Trump mencionó la reciente condena del hijo de Biden, Hunter, por mentir sobre su consumo de drogas para comprar un arma.
Momentos después, Biden señaló que casi todos los exmiembros del gabinete de Trump, incluido el exvicepresidente Mike Pence, no han respaldado su campaña.
“Lo conocen bien, ejercieron con él”, dijo. ¿Por qué no lo respaldan?”.
Dos funcionarios de la Casa Blanca dijeron que Biden estaba resfriado. Pero su noche de altibajos podría profundizar las preocupaciones de los votantes de que el hombre de 81 años es demasiado mayor para cumplir otro mandato de cuatro años. Algunos demócratas ya estaban públicamente preocupados por el desempeño irregular de Biden incluso antes de que concluyera el debate.
Mientras Trump, desató un aluvión de críticas, algunas de las cuales eran falsedades muy trilladas que ha reiterado en la campaña, entre ellas afirmaciones de que los inmigrantes han llevado a cabo una ola de crímenes, que los demócratas apoyan el infanticidio y que en realidad él gano las elecciones de 2020.
Tanto Biden como Trump, de 78 años, estaban bajo presión para mostrar su aptitud para el cargo. Biden, en particular, se ha visto perseguido por preocupaciones sobre su edad y su agudeza, mientras que la retórica incendiaria de Trump y sus extensos problemas legales siguen siendo una vulnerabilidad.
Cuando se le preguntó sobre el ataque del 6 de enero de 2021 al Capitolio de Estados Unidos por parte de una turba de sus partidarios, el expresidente se negó a aceptar cualquier responsabilidad y afirmó que muchos de los arrestados eran inocentes.
“Este tipo no tiene ningún sentido de la democracia estadounidense”, se burló Biden en respuesta.
Biden también culpó a Trump de permitir la eliminación del derecho al aborto a nivel nacional al nombrar a conservadores para la Corte Suprema de Estados Unidos, una cuestión que ha atormentado a los republicanos desde 2022.
En respuesta, Trump argumentó que Biden no apoyaría ningún límite a los abortos y dijo que devolver el tema a los estados era el curso de acción correcto.
Trump dijo que Biden no había logrado asegurar la frontera sur de Estados Unidos, lo que dio paso a muchos criminales.
“Yo lo llamo crimen de inmigrantes de Biden”, dijo el republicano.
En respuesta, Biden dijo: “Una vez más, está exagerando, está mintiendo”.
Estudios muestran que los inmigrantes no cometen delitos en mayor proporción que los estadounidenses nativos.
El enfrentamiento televisado por CNN tuvo lugar mucho antes que cualquier otro debate presidencial moderno, más de cuatro meses antes de la jornada electoral del 5 de noviembre.
Los dos candidatos aparecieron sin público en directo, y sus micrófonos se cortaban automáticamente cuando no era su turno para hablar, ambas reglas atípicas impuestas para evitar el caos que descarriló su primer debate en 2020, cuando Trump interrumpió repetidamente a Biden.
Los dos hombres, que no han ocultado su antipatía mutua, no se dieron la mano ni se saludaron antes ni después del debate.
Pero hubo muchos más momentos en los que su rencor fue evidente. Cada uno llamó al otro el peor presidente de la historia; Biden se refirió a Trump como un “perdedor” y un “quejoso”, mientras que Trump llamó a Biden un “desastre”.
En un momento, los rivales discutieron sobre sus juegos de golf, Trump se jactaba de golpear la pelota más lejos que Biden y Biden respondía que a Trump le costaría llevar su propio bolso.
País polarizado
Las primeras preguntas se centraron en la economía, ya que las encuestas muestran que los estadounidenses están insatisfechos con el desempeño de Biden a pesar del crecimiento salarial y el bajo desempleo.
Biden reconoció que la inflación había provocado un aumento sustancial de los precios con respecto al inicio de su mandato, pero dijo que merecía el reconocimiento por haber “recompuesto las cosas” tras la pandemia de coronavirus.
Trump afirmó que había supervisado “la mejor economía de la historia de nuestro país” antes de la pandemia y dijo que tomó medidas para evitar que la caída libre económica se profundizara aún más.
El debate tuvo lugar en un momento de profunda polarización y ansiedad entre los votantes sobre el estado de la política estadounidense. Dos tercios de los votantes dijeron en una encuesta de Reuters/Ipsos de mayo que les preocupaba que la violencia pudiera seguir a las elecciones, casi cuatro años después de que una turba de partidarios de Trump irrumpiera en el Capitolio de Estados Unidos.
Trump subió al escenario como alguien que todavía se enfrenta a un trío de casos penales, incluyendo a sus esfuerzos para anular las elecciones de 2020. El expresidente, que persiste en afirmar falsamente que su derrota fue el resultado de un fraude, ha sugerido que castigará a sus enemigos políticos si vuelve al poder, pero tendrá que convencer a los votantes indecisos de que no supone una amenaza mortal para la democracia, como afirma Biden.
El reto de Biden era ofrecer una actuación contundente tras meses de afirmaciones republicanas de que sus facultades se han entorpecido con la edad.
Si bien las encuestas nacionales muestran una carrera empatada, Biden está detrás de Trump en los sondeos de la mayoría de los estados en disputa que tradicionalmente deciden las elecciones presidenciales. Apenas este mes perdió su ventaja financiera sobre Trump, cuya recaudación de fondos aumentó después de que fue condenado penalmente por tratar de encubrir pagos de dinero para mantener su silencio a la estrella porno Stormy Daniels.
Ni Biden ni Trump son populares y muchos estadounidenses siguen profundamente ambivalentes acerca de sus elecciones. Alrededor de una quinta parte de los votantes dicen que no han elegido un candidato, se inclinan por un aspirante de un tercer partido o podrían no participar en las elecciones, mostró la última encuesta de Reuters/Ipsos.
El segundo y último debate de la campaña de este año está previsto para septiembre.