El presidente Donald Trump dijo este jueves que los aranceles a los productos de México y Canadá comenzarán a regir el 4 de marzo porque “las drogas siguen entrando” en Estados Unidos desde esos países “a niveles muy altos e inaceptables”.

“No podemos permitir que este flagelo continúe dañando a Estados Unidos y, por lo tanto, hasta que se detenga o se limite seriamente” los aranceles “programados” para “el 4 de marzo entrarán en vigor, según lo previsto”, anunció en su red Truth Social.

Trump prometió en febrero imponer aranceles del 25% a las exportaciones mexicanas y canadienses para incentivar a sus vecinos a combatir el tráfico de fentanilo, un opioide sintético que causa estragos en Estados Unidos, y la migración ilegal.

Pero dio un mes de plazo con el fin declarado de dar margen para encontrar un acuerdo que los evite.

Esta semana transmitió mensajes contradictorios: primero dijo que las tarifas aduaneras siguen adelante “según lo programado” y el miércoles aseguró que se aplicarían el 2 de abril.

“Un gran porcentaje de estas drogas, muchas de ellas en forma de fentanilo, se fabrican y suministran en China. Más de 100.000 personas murieron el año pasado debido a la distribución de estos VENENOS peligrosos y altamente adictivos”, acusó el millonario.

“China deberá pagar un arancel adicional del 10%” el 4 de marzo, advirtió Trump.

Añadió que la fecha de abril para la potencial imposición de lo que denomina “aranceles recíprocos” a aliados y adversarios “permanecerá en pleno vigor y efecto”.

El cambio de 180 grados sobre México y Canadá fue anunciado el día en el que el jefe de la diplomacia estadounidense, Marco Rubio, se reunirá en Washington con el gabinete de seguridad de México.

La presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, no pierde la esperanza de resolver las desavenencias mediante el diálogo.

“Esperamos que podamos hablar con el presidente Trump, (...) que podamos llegar a un acuerdo y que el 4 de marzo podamos anunciar otra cosa”, dijo Sheinbaum en su rueda de prensa matutina.

En las últimas semanas, México y Canadá han tomado medidas para complacer a su vecino.

México, por ejemplo, envió 10.000 militares a la frontera común para frenar el tráfico de droga a Estados Unidos, destino de más del 80% de las exportaciones mexicanas.

El magnate republicano reconoció el miércoles que el número de cruces ilegales de migrantes por la frontera con México cayó drásticamente, pero lo atribuyó a su política.

Los datos “han sido buenos, pero eso también se debe a nosotros. En gran parte, a nosotros. Ahora mismo es muy difícil entrar por la frontera”, declaró.

Pero “el daño ya está hecho”, afirmó el miércoles, refiriéndose a las muertes por sobredosis de fentanilo.