El Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, intentará cristalizar nuevamente un acuerdo con el gobierno de El Salvador para deportar a miembros de la banda criminal venezolana Tren de Aragua al país centroamericano, a la que calificó de “terrorista” junto a otros grupos criminales latinoamericanos, entre ellos los carteles de la droga mexicanos.
En este marco, el secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, visitará El Salvador y otros cuatro países de Centroamérica en los próximos días, en su primer viaje al extranjero, según declaró a la prensa Tammy Bruce, vocera del organismo.
Las deportaciones de los integrantes del Tren de Aragua capturados en territorio estadounidense serían parte de las discusiones entre funcionarios de la Casa Blanca y el gobierno salvadoreño de Nayib Bukele.
Desde Washington se anticipó que cualquier acuerdo eventual con las autoridades de ese país centroamericano sería anunciado por el propio Trump.
El mandatario republicano dijo a principios de este mes que su administración expulsaría a los miembros de la banda venezolana capturados en Estados Unidos.
Un eventual acuerdo emularía a otro similar que la Casa Blanca negoció con El Salvador durante el primer mandato de Trump, pero que nunca se implementó y que el gobierno de Joe Biden desechó.
Asilo en “tercer país seguro”
Trump dedicó una de sus primeras llamadas a un mandatario extranjero a Bukele, con quien habló de la necesidad de “detener la inmigración ilegal y golpear a bandas trasnacionales como el Tren de Aragua”.
La idea del magnate es reintroducir acuerdos de asilo del tipo “tercer país seguro” similares a los vigentes durante su primer mandato, según informó Bloomberg, que añadió que esto también sería uno de los temas centrales de las reuniones de Rubio en El Salvador y en Guatemala.
Al Tren de Aragua se le atribuye el aumento de la delincuencia en el continente americano, operando en países como Colombia, Perú, Ecuador y Chile. En julio del año pasado, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos designó al grupo como organización delictiva transnacional por actividades como el tráfico de seres humanos, la violencia de género, el blanqueo de dinero y el narcotráfico.
El gobernante republicano, durante su campaña y desde que asumió el cargo el 20 de enero prometió tomar medidas enérgicas contra la inmigración ilegal y los programas humanitarios que, según él, van más allá de la intención de la ley estadounidense.
Durante enero, la administración Trump ha intensificado las deportaciones, enviando migrantes en aviones militares a varios países latinoamericanos, encontrando la oposición de los gobiernos de Brasil y Colombia, lo que ha tensado las relaciones diplomáticas con Washington.