“¡Con suerte, mañana va a ser uno de los días más importantes en la historia de nuestro país!”, escribió Donald Trump en su red social el lunes. Un anuncio que se concretó la noche de este martes en su club Mar-a-Lago en Palm Beach, Florida. El exmandatario lanzó su tercera campaña por la Casa Blanca, tratando de dejar atrás resultados decepcionantes para el Partido Republicano en las elecciones intermedias de hace una semana y desafiando la historia, en medio de indicios de que su control sobre la colectividad se está desvaneciendo.
“El regreso de Estados Unidos comienza ahora mismo”, dijo Trump desde el salón de baile de su resort en Mar-a-Lago. “Siempre supimos que este no era el final; era solo el comienzo de nuestra lucha para rescatar el sueño americano”, aseguró, antes de agregar un giro a su eslogan característico: “Para que EE.UU. vuelva a ser grande y glorioso, esta noche estoy anunciando mi candidatura a la presidencia de Estados Unidos”.
Trump entra en la carrera en un momento de vulnerabilidad política. “Hace siete años, se lo veía como una estrella de la telerrealidad bufonesca dispuesta a decir cosas escandalosas, incluso racistas, para llamar la atención, solo para trastornar el mundo político con una victoria electoral que demostró que los incrédulos estaban equivocados. Ahora es el líder de un movimiento que ha dominado el Partido Republicano durante años. Sin embargo, con citaciones y recriminaciones volando, sus esperanzas de replicar la sorpresa de su anuncio de 2015 parecen más problemáticas”, escribió este martes el diario The New York Times, destacando que Trump planeaba anunciar una campaña presidencial en un momento en que es “políticamente vulnerable”.
Trump, según The Associated Press, quería usar las esperadas victorias republicanas en los comicios como trampolín para lanzarse a la nominación presidencial, buscando apoyo temprano para mantener a distancia a sus rivales. En lugar de ello, lo están culpando por respaldar a una serie de candidatos perdedores luego de resultados decepcionantes donde los demócratas retuvieron el control del Senado y la mayoría en la Cámara de Representante todavía no se define, si bien los republicanos estaban a solo un escaño de lograr los 218 necesarios para ello. De hecho, se esperaba que el anuncio de los resultados de reñidas elecciones en estados como California y Colorado que permitirían el control republicano de la cámara pudiera coincidir con el discurso de Trump en su casa de Florida.
Pero una nueva campaña sería algo extraordinario para cualquier expresidente, especialmente uno que hizo historia como el primero en ser enjuiciado políticamente dos veces y cuyo término concluyó con una turba de sus partidarios irrumpiendo violentamente en la sede del Congreso para tratar de frenar la transición pacífica del poder el 6 de enero del 2021. Solamente un presidente en la historia estadounidense ha sido elegido para dos términos no consecutivos: Grover Cleveland en 1884 y 1892.
El alcance de los problemas de Trump se reforzó este lunes. No solo son políticos, sino también legales. Se enfrenta a un posible desacato después de no cumplir con una citación del comité parlamentario que investiga el asalto del Capitolio del 6 de enero. Asimismo, suma una pesquisa del Departamento de Estado sobre el descubrimiento de centenares de documentos clasificados en cajas y gavetas en su club en Mar-a-Lago, que tomó cuando dejó el cargo. Además, un informe del Congreso describió cómo las naciones extranjeras gastaron generosamente en su hotel de Washington mientras estuvo en la presidencia. Su otrora deferente vicepresidente, Mike Pence, quien este martes publicó sus memorias, dijo en una nueva entrevista que Trump había sido “imprudente” el día de los disturbios en el Capitolio.
En medio de este escenario, colaboradores y aliados pidieron a Trump esperar hasta después de las elecciones intermedias -y entonces hasta después de una segunda vuelta el 6 de diciembre de una contienda senatorial en Georgia- para anunciar sus planes. Pero el expresidente, deseoso de ser foco de atención, busca mantener a raya a una larga lista de rivales potenciales, incluyendo el gobernador de Florida, Ron DeSantis, que ganó fácilmente la reelección la semana pasada y ahora es visto como posible candidato presidenciable para 2024.
Al respecto, The New York Times destaca que Trump “ya no es el principal candidato presidencial incuestionable”, según encuestas realizadas desde las decepcionantes elecciones intermedias de la semana pasada para los republicanos. Éstas muestran que enfrenta una seria competencia potencial del reelecto gobernador de Florida, en caso de que decida postularse. Una encuesta de YouGov reveló que DeSantis superaba a Trump entre los republicanos, 42% contra 35%, mientras que un sondeo del Partido Republicano de Texas indicó que el gobernador lidera entre los republicanos allí con 43% contra 32% para el exmandatario. Otras encuestas del conservador Club for Growth indicaron que DeSantis encabezaba las preferencias en cuatro estados.
“La mayoría de los estadounidenses tienen una visión desfavorable de Trump, por lo que nunca es un buen momento para que anuncie su candidatura. Solo hay tiempos malos y peores”, comentó a La Tercera John J. Pitney, Jr., profesor de Política Estadounidense en el Claremont McKenna College, en California. “Si lo hubiera anunciado antes de las elecciones, a los republicanos probablemente les habría ido aún peor. Incluso ahora, la atención a Trump probablemente perjudicará a Herschel Walker, el candidato republicano en la segunda vuelta de las elecciones de Georgia”, agregó.
William B. Allen, decano emérito y Profesor de la Universidad Estatal de Michigan, coincide con Pitney. “Si Trump anuncia (su candidatura) en este momento, la consecuencia más importante será el efecto de su decisión en la segunda vuelta de las elecciones en Georgia el 6 de diciembre. Es probable que se repita la segunda vuelta de 2021, y el candidato republicano perderá específicamente por la presencia de Trump en la contienda”, indicó Allen a este medio. “Cuando eso suceda, si sucede, Trump finalmente enfrentará la realidad de que proporciona resistencia en lugar de estabilidad a la embarcación republicana”, añadió el cientista político.
“El stock político de Trump es bastante bajo en este momento, después de que los candidatos a los que respaldó (en las elecciones intermedias) perdieron mucho tiempo en todo el país. Muchos exseguidores le pidieron que no se presentara. Así que políticamente, no es un buen momento”, dijo a La Tercera Clyde Wilcox, politólogo de la Universidad de Georgetown.
En todo caso, Wilcox enfatizó que todo dependería del “propósito” del anuncio que Trump hiciera este martes. “Si es solo para recaudar dinero que pueda desnatar, entonces este es un buen momento debido a la carrera por el Senado de Georgia. Y si se postula para evitar una acusación, entonces este es un gran momento. Si está corriendo para bloquear el impulso de DeSantis, entonces probablemente no sea un buen momento”, concluyó.