Lejos de Washington por una noche, Donald Trump se jactó el viernes de un país “justo y excepcional” en el majestuoso entorno del Monte Rushmore, sin detenerse en los alarmantes récords de contagios de Covid-19 registrados en los últimos días.

Trump se hizo presente en un espectáculo de fuegos artificiales en la víspera de la fiesta nacional del 4 de julio, donde dio un discurso ante el monte de granito donde están esculpidos los rostros de cuatro de sus predecesores históricos, George Washington, Thomas Jefferson, Theodore Roosevelt y Abraham Lincoln.

El multimillonario, que deja al vicepresidente Mike Pence en primera línea ante el espectacular repunte de la epidemia que el viernes volvió a generar una cifra sin precedentes de contagios diarios, se erigió ante una multitud que pedía "Cuatro años más", la mayoría sin mascarillas, como defensor de la "integridad" del país.

"Diremos la verdad tal como es, sin disculparnos: Estados Unidos de América es el país más justo y excepcional que haya existido en la Tierra", dijo.

En pleno debate sobre los símbolos del país, a raíz de multitudinarias protestas contra el racismo y la violencia policial, el presidente denunció "una campaña destinada a borrar nuestra historia, difamar a nuestros héroes y suprimir nuestros valores y adoctrinar a nuestros hijos".

Pero "los estadounidenses son fuertes y orgullosos", dijo.

En las últimas semanas, manifestantes derribaron estatuas de generales confederados, que lucharon en la guerra de Secesión (1861-1865) contra la abolición de la esclavitud.

Breve alusión a la pandemia

Antes de su presentación Trump no ocultó su entusiasmo por este evento al que asistieron miles de personas en un clima veraniego, bajo un cielo despejado.

Pero a la pandemia dedicó una breve mención al referirse al resurgimiento de los casos de Covid-19 en el sur y el oeste que “pone en riesgo a todo el país” en palabras de Anthony Fauci, experto asesor de la Casa Blanca.

A cuatro meses de las elecciones presidenciales, el mandatario está en aprietos, muy rezagado en las encuestas frente a su rival demócrata, Joe Biden.

Por ahora, el presidente republicano se aferra al mensaje de que "la crisis está siendo manejada", que la economía "vuelve a rugir" y que el año 2021 será "histórico".

Pero en contraste con la situación en Europa, los registros de contaminación romper récords diariamente en Estados Unidos.

Unos minutos antes de la llegada del Air Force One, datos de la Universidad Johns Hopkins mostraron que el país había registrado el viernes 57.683 nuevas infecciones de coronavirus en 24 horas.

Si se sigue la trayectoria actual, Fauci advirtió que el país podría llegar a un nivel de 100.000 nuevos casos diarios, y varios estados que iniciaron un desconfinamiento echaron marcha atrás y cerraron playas y bares, entre otras medidas.

En medio de este desalentador escenario, el expresidente Barack Obama aprovechó el fin de semana festivo para alentar a sus compatriotas a extremar los cuidados.

"Vencer este virus requerirá la participación de todos. Use una máscara. Lávese las manos. Y escuche a los expertos, no a los que intentan dividirnos", tuiteó.

“No va a haber distanciamiento”

Trump tuvo una recepción calurosa en Dakota del Sur, un estado poco poblado que en 2016 votó un 60% a su favor.

Allí, la gobernadora, Kristi Noem, se sumó con entusiasmo al evento. "Dijimos a los que tienen aprensión que se pueden quedar en casa", declaró Noem por la tarde a la cadena Fox News.

"Para quienes quieren unirse, vamos a distribuir mascarillas gratuitas, si deciden ponerse una. Pero no va a haber distanciamiento social", agregó.

Randy Seiler, líder demócrata en Dakota del Sur, manifestó en cambio su oposición a estas festividades.

En declaraciones a CNN, dijo que son ofensivas para los nativos indígenas de la zona, que consideran a esa tierra como sagrada, que los fuegos artificiales representan un riesgo de incendio y que el peligro de contagio del coronavirus es real.

"Es una invitación al desastre", sostuvo.

Fue la primera exhibición de fuegos artificiales en este sitio en una década, ya que fueron interrumpidos en 2010 por miedo a los incendios forestales.

Trump se refiere con fascinación a este lugar, esculpido entre 1927 y 1941 en la cadena montañosa de Black Hills. En 2017, incluso llegó a evocar -en broma- la idea de que su rostro sea incluido en la piedra.

"La roca que rodea a los rostros esculpidos no permite más esculturas", explicó a la AFP la portavoz del Servicio de Parques Nacionales, Dana Soehn.

El Proyecto Lincoln, un grupo de republicanos anti Trump, destacó en un video publicado el jueves citas inspiradoras de Washington, Jefferson, Roosevelt y Lincoln.

Refiriéndose a Trump, proclamó: “El peor presidente de Estados Unidos no será recordado ni venerado”.