El Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha deslizado este jueves que no aceptará ningún cambio en las reglas para los dos próximos debates que le restan contra el candidato demócrata, Joe Biden, pues en el anterior ganó “fácilmente”.

“¿Por qué permitiría que la Comisión de Debate cambiara las reglas para el segundo y tercer debate cuando la última vez gané fácilmente?”, se ha preguntado Trump en sus redes sociales.

Después de un embarrado y caótico primer cara a cara electoral en Cleveland, el miércoles la Comisión señaló que dicho encuentro “dejó claro que se debe agregar una estructura adicional al formato para garantizar una discusión más ordenada”.

El primer debate ha sido ampliamente criticado, no ya sólo por los insultos y descalificaciones que se dedicaron ambos contendientes, sino también por la incapacidad de su moderador, el presentador de la FOX Chris Wallace, quien no supo frenar las constantes interrupciones, ni los ataques personales.

Sin embargo, no parece que se vayan a introducir cambios para el próximo encuentro del 15 de octubre, esta vez en Miami, si atendemos también a las palabras de los principales asesores de la campaña del presidente estadounidense.

“No debería de haber ningún cambio en lo que ya se acordó y estableció”, ha dicho este jueves Max Miller, uno de los máximos responsables de la campaña de Trump.

La campaña republicana ha lanzado en las últimas horas varias críticas contra la Comisión de Debates, a la que acusa de estar ideando modificaciones en el formato para beneficiar a Biden.

“Es bastante notable que el equipo de Biden esté presionando para llevar a cabo algunos de estos cambios por el simple hecho de que su candidato no ganó el martes”, ha dicho Miller.

Entre las propuestas lanzadas por el quipo de Biden, según cuentan desde el Partido Republicano, están las de cortar los micrófonos de los candidatos por parte del moderador, así como un turno de palabra de apertura y cierre, limitando a su vez los periodos en los que ambos se interpelan y discuten directamente.

Por su parte, el segundo debate entre ambos contará con la novedad de la participación de los votantes a través de sus preguntas, algo que Chris Wallace, el moderador del primer envite, confía en que ayude a relajar los ánimos y permita un encuentro menos farragoso y estridente.

El primer debate entre los dos principales candidatos a la Casa Blanca no pasó a la historia por su profundidad ni por los mensajes políticos que se plantearon en él, sino por la más que evidente pugna entre un Donald Trump, cómodo entre descalificaciones y medias verdades, y un aspirante, Joe Biden, esforzándose por aguantar los envites de un adversario al que llegó a llamar “payaso”.

Biden llegó al primer cara a cara televisado como el favorito en las encuestas, el último representante de una estirpe política que ya no es caballo ganador en la América de Trump. El presidente, por su parte, prometía seguir fiel a su estilo bronco, el mismo que hace cuatro años le dio contra pronóstico un Despacho Oval que ahora aspira a mantener.