Joe Biden supera por siete puntos a Donald Trump en los sondeos a nivel nacional, según el promedio de encuestas que hace Real Clear Politics. En la campaña presidencial de 2016, Hillary Clinton también aventajaba por un importante margen a Trump a esta altura de la contienda. Como en Estados Unidos no gana el que logra más sufragios, sino quien consige más votos electorales por estado, las encuestas a nivel nacional hay que tomarlas con pinzas.
Es esa premisa la que tiene esperanzado a Trump, que el jueves cerró la Convención Republicana desde la mismísima Casa Blanca, algo que podría comprenderse dada la pandemia, pero que desdibuja las líneas tradicionalmente respetadas entre el Presidente y el candidato que aspira a la reelección. Esta semana, el mandatario republicano ha intentado convencer a los indecisos, con énfasis en su gestión económica y una retórica de que sólo él puede, supuestamente, devolver “la ley y el orden” al país, frente al “caos” que puede significar una gestión de su rival demócrata.
Pero ese supuesto “caos” Trump también lo ha mencionado debido a las protestas raciales y la violencia que se ha generado, primero tras la muerte de George Floyd en Minneapolis, y ahora debido al caso de Jacob Blake en Wisconsin. Si para los demócratas el abuso de policías blancos contra ciudadanos afroamericanos es intolerable, para Trump lo importante es restaurar “la ley y el orden”. Por eso, el Presidente se ha intentado presentar como el único capaz de interponerse entre el “sueño americano” y la supuesta anarquía que impide lo primero.
¿Puede Trump volver a dar una sorpresa en las elecciones, tal como ocurrió hace cuatro años? La respuesta es sí, a pesar de que Biden es el favorito en las encuestas a nivel nacional. Si los sondeos se desmenuzan estado por estado, el Presidente estadounidense no está tan mal. Esto, pese a las críticas por el manejo de la pandemia de coronavirus (6 millones de contagios y 184 mil muertos), el alto desempleo (10,2%) y las masivas protestas que exigen el fin al racismo y a la represión policial.
En Florida, por ejemplo, Trump está 3,7 puntos por debajo de Biden, mientras que en Pennsylvania la diferencia es de 5,5 puntos a favor del candidato demócrata. Al mismo tiempo, en Wisconsin el candidato demócrata aventaja al Presidente por apenas 3,5 puntos y en Arizona la diferencia es de apenas 2,2. Y en Carolina del Norte, otro estado clave, están empatados. Todo esto no es nada muy diferente de lo que ocurría en agosto de 2016, cuando Hillary Clinton era la gran favorita.
Lo preocupante para Biden, a esta altura de la carrera, es que Trump estaría consiguiendo el apoyo de parte de la clase trabajadora rural que no votó hace cuatro años y del 31% de los latinos, mientras que también mejoró su imagen entre los blancos en unos 20 puntos en los últimos cuatro años.
La clave estaría en la economía. El 48% de los estadounidenses estima que Donald Trump es el candidato más capacitado para lidiar con la economía, 10 puntos porcentuales más de lo que logró Biden en ese item. Así, la famosa frase “¡es la economía estúpido!”, aún resuena fuerte.